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Estado español :: 10/03/2014

Para Isabel Gemio, Mercadona es una empresa "maravillosa"

J.M. Alvarez
Es complicado dar con trabajadores dispuestos a decir la verdad, y dejar en evidencia a esta señora, por miedo a las represalias

"Mercadona paga a sus empleados maravillosamente bien", dice Isabel Gemio (foto) conductora de un programa en Onda Cero. A sueldo maravilloso, empresa maravillosa. Es complicado dar con trabajadores dispuestos a decir la verdad, y dejar en evidencia a esta señora, por miedo a las represalias (el acoso laboral es una constante en esa empresa); sin embargo los hay.

Tomado de bandociudadano

Toñi Marín trabajó durante 14 años en tiendas de Mercadona de diferentes ciudades del País Valenciano, hasta que abandonó la empresa en 2003. Recuerda cómo hubo un momento en que la situación se le empezó a complicar. Trabajaba 40 horas semanales en la tienda de Carcaixent, pero sólo cobraba 26,5 horas; tenía que hacer cuatro viajes diarios desde su casa al centro de trabajo (y viceversa) y tampoco se le respetaban los “tramos” (incremento de las retribuciones de acuerdo con la antigüedad y el “buen hacer” del trabajador).

La creciente competitividad, el agobio por los objetivos de venta y la presión de su jefe de sección (ella trabajaba en la carnicería) le llevaron a tomarse 15 días de baja por depresión (recuerda las taquicardias que padecía). “Mientras estaba de baja en casa, me llamaba por teléfono el jefe directo; me preguntaba cómo estás y cuándo vas a volver a trabajar”, explica.

Más tarde empezó a trabajar en un supermercado de Algemesí, también en la carnicería. Entonces llegaron los dolores de espalda, con una dificultad añadida: la enorme dificultad para obtener la baja en Mercadona. Hace diez años y hoy. Según Toñi Marín, “se te ve como un terrorista que atentas contra la empresa; es más, en las reuniones de tienda y en las de valoración de resultados, se te considera una persona que genera problemas”. A pesar de los dolores en la espalda, el facultativo de Mercadona no le concedía la baja, sino a lo sumo “descansos”. Se sometió a tratamiento, pero la cosa no mejoraba. Trabajaba y sufría “enganchones”. Finalmente, pasó por el quirófano. Permaneció entonces cuatro meses de baja. Y no más, porque, en plena rehabilitación postoperatoria, la mutua le comunicó que debía volver a trabajar.

“A pesar de los dolores y de que no estaba en condiciones”, recuerda (en ese periodo, además, le tocó asistir –con un aparato adherido a la espalda- a los cursos de “Calidad Total” de Mercadona). Volvió a la carnicería. “Cuanto me estiraba hacia el mostrador para coger la pieza, sentía un dolor insoportable; me seguía enganchando”. El médico de Mercadona le remitió a la mutua. Le sometieron a corrientes, masajes y terapias contra el dolor; le pincharon cortisona, le suministraron antiinflamatorios y analgésicos. Todo ello, sin coger la baja. Y así, cuatro años laborando. “Cuando no podía más, me daban un “descanso” de tres días”, señala. ¿Qué solución dispuso el médico de Mercadona? Que se le destinara la perfumería, para que no tuviera que realizar dolorosos estiramientos.

Pero en la perfumería Toñi Marín tenía que subir y bajar cajas, y ponerse de rodillas. Además, hacía de “animadora de ventas” dentro de Mercadona. Aguantaba con parches de morfina. Con fibromialgia, cuatro hernias cervicales y con las cuatro lumbares operadas. ¿Cuál es la conclusión de 14 años en la empresa? “Los Métodos, la calidad total…Juan Roig dice que se trata a todo trabajador como le gustaría que a él se le tratara. Todo una gran mentira”, subraya la extrabajadora.

 

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