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Bolivia :: 16/08/2014

Radiografía de la acción opositora a Evo Morales

Carlos Alejandro Lara Ugarte
La oposición debe entender que el voto es decidido en instancias de liderazgo intermedio, así se derrotó a las dictaduras, así se construye la voluntad popular

Pasado los enfrentamientos políticos de las jornadas y sesiones de la Asamblea Constituyente (2006 - 2014), a la fecha, la opinión pública y los medios de comunicación especularon bastante sobre los enfrentamientos en el campo político, económico, social y hasta militar entre los viejos grupos de poder y las fuerzas del cambio. Se especuló sobre tópicos referidos a las causas de estos enfrentamientos su desenlace y necesariamente sus repercusiones.

Debates especulativos mediáticos (sin duda nutridos y hasta rigurosos) que no fueron más allá de lo que sus ojos quisieron ver, al grado que se obvió en muchos casos el análisis objetivo que lleve a los estrategas o asesores de la oposición a contextualizar e identificar los errores y debilidades de las fuerzas opositoras (a Evo Morales), en el pasado inmediato y en el presente.

Desde ese mundo especulativo y mediático los opositores al proceso de cambio asumieron como victoria sus derrotas y llamaron traición a la desmovilización de sus cuadros más radicales además de otras situaciones que las disfrazaron de diversas maneras.

Son este conjunto de hechos los que pesan a la hora de entender la correlación de fuerzas electorales y percibir el bajo caudal electoral que las fuerzas contrarias al Movimiento Al Socialismo (MAS) registrarán en las elecciones de 2014.

Y es que no sólo es la fuerza y el voto “duro” a favor del “MAS”, lo que explicará el fracaso electoral de la oposición; son sus errores y debilidades que pesan y son causas en el pasado inmediato que incide en las consecuencias negativas que sin creatividad y análisis apropiado en la ciencia de la política intentan revertirla hasta antes del día de las elecciones nacionales venideras.

Para tener una radiografía política de la fuerza opositora al MAS a continuación se toca algunos otros puntos que gravitaran en el quehacer electoral y la campaña misma.

Lo que no puede olvidarse

Entre el 2006 y el 2009, la oposición apostó a una etapa de boicot económico y político con afanes especulativos en el sistema económico - financiero y con movilizaciones de grupos de la clase media en acciones políticas militares separatistas en velado apoyo a grupos irregulares y abierta militancia con la estructuras cívica prefectural radical de la “media luna, pero no pudo de ningún modo, este boicot convertirse en una ofensiva o boicot victoriosa ni en la capitalización del voto preferencial para los referéndum revocatorios y menos para las elecciones pasadas del 2009.

A partir de 2009 con el peso del fracaso electoral, más las divisiones y contradicciones internas de sus representantes en la Asamblea Legislativa de la gestión 2010 – 2015 tampoco supieron implementar una táctica defensiva opositora que pueda ordenar y preparar nuevos momentos favorables o de recuperación política sobre todo por que labraron sus propias barreras desde un discurso débilmente propositivo y absurdamente negadora de las transformaciones y cambios institucionales, económicos, políticos y sociales de la gestión de Evo Morales.

En la presente etapa de campaña electoral está claro que la oposición (Principalmente el MSM) intenta borrar el pasado inmediato para revertir una preferencia electoral notoriamente inclinado en su contra, pero sin dejar entender ahora la consolidación de los proceso de cambio y lo perjudicial que es ir en contra de estos.

Samuel Doria Medina, por el contrario continúa con el error del pasado al proponer durante sus actos de campaña electoral favorecer abiertamente a la inversión privada estableciendo una repartición igualitaria con el Estado en las ganancias generadas por la exploración, explotación, transporte y comercialización de recursos naturales. Como empresario lamentablemente no logra diferenciar entre el Capital, trabajo y Recurso Natural y la lógica del nuevo modelo económico basado en que la realización de todo producto debe proyectarse a la redistribución de los recursos con la sociedad en la mirada del Vivir Bien y no en el lucro y enriquecimiento privado.

Igualmente no se mueve en el espíritu del proceso constituyente y la nueva la CPE y olvida adrede que los recursos naturales no son mercancías de propiedad privada y a las que se puede agregar valor de cambio para beneficios de la Empresa Privada y la generación de Plusvalía en base a la explotación del trabajo.

Por su parte Jorge Tuto Quiroga se enfrasca en “chiquilladas” políticas como aquello de cambiar el nombre del Palacio de Gobierno o demagógicas posturas del pasado como el de volver a llamar al Estado Plurinacional “República de Bolivia”. Si en eso radica su plan de gobierno sería prudente para sus seguidores cambiar de candidatos.

Ambos candidatos, tanto Doria Medina como Quiroga mantienen la vieja línea estratégica que les llevó a cometer errores y actuar con debilidades, y al parecer la falta de un balance racionalmente planteado desde una mirada nacional, de inclusión social y profundización de los mecanismos de la democracia plural aun pesará.

Dos periodos para analizar errores y debilidades en el marco de la maduración democrática.

El primer periodo está marcado por la instalación de la Asamblea Constituyente el 2006 hasta pasada la mitad de la gestión presente del Gobierno del MAS (mas o menos hasta la realización del censo de Población y Vivienda realizado el 2013); y un segundo periodo lo marca la difusión de los resultados del Censo Nacional hasta la designación de candidatos a las elecciones de 2014.

El primer periodo de la acción política opositora, al calor de la Asamblea Constituyente se caracteriza por la propuesta de implantar un proyecto de poder radical separatista impulsada por un grupo opositor y otro autonomista; con raíces orgánica y de coordinación para ambos casos en el bloque cívico prefectural de los departamentos que se autodenominaron parte de la “medialuna”, con el apoyo de otras instancias cívicas departamentales.

Este periodo en su superación significó la derrota del proyecto de la oligarquía cruceña y los grupos de poder económico transnacional, minero y terrateniente. Así a la oposición no le quedó más que alinearse al proyecto democrático en los tópicos de la democracia plural y el Estado Plurinacional, y acá es donde se puede considerar el segundo periodo importante en el análisis de los errores y debilidades de las fuerzas opositoras.

El paso del primer periodo al segundo significó indiscutiblemente la victoria del “MAS” y la capitulación implícita del grupo duro de la oposición de la “medialuna” separatista y autonomista, pero también con esta capitulación, obligada por las circunstancias y por el bajón en el pensamiento radical opositor se volvió a los viejos proyectos liberales democráticos sin abandonar la vieja mirada republicana y restauradora del viejo estado. En ese entendido la oposición al presentar un proyecto contradictorio (que no es un proyecto alternativo en si mismo)tiene que enfrentar y polarizar los derechos individuales con los sociales, colectivos y de los pueblos y naciones indígenas originarios campesinos, donde esta claro que siempre perderá.
Tiene que polarizar la forma de organización económica estatal, comunitaria y cooperativa con la privada, donde también perderá y por razones obvias busca aún aferrarse al ejercicio de la democracia representativa intentando vanamente quitar relevancia a la democracia participativa, directa y asambleísta, otro absurdo y error de su proyecto de la contradicción.

Los campos propositivos del momento ya llevaron las viejas prácticas democráticas al campo de la negación para desarrollase cuantitativa y cualitativamente hacia nuevas formas de contradicción pero en ningún caso con las del viejo sistema.

La oposición en este campo vana e ingenuamente busca condiciones constitucionales del pasado a objeto de revertir la preferencias del voto a favor del MAS e inútilmente busca plantear contradicciones dialécticas que objetivamente ya fueron superadas con la negación de lo viejo y el nacimiento del nuevo orden constitucional. Definitivamente la oposición se mueve en una realidad virtual.

Siguiendo la senda del fracaso separatista

La oposición liberal no salió de los esquemas de ir en contra del Gobierno y de oponerse a la gestión y los cambios llevados a cabo. Se arrimó a defender veladamente la acción de los derrotados de la “medialuna” y atacar con discursos y esquemas de crítica dura la represión (de la Policía Nacional y el Ministerio Público) al grupo de Rozsa y la dirigencia radical de la “medialuna”. Se ocupó únicamente de desgastar al Gobierno, recurriendo a un discurso sobre Derechos Constitucionales en defensa a quienes atacaron la CPE.

Ante la derrota de la Célula Armada de Rozsa la oposición se “proclamó” (tal vez para conquistara más adeptos), ser un David Frente a Goliat pero eso nunca ocurrió y su consigna táctica no pasó de ser una desoladora metáfora mediática sin fundamento ni proyección, fundamentalmente porque ningún proceso de cambio puede ser derrotado por una circunstancia. Un solo golpe jamás podría hacer caer un proceso que se construye y se fortalece en las mayorías de las organizaciones sociales con mística de triunfo e ideología de revolución.

Erróneamente por la acción de masas a favor del Gobierno y del líder, en contra intentos separatistas, la oposición atacó y agredió la mística revolucionaria y del proceso de cambio sobre el que se sustenta el voto electoral, sin entender que en un proceso de cambio y de revolución al líder no se lo desgasta desde afuera, más si se ignora que el líder se fortalece del proceso revolucionario, y que ese es su medio y su hábitat.

Fue en ese sentido un error insistir en desgastar el liderazgo de Evo Morales en tiempos de movilización de masas a favor del líder o del caudillo, más aún sintiéndose débiles y reconociendo la fortaleza de la institucionalidad estatal y la centralidad del mando desde el Órgano Ejecutivo.

Para su aprendizaje debieron entender que en el campo militar ningún ejército se da la tarea estratégica de desgastar al general o comandante enemigo, sino el de derrotarlo o anular en el campo de batalla. Ese era en parte el objetivo del grupo de Rosza y de la embajada norteamericana, pero cuando ocurrió lo contrario la oposición política pretendió darle continuidad a una batalla perdida, desde un falso auto martirio construido mediáticamente y atacando objetivos colaterales o marginales del núcleo de la fuerza electoral del “MAS”, así aun se ataca a supuestos operadores de la acción, a ex fiscales y al mismo sistema de justicia, buscando votos. Esto último no ocurrirá.

La forma y los mecanismos a los que la Policía Nacional recurrió para materializar la derrota y desmantelamiento del brazo armado e incipiente instrumento político militar del bloque cívico prefectural, por razones inexplicables no deja aún de embelesar a la oposición en sus fines de desgaste al gobierno al grado que suponen estar trabajando sobre una veta de acción política en el campo internacional; esto, se dijo más arriba, nunca fue una veta de ataque político y aglutinador de fuerzas opositoras y para desencanto suyo no lo es ahora y es evidente que no les llevará a nada que les represente un voto más de lo poco que tienen.

Es curioso pero la oposición sigue escarbando donde no encontrará votos.

Campaña electoral desde un colchón de inconsistentes críticas a la gestión gubernamental

Para empezar, es evidente que a lo largo de los 9 años del Gobierno de Evo Morales, la oposición no puso el más mínimo esfuerzo para entender el proceso desarrollado desde los movimientos sociales y los mecanismos que estos (los movimientos sociales) generaron para ser parte estructural de la institucionalidad Estatal.

Así la oposición declaró la “guerra” a los mecanismos políticos que posibilitaron el acercamiento del Gobierno a los sectores organizados y, lógicamente sin entender estas nuevas relaciones ligadas a la democracia participativa y la construcción institucional del Estado Plurinacional se opusieron a la gestión pública concertada entre el Gobierno central y las representaciones corporativas del sector popular (en principio alejadas de los sectores de la “Gran Empresa Privada”).

Es prudente decir entonces que este desconocimiento aún pesa y lleva al discurso opositor a buscar formas de captar el voto desde la persuasión personal en la clásica mirada de la democracia liberal y de representación partidista.

Otro tópico negativo de la oposición es confundir y no esforzarse por entender la diferencia entre prebenda y atención a la demanda social.

Así, mientras el gobierno fue fortaleciendo las relaciones con las organizaciones a través de la gestión pública en base a la demanda de los sectores organizados, fortaleciendo relaciones corporativas; la oposición pensó y especuló sobre la compra o soborno de dirigentes. Esto alejó a los viejos líderes y portavoces de las organizaciones políticas opositoras de los sectores organizados que desde la gestión pública resultaron beneficiadas. La oposición al respecto llegó al extremo de afirmar que un doble aguinaldo era comprar el voto de los asalariados; ya más antes lo habían hecho con los bonos a los estudiantes, a las mujeres embarazadas, personas de la tercera edad entre otros.

Bajo la mirada de la oposición (más perversa que analítica) es claro que ningún asalariado o beneficiario de algún bono que no sea militante activo de la oposición votará por quienes consideran prebenda al doble aguinaldo y el bono.

Ya ni se diga sobre el tema de la nacionalización de los hidrocarburos donde la oposición electoralista no considera que hubo tal nacionalización pero insiste en demandar recursos y con estos hacer gestión pública para el desarrollo regional y nacional ya sea desde el gobierno nacional o gobiernos autónomos. De hecho ellos mismos validan su desacertada actitud o balance inadecuado del proceso de nacionalización, pero aún así siguen el camino de oponerse a la nacionalización de los hidrocarburos.

Agarran uno y sueltan dos.

En los nueve años de gobierno de Evo Morales algunos disidentes del “MAS” fueron cooptados por las fuerzas opositoras, pero en proporción doble fue lo que perdieron. Evidentemente para que esto ocurra el “MAS” tuvo que flexibilizar el discurso y hacer un llamado a otros sectores que no fueron parte del proyecto inicial del Proceso de Cambio.

La oposición en ese entendido perdió a viejos militantes miristas, emenerristas, adenistas, eneferistas entre otros, quienes podrían ser considerados “expertos” en generar votos por lo que lógicamente sabrán hacer lo que siempre han hecho en las elecciones sólo que ahora a favor del “MAS” es decir capitalizar votos reales en su región; y en el campo corporativo a las filas del “MAS” se pasaron un conjunto de asociaciones empresariales, colegios de profesionales, asociaciones juveniles, gremiales y otros.

Igualmente la oposición captó algunos legisladores disidente del “MAS”, pero al mismo tiempo se fueron de sus filas potenciales líderes con carrera política y caudal significativo de votos de por medio.

La oposición en cuestión de cambios y cooptación de líderes medios para canalizar el voto ciudadano es más lo que perdió de lo que ganó cuantitativamente hablando.

Buscando votos en la obscuridad de su propio laberinto

Definitivamente, son tantas las contradicciones en la que se ha metido la oposición, tantas sus debilidades y errores, (ligadas indudablemente a un posicionamiento político liberal y restaurador del viejo Estado), que no están en condiciones de arrancar su campaña electoral de manera coherente en miras a lograr un avance significativo en el caudal de votos a su favor.

A cuenta del 12 de octubre de 2014 (fecha de las elecciones nacionales) la débil y perversa oposición no podrá salvar sus propias barreras y trinchera y sin duda serán vanos sus intentos por capitalizar el voto ciudadano en la medida de sus expectativas. Su destino es ir al fracaso y todo porque sigue insistiendo caminar en el mismo rumbo de su pasado de fracaso; no se anima a mirar más allá de su frente.

Candidatos con interese particulares y sin margen de crecimiento

Samuel Doria Medina más que político es un empresario y por ello mismo su prioridad es proteger su patrimonio familiar. Su preocupación es cuidar que no estaticen la empresa que compró a precio de gallina muerta durante el periodo neoliberal y de privatización de las empresas estatales.

Su mejor trabajo político fue vocear la derrota electoral del “MAS” en Beni, al momento de elegir el Gobernador. En el Beni no aportó a la victoria de Lenz (Gobernador de Beni) con votos a más de aquellos que los llevó de La Paz y Santa Cruz, incluyendo el suyo.

La alianza de Doria Medina con Rubén Costas no es capitalizar en pleno del voto de los seguidores de Rubén Costas ya que muchos grupos empresariales pertenecientes a las entidades logieras de Santa Cruz prefieren apoyar la gestión conocida de Evo Morales más que la incertidumbre que les plantea Doria Medina o finalmente optar por el voto en blanco, que en los hechos son votos perdidos para la oposición.

Jorge “Tuto” Quiroga está en las elecciones buscando plataformas políticas de protección al juicio que le sigue el Ministerio Público en los estrados judiciales por el caso denominado como “Petrocontratos”.

Electoralmente lo hace con votos que podría darle la Democracia Cristiana, pero el caudal de la Democracia Cristiana es el de sus dirigentes que son desconocidos en el campo popular mediático. Su voto será cualificado en el campo de la clase media, pero sin gravitación significativa en los resultados electorales.

El voto útil

Con lo puesto en consideración a lo más que podría llegar un voto útil para la oposición que vaya a la cabeza de éstos, es de un máximo de 30 por ciento en el caso ideal. El caso podría darse a sacrificio de bajos porcentajes para la opción que encabeza Tuto Quiroga y cerca a nada para la opción que guía Fernando Vargas.

Juan del Granado es un voto fijo cuyos seguidores leales no se prestaran a votar por Samuel Doria Medina salvo acuerdo previo pero imposible de darse entendiendo que el MSM se juega a sobrevivir y salir vivo de esta aventura electoral.

La oposición ante la fatalidad de pensar para el 2019.

La elección de 2014 es victoria cantada a favor del binomio Evo Morales y Álvaro García. La oposición a lo más que puede llegar para salvar el honor es llamar a que sus viejos y leales seguidores no voten en blanco. Muchos de ellos ya se fueron para el “MAS”.

Rescatar todo el caudal electoral perdido en estos dos últimos años es imposible de manera que será prudente y responsable orientar y proyectar sus estrategias electorales al 2019 y preparar la digna “jubilación” de los actuales candidatos, si cabe el término, y por supuesto promocionar nuevas caras y nuevos discursos que más que criticar el proceso de cambio partan de ello y sumándose lo profundicen o finalmente aparenten hacerlo para darle sentido real a cualquier proyecto político alternativo al “MAS”.

Todo proyecto político de crítica y rechazo a la actual gestión y a los cambios producidos en los últimos 9 años está destinado a desaparecer antes de aparecer.

Por ahora nada puede desarrollarse significativamente, (políticamente hablando) al margen del apoyo a la gestión actual, al apoyo a los cambios producidos y al margen de una propuesta de relación corporativa en la gestión pública.

La oposición debe entender que el voto es decidido en instancias de liderazgo intermedio, que así se derrotó a las dictaduras, al neoliberalismo; así se construye la voluntad popular en el Estado Plurinacional en Bolivia, lo cual legitima la Democracia.

CALPU

 

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