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Nacionales E.Herria, Pensamiento :: 18/02/2015

Todo el poder a la batzarre

Borroka garaia da!
Esta forma primigenia de independencia vasca anterior al Reino estaba basada en la batzarre (asambleas soberanas de Valle) y el auzolan (trabajo comunal).

Hace un tiempo escribí que el principio de la pérdida de la independencia vasca o nabarra, como se le quiera llamar, se inició no con la larga y extendida en el tiempo conquista claramente imperialista, del Reino de Nabarra, por los que a la postre conformarían los ilegítimos imperios español y francés, sino con el surgimiento precisamente del Reino de Nabarra, en un principio llamado de Iruñea. Algunos se escandalizaron sobremanera ante semejante sacrilegio de afirmar tal cosa cuando el Reino de Nabarra ha sido supuestamente la única estructura política independiente, que aún sin ser estado (no existían en esa época), hemos contado los vascos.

Claro que decir que es “con la que hemos contado los vascos” es demasiado atrevido pues en ningún momento durante toda la historia del Reino existía nada parecido a la soberanía nacional ni a la soberanía popular (ni en el Reino de Nabarra ni en ningún otro) ya que estamos hablando precisamente de un Reino, una sociedad estamentaria monárquica.

El Reino de Nabarra ciertamente fue un reino independiente conquistado por jugarretas de propios y extraños además de principalmente por la fuerza de las armas extranjeras pero así mismo también fue un proceso de desempoderamiento popular y de presión a las estructuras políticas y sociales primigenias vascas, a su independencia real como pueblo.

Esta forma primigenia de independencia vasca anterior al Reino estaba basada en la batzarre (asambleas soberanas de Valle) y el auzolan (trabajo comunal).

La batzarre (y la coordinación entre batzarres) era una forma de poder popular y colectivo anterior a los reinos (ni que decir a los estados) donde mediante democracia directa y horizontal y de manera auto-organizada se auto-gestionaban las necesidades colectivas. Siendo el auzolan, la ayuda mutua, el eje vertebrador de la sociedad.

El Reino de Nabarra chocó contra esa independencia natural vasca y llevó a cabo un proceso de asimilación. En algunos momentos perdiendo frente a la fuerza de la batzarre, a veces cuando no podían combatir esa realidad aceptándola y en mayor medida confrontándola hasta intentar aniquilarla. No solo fue el Reino el que combatió esta independencia popular vasca. También lo hizo la iglesia, los señores feudales (jauntxos), y las coronas francesas y castellanas tras la ocupación militar. Los puntos de fricción principales, como no podía ser de otra manera fueron la usurpación y privatización de tierras, la imposición de leyes y las levas militares.

Llegaría más tarde la revolución burguesa a afectar en Iparralde y una nueva invasión española burguesa en hegoalde. De esta manera el imperialismo se asentaba y el capitalismo tendría las puertas abiertas para abrirse paso con formas estatales. Los resquicios de soberanía popular vasca que habían perdurado desde la batzarre y el auzolan fueron prácticamente borrados del mapa. Sin embargo aún hoy en la sociedad vasca siguen latentes algunas tradiciones circulares e incluso políticas que son ecos de ese pasado ancestral y de los ideales de decisión en común y de ayuda mutua. De la verdadera soberanía popular e independencia.

Cierto es que han pasado muchos años y siglos pero el problema base sigue siendo el mismo. Y no deberíamos desdeñar a la ligera nuestra propia historia sino tenerla presente, pues al fin y al cabo el estado socialista vasco independiente entre otras cosas no es otra cosa más que la recuperación de tierras y medios de producción usurpados en el proceso histórico, el derrocamiento de la legalidad impuesta, la capacidad de decisión popular a todos los niveles sin intermediarios mediante el poder popular. El poder nacional y social vasco. O la nueva batzarre y auzolan frente al capitalismo y la opresión nacional. ¿Podremos volver a recrearlas con herramientas de futuro?

El eurocomunismo fue un desarrollo no gramsciano de la hegemonía. La hegemonía no son significantes vacíos a rellenar, tampoco no es simplemente lucha ideológica sino la unificación de teoría y práctica, dirección política, dirección moral e iniciativa. Gramsci, en su coyuntura, señaliza el núcleo principal donde debe nacer la hegemonía. Y señala a la fábrica. Los Consejos de Fábrica como forma alternativa a la legitimidad del sistema. Luchar , crear, poder popular decían en la Chile de Allende. Lenin habló del poder dual, una situación en la Revolución de Febrero en la que dos poderes, los soviets y el aparato oficial del Estado del gobierno provisional ruso, coexistieron el uno con el otro compitiendo por la legitimidad. ¿Será la batzarre diversificada y el auzolan nuestro núcleo principal de hegemonía donde ganar la batalla del poder dual?

De momento tenemos algún lugar donde mirar y aprender. Por ejemplo al movimiento asambleario juvenil vasco.

 

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