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Andalucía :: 10/01/2015

Visto para sentencia el juicio a los acusados en el desalojo de la Corrala Buena Ventura

La otra Andalucia
En dicha corrala, situada en un edifcio de viviendas sin uso perteneciente a Bankinter, residían trece familias sin recursos

Ayer jueves se celebró en el Juzgado de lo Penal nº 6 de Málaga la vista oral contra los tres acusados por la policía y la fiscalía por desobediencia grave a la autoridad, por haber ofrecido resistencia al desalojo de la Corrala Buena Vista de dicha ciudad el pasado 13 de octubre del 2013, tras lo cual la causa a quedado vista para sentencia.

En dicha corrala, situada en un edifcio de viviendas sin uso perteneciente a Bankinter,  residían trece familias sin recursos, y el día del desahucio un numeroso grupo de personas se concentró en las inmediaciones del edificio en apoyo a las mismas, algunas de las cuales se introdujeron en él, encaramándose posteriormente a la azotea, en la cual ofrecieron una resistencia pasiva y pacífica a dicho desalojo, realizado por la policía por orden judicial.

El fiscal ha considerado durante la vista y  en su escrito inicial de acusación que los procesados se subieron al tejado "para impedir la actuación policial". Que tras ser requeridos de forma reiterada por la policía para que abandonaran el tejado, los procesados "se negaron abiertamente a obedecer las órdenes de los agentes", pidiendo que fueran los bomberos para poder descender con seguridad.  Y que tras acudir éstos, fueron requeridos de nuevo por los agentes, pero se siguieron  negando a cumplir la orden, "con el mismo desprecio a su autoridad" como en la primera ocasión, "impidiendo con ello la actuación que tenían encomendada". Por todo ello la fiscalía solicita para cada acusado nueve meses de prisión por un delito de desobediencia grave a la autoridad.

La defensa, por su parte, arguyó que los inculpados se subieron al tejado "no con la intención de causar ningún desorden sino ante la irrupción violenta de la Policía". Que habiendo comenzado a llover dijeron a la Policía que bajarían cuando estuvieran en condiciones de seguridad para hacerlo "y cuando estas condiciones existieron, bajaron voluntariamente", por lo que consideraba que "no he cometido ningún delito, sólo he protestado contra una ley que es injusta y que desahucia a cientos de miles de familias al año".

Los acusados han ratificado la versión de la defensa, han  negado haber desobedecido ninguna orden y han destacado la actitud de la policía que intervino violentamente en el inmueble, golpeando injustificadamente a las familias que aguardan fuera sin oponer ningún tipo de resistencia. Que se asustaron por la violencia con la que la policía entró en el edificio, y por ello se encaramaron al tejado del edificio por miedo a ser agredidos.

En su turno de última palabra, uno de los inculpados, Fali, declaró que el juicio no le parecía justo porque los testigos de la defensa fueron denegados y tan sólo se permitió la declaración de los jefes del dispositivo. Otro de ellos, Henrry, manifestó que si continua la crueldad con la que se comportan las autoridades esta crueldad puede generar odio y la legítima la autodefensa de las familias. El tercero, José, afirmó que no se arrepiente de lo hecho, y que llegado el caso lo repetiría mil veces, porque que el derecho a una vida digna es un bien jurídico más importante que la obediencia a una orden ilegítima.

Por su parte, Stop Desahucios de Málaga, que junto a otros colectivos convocó una concetración a las puertas de los juzgados en apoyo a los inculpados, a la que corresponde la foto adjunta a la noticia, ha emitido un comunicado en el que, tras agradecer su asistencia a los ciudadanos que se sumaron a dicha concentraron, y a los periodistas que acudieron a cubrir la información manifiestan que lamentan “profundamente la prohibición de asistencia a los medios de comunicación a la vista, puesto que tal y como prevé la Ley, se trata de un acto público, siendo sólo posible la censura a los medios por motivos de seguridad. La autoridad ha ordenado desalojar la sala al descubrir "una libreta" y asegurar que había móviles encendidos. Si bien es cierto que había una peligrosa libreta, todos los móviles estaban apagados, motivo por el cual condenamos la censura a los medios y procedemos a narrar todo lo acontecido en la sala”. Así mismo muestran su solidaridad “con los periodistas expulsados sin justificación alguna de la sala”.

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