Impecable intervención de Mireia Vehí (CUP) en el debate de investidura de Pedro Sánchez. Puso sobre la mesa la necesidad de acabar con la violencia del Estado sobre el movimiento independentista catalán, y remarcó las contradicciones de la "política social" que abandera el posible gobierno de coalición frente a las necesidades del sistema capitalista y las imposiciones de la Unión Europea. O son ustedes ignorantes o nos engañan, porque las cuentas no cuadran, sentenció Mireia con razón.
Mientras tanto retumban los gritos de ¡Viva la Guardia Civil, Viva España, Viva el Rey! que lanzaron los diputados de ultraderecha en el parlamento este domingo, mientras arrojaban insultos y amenazas, con la actitud chulesca que les caracteriza. Ese comportamiento que nos recuerda que la izquierda reformista podrá mandar, así puntualmente, y parchear la precaria situación de la mayoría social con algunas medidas, pero que a nadie se le olvide que el poder real lo tiene la derecha franquista.
Y en este contexto, ¿de qué modo puede ser útil a la sociedad la izquierda capitalista? Porque si somos coherentes con el voto NO a la coalición PSOE-Podemos, a lo mejor es que nos da igual que gobierne una coalición PP-VOX. ¿Es así? Quizá a nivel de estrategia política militante nos da igual, porque los que luchamos lo haremos igualmente gobierne quien gobierne, pero si realmente tenemos aspiraciones de masas y queremos conectar con la clase trabajadora, con sus pensamientos y deseos, dudosamente podremos decir que nos da igual. Y mucho menos que nos interesa. Quien se alegra de un gobierno PP-VOX es la derecha franquista.
Y cierto es, nos guste o no, que a menudo los niveles de lucha aumentan cuando la derecha gobierna y crece la represión. Se lucha mejor contra la derecha. Sin embargo, deberíamos ser capaces de crecer y de acumular fuerzas en contextos de gobiernos de centro-izquierda. En realidad son buenos momentos para desarrollar el tejido asociativo en los barrios, en las universidades y en los centros de trabajo. Y de hecho en muchas ciudades esto se hace día a día. El movimiento feminista es un buen ejemplo de esto, acumula fuerzas gobierne quien gobierne, demostrando que la lucha es también propositiva y no solamente contestataria. Ahí está el verdadero reto.
Es más, la derecha volverá al gobierno más pronto que tarde. En Madrid, Manuela Carmena ya forma parte del pasado.