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Estado español :: 03/03/2020

Los «sapos» de Unidas Podemos

José L. Quirante
Podemos se inventó para consolidar una socialdemocracia desacreditada y debilitada, y con ella – como vemos- seguir gestionando el sistema capitalista

¡Huy, yu, yui! todo lo que íbamos a ver cuando llegara Unidas Podemos al codiciado poder. Iba a ser la hostia, lo nunca visto. Por fin la maldita “casta”, tan vilipendiada por los chicos del 15M, sería historia del pasado, y estos insurrectos prestos a comerse el mundo en 2011 asaltarían cielos y tutti quanti. La expectación era enorme, pero la prudencia se imponía esperando los frutos de los acuerdos entre “las organizaciones de izquierdas”. Fueron días de auténtica zozobra.

De verdadero suspense. Incluso la oligarquía temblaba de pavor con tanta incertidumbre e izquierdismo trasnochado. Se iba a conformar el gobierno “más a la izquierda” desde los años de la IIª República, y como en 1931, lo amasado por esa clase social tan magnánima peligraría irremediablemente. Sin embargo, el temido zambombazo sólo iba a quedar en exiguo petardo mojado.

Bancos azules
Por fin el día tan anhelado por unos y recelado por otros llegó inevitablemente. El PSOE y Unidas Podemos, después de que estos últimos certificaran que “no habrá líneas rojas por nuestra parte”, sellaron con un abrazo apasionado un acuerdo “para un gobierno de coalición” el 30 de diciembre. “Un gobierno y un programa –según Pablo Iglesias- que combina la experiencia del Partido Socialista y la frescura de Unidas Podemos”. ¡Sensacional! exclamó el personal. Después, el 12 de enero, con el sí de Esquerra de Catalunya, Pedro Sánchez presentó al monarca de Franco la composición del ejecutivo, y el 14 se celebró el primer Consejo de Ministros. Despegaba así el insólito gobierno. Primero subieron las pensiones un 0,9%, y unos días después fijaron el SMI en 950 euros. Cosas que nos regocijaron. Pero pronto aparecieron también los primeros “sapos” que Unidas Podemos deberá engullir de ahora en adelante sin rechistar. Primero fue la llegada de los reyes al Congreso el día de la apertura de la nueva legislatura envueltos en los aplausos de quienes se dicen “republicanos” y hasta “comunistas”. Después, el hecho consumado de la ministra de asuntos exteriores, Arancha González, acogiendo en nombre del gobierno al golpista Juan Guaidó. Y el 4 de febrero, en santa alianza con PSOE, PP, Vox y C’S, vetando en la Junta de Portavoces que el Gobierno facilitara la hoja de servicios del torturador franquista “Billy El Niño”. Aunque otros “sapos”, como vender armas a Arabia Saudí para masacrar al pueblo yemení o permitir el trámite de la “Ley mordaza digital”, siguen coleteando en los gaznates de los/as domesticados/as morados/as. Tragaderas que Irene Montero, ministra de Igualdad, ha justificado orgullosamente precisando que “están en los bancos azules y hay que hacer lo que hace el Gobierno”.

Gestionar el capitalismo

Llegados aquí la pregunta que se impone es ¿a dónde fue a parar aquel radicalismo que hizo pensar a mucha gente, incluidos/as muchos/as trabajadores/as, que Podemos acabaría con las injusticias del capital?

Todo ha sido una patraña. Podemos se inventó para consolidar una socialdemocracia desacreditada y debilitada, y con ella – como vemos- seguir gestionando el sistema capitalista. Un sistema basado en la explotación más cruel que sólo se extinguirá, que a nadie le quepa la menor duda, con la lucha de los/as comunistas al frente de una clase obrera concienciada y organizada. Lo demás es hacer brindis al sol.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fQ9V