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Estado español :: 27/04/2020

Contra la ofensiva ultrarreaccionaria del capital, ¡ahora o nunca!

Comité de Asturies pola Amnistía
En esta encrucijada histórica en la que nos encontramos, tengamos memoria, porque la clase obrera, aún en las peores condiciones, siempre hemos salido adelante.

En primer lugar, tenemos que puntualizar que la aparición del COVID-19 ha venido a acelerar una crisis que estaba ya anunciada para este año, una crisis de descomposición estructural del sistema capitalista a nivel global. Por lo tanto, no estamos ante una crisis propiciada por el virus, como nos bombardean todos los medios, si no por el contrario, ante una crisis sistémica del capitalismo imperialista de la que el COVID-19 es un derivado más.

Haciendo un análisis de la situación, hay evidencias que nos llevarían a pensar que el virus se está utilizando como pretexto para un gran experimento social a escala planetaria, y ante la situación de pánico y de miedo de las poblaciones, establecer las medidas económicas y sociales que en otras circunstancias no serían aceptadas. Esto lo podríamos encuadrar dentro de las 10 estrategias de manipulación mediática (problema-reacción-solución). Es curioso ver como en octubre de 2019 se celebraron en Wuhan los VII Juegos Mundiales Militares, con la presencia de multitud de ejércitos imperialistas, incluido el norteamericano, y no sería descabellado pensar, como dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, que hayan sido los yankees quienes lo hayan propiciado en su estrategia como potencia hegemónica mundial. Hay una entrevista del año 2010 en el que un investigador norteamericano, según sus fuentes, afirma que en el 2020 iban a “lanzar un virus” en China parecido a la gripe que se iba a extender por todo el mundo. No olvidemos que China está haciendo frente a los EE.UU. en una guerra comercial, económica y tecnológica que estos no pueden tolerar. El líder de Irán, Alí Jamenéi también acusó a los EE.UU. de estar detrás de la pandemia, haciendo alusión a que se pudiera tratar de un arma biológica. También, un militar ruso declaró que no se trata de una pandemia, si no de una estrategia más utilizada por las élites anglosajonas/sionistas para llevar a cabo su plan de reducción de la población.

Tendremos que estar muy atentos a las maniobras de EE.UU e Israel respecto a Rusia e Irán, porque posiblemente, en medio de toda esta sobreinformación y confusión generalizadas, el imperialismo/sionismo tratará de eliminar a aquellos países que les son hostiles.

Cabría recordar también las palabras de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, quien hace unos años declaró lo siguiente: “Los ancianos viven demasiado y son un riesgo para la economía global, tenemos que hacer algo ya”. Sin ánimo de ser conspiranóicos, pero un virus con una estrategia eugenésica les puede venir muy bien a estos tiranos para salvaguardar sus intereses.

No afirmamos nada al 100% respecto a la naturaleza del virus, pero desde luego hay indicios y sospechas de que la pandemia, o bien, ha podido ser algo premeditado dentro de una operación estratégica por parte de la élite anglosajona/sionista para la reducción de población, o bien pudo haberse tratado de un accidente por el cual haberse propagado y del que estas se estarían aprovechando para establecer su agenda de dominio mundial. Existe aún mucha confusión al respecto, pero vamos a dar una serie de datos.

Se está señalando oficialmente a un mercado de mariscos de Wuhan como el sitio principal en el que se empezaron a producir los primeros contagios mediante una zoonosis transmitida por un murciélago, aunque aún no se conoce el ¨huésped¨ intermediario entre este y el ser humano. Además, aún no se conoce oficialmente al llamado “paciente 0”.

Según parece, el COVID19 tiene similitudes con los virus de algunos murciélagos, pero también muchas diferencias. Existen más fuentes que nos dicen que pudo haber sido modificado para que pudiera reproducirse en células humanas, y todo apunta como partícipes del experimento a la Universidad de Carolina del Norte y al Instituto de Virología de Wuhan, que, por cierto, se encuentra a pocos kilómetros del famoso mercado de mariscos. Si la teoría del accidente fuera cierta, los partícipes e ideólogos en este experimento habrían sido quienes crearon el riesgo de extender el virus, como finalmente ha pasado. Por otro lado, hay que decir que el Instituto de Virología de Wuhan no sólo recibe financiación del Estado chino, sino también de Francia y de los EE.UU.

En resumidas cuentas, e intentado tener una visión dialéctica y materialista de los hechos y del propio desarrollo del capitalismo, tanto las enfermedades víricas, como el deterioro medioambiental y otros males que nos asolan surgen como consecuencia de la explotación ilimitada de los recursos, de la destrucción de la biodiversidad y de la naturaleza por la propia lógica intrínseca al modo de producción capitalista.

Más allá del origen y de la naturaleza del virus, es evidente que esta situación se está utilizando para establecer cambios sociales, económicos, políticos y culturales de mucho calado que modificarán toda la estructura del sistema capitalista global y de las sociedades.

Al margen de lo ya mencionado, llevamos confinados y en un estado de excepción encubierto desde hace un mes y medio. Nos encontramos en una situación inédita. Las calles están militarizadas y hay un amplio control sobre la población. Los abusos policiales ya son algo constante. Se está creando un clima belicista y parece que nos estén preparando para escenarios posteriores. Todo indica que habrá sucesivos confinamientos en los próximos meses y que el ¨estado de alarma¨ se volverá, en la práctica, casi permanente.

Para hacer frente a esta situación, el gobierno ha aprobado unos presupuestos que son un insulto a la clase obrera y los sectores populares. Harán que nos endeudemos aún más y que sigamos por la senda de la subordinación absoluta al BCE y a las principales entidades financieras. Por otro lado, ni siquiera han anulado el pago de los alquileres, no garantizan el 100% del sueldo a los trabajadores afectados por los ERTES, no prohíben los despidos y se siguen ejecutando desalojos (véase el caso de La Ingobernable en Madrid), además de obligar a trabajar a millones de personas en trabajos no esenciales, con el peligro que esto conlleva para su salud y para la de sus familias. Se han notado desde el principio todos los recortes en materia de sanidad que todos estos años han venido realizando tanto el PP como el PSOE, por lo que los profesionales sanitarios se han visto totalmente precarizados llegando a utilizar cualquier cosa que tuviesen a mano para protegerse, como por ejemplo bolsas de basura. Ha quedado al descubierto aquello que se decía de que teníamos el mejor sistema sanitario del mundo, que ante un imprevisto de grandes proporciones como este, se ha visto completamente saturado y sin los medios necesarios. Si aún no ha colapsado se debe principalmente a la profesionalidad y la labor de los trabajadores sanitarios, y no a la gestión del gobierno.

Nuestras condiciones de vida son cada vez peores y se espera que vaya a haber un aumento de la miseria sin precedentes. La propia ONU ya está hablando de que se puede generar una “hambruna de proporciones bíblicas”, señalando que pueden morir 300.000 personas de hambre al día en un período de 3 meses, es decir, unas 27.000.000 de personas, más otras 265.000.000 que están ya pasando hambre y las cuales verán agravada su situación.

El sector clave de la economía española, como es el sector terciario, va camino de hundirse de una forma estrepitosa. La patronal de la hostelería asturiana cifra en 1/3 los negocios que van a tener que echar el cierre, por no hablar de los pequeños comercios y del turismo, que va a ser nulo.

Los establecimientos, comercios y eventos culturales de todo tipo que hasta ahora concentraban una multitud de personas, se han acabado, y entraremos en un nuevo escenario. El distanciamiento social se impondrá y los aforos se limitarán muchísimo, con todo lo que eso conlleva para los pequeños y medianos negocios.

Habrá una reconfiguración de la economía y se empezarán a priorizar otros modelos. Para salvar al sistema de su propio hundimiento, nos querrán imponer un nuevo orden económico mundial basado en una mayor acumulación del capital, y por tanto, una mayor explotación de los pueblos, lo que sin duda hará que se profundicen aún más las propias contradicciones internas del capitalismo. Esto traerá consigo cambios sociales y culturales muy profundos, y es evidente que no irán dirigidos hacia una ampliación de las libertades, sino todo lo contrario.

Según diversos medios científicos de la burguesía la robotización y digitalización de la sociedad han llegado para quedarse. Habrá despidos y cierres masivos de empresas (como ya estaba sucediendo) y se empezará a establecer, en algunos sectores, como en una parte importante del funcionariado, el trabajo no presencial.

La caída del PIB y las cifras del paro podrán llegar a superar el 20%, y esto traerá consigo una amplia proletarización de lo que hasta ahora podríamos denominar como pequeña burguesía.

Nos están hablando de una reedición de los Pactos de la Moncloa de 1977, que supusieron la traición de clase definitiva que ya se venía gestando de tiempo atrás hacia el movimiento obrero. En aquellos años el PCE de Santiago Carrillo y CC.OO. jugaron un papel fundamental, y ahora parece ser que ese papel lo van a desempeñar Unidas Podemos con Pablo Iglesias a la cabeza. No caigamos en la trampa de creernos que existe un capitalismo de “rostro humano”, porque son conceptos antitéticos. No podemos tolerar que volvamos a ser el pueblo quien paguemos su crisis, porque si tenemos memoria, aquellos pactos supusieron el desarme ideológico y organizativo de la clase obrera, las reconversiones industriales y la desindustrialización del país.

Si recurren a esta “2ª transición”, es precisamente por la crisis política y económica del régimen. Supondría un reforzamiento del monopolio político para dejar fuera de manera definitiva cualquier oposición política de gobierno que se saliese de los estrechos márgenes marcados por su legalidad.

Desde el gobierno seguirán con la falsa disyuntiva progresismo-extrema derecha, para justificar de esta forma que los pactos son buenos para los trabajadores ya que según parece, VOX se va a quedar fuera. Si aceptamos estos nuevos Pactos de la Moncloa estaremos cavando nuestra propia tumba, ya que traerán consigo la pérdida definitiva de los pocos derechos y libertades que aún nos quedaban y la subordinación aún mayor de la política y la economía del país a los grandes bancos y monopolios capitalistas. Todo ello, decorado con políticas de maquillaje de carácter identitario que no mejorarían lo más mínimo las condiciones materiales de la clase obrera, sino todo lo contrario.

Nos dicen que con los sacrificios de “todos” saldremos de esta, intentando así que veamos a nuestros enemigos de clase como aliados. Invocan el espíritu patriotero más rancio fomentando el militarismo y el chivateo entre los propios trabajadores.

Tenemos que decir bien claro que si alguien está dando alas a VOX y compañía es precisamente este gobierno. El fascismo ya se encuentra institucionalizado en los principales organismos del Estado desde hace más de 80 años, dónde la impunidad, el autoritarismo y la corrupción más absoluta campan a sus anchas sin que haya nadie realmente dispuesto a cambiarlo.

En materia represiva, y con el pretexto del contagio, se nos aplicarán las medidas más feroces que hayamos conocido hasta ahora. Por una parte, la aplicación de la ley mordaza extendida a toda la población, el seguimiento y rastreo de todos nuestros movimientos, las pulseras de geolocalización que ya se están fabricando, además de crear nuevas infracciones, armar con pistolas eléctricas y dar más poder a la policía y establecer pautas de conducta para la población.

También podríamos hablar del conocido como “decretazo digital”, aprobado, por cierto, con la abstención de Unidas Podemos, y que supone que el gobierno pueda cerrar webs y censurar cualquier contenido de internet que les parezca “subversivo” sin orden judicial.

El distanciamiento social parece ser que podría implementarse de forma permanente hasta 2022, con todo lo que eso supone (imposibilidad de convocar manifestaciones y concentraciones efectivas por la vía legal, persecución de reuniones, asambleas, etc.). Es un arma de doble filo. Y parece obvio que todas estas medidas no solo se están aplicando para frenar los contagios, si no que tienen como objetivo el aislamiento y la eliminación de toda disidencia política, son dinámicas que se cronificarán. Y lo más grave es que se pueda hacer con la connivencia y la aceptación de una parte de la clase obrera, que ante una situación de miedo, demande más seguridad en pro de una falsa “paz social”, que es como eufemísticamente la burguesía llama al silencio de los explotados.

Toda esta deriva va encaminada hacia una fragmentación social de grandes dimensiones, hacia el individualismo y el conformismo, en definitiva, hacia la aceptación del “status quo”. Las situaciones de frustración, confusión y depresión hacen que se inhiba la acción humana, y por tanto que se genera una parálisis, y no lo podemos permitir.

Todas las medidas restrictivas que se van a ir implementando tendrán como coartada los contagios, y una de las más preocupantes, de la que se viene hablando desde hace años en las altas instancias financieras, es nada más y nada menos que la eliminación del dinero físico, con la excusa de la higiene y de la lucha contra la economía sumergida. Esto supondría la puñalada definitiva para cualquier mínimo atisbo de libertad, y ya podemos ver cómo se están empezando a poner restricciones en este sentido. Los grandes bancos y monopolios nos tendrían completamente sometidos a sus intereses, el dinero en efectivo perdería su condición de “anónimo” y pasaría a estar digitalizado y controlado en su totalidad por ellos. Las consecuencias serían catastróficas para toda la población y especialmente para la clase obrera y para aquellos sectores que nos negásemos a proporcionar todos nuestros datos a estas grandes entidades, que nos quedaríamos “fuera” del sistema.

Podemos presenciar la fragilidad de la economía capitalista-monopolista, que va camino del colapso. Su entrelazamiento e interdependencia hacen que si un sector productivo cae, los demás también lo hagan. En este contexto, con el cierre de fronteras y las trabas para el transporte y la distribución de suministros, nos podemos acercar a un período de desglobalización y este generaría un caldo de cultivo para los discursos nacionalistas más reaccionarios y para la fascistización de los Estados. Si se pone en peligro la producción y distribución de alimentos, materias primas y energía, en países como España, que no tenemos soberanía ni una industria fuerte propia, nos haría retroceder a una economía de posguerra.

Esto supondría la fragmentación y el fracaso de la UE, y por lo tanto también las condiciones para luchar por salir de esta alianza imperialista en la que prima la usura financiera y la insolidaridad, como estamos comprobando día tras día.

No nos encontramos ante una crisis cíclica o estacional del capitalismo, si no por el contrario, ante una crisis estructural y definitiva del sistema. El capitalismo no da más de sí, es un sistema insostenible y los planes que están llevando a cabo entre los grandes oligarcas y las grandes corporaciones son y serán precisamente para sostenerlo y para aumentar su dominio y sus beneficios, aunque sea a costa de nuestras vidas o de una III Guerra Mundial. Es curioso ver como la OTAN tenía planeadas del 20 de abril al 20 de mayo, en diversos países de Europa, las mayores maniobras militares desde la guerra fría. Como consecuencia del virus las han tenido que aplazar, aunque eso sí, las inversiones millonarias en gasto militar no paran de aumentar.

Si alguien saldrá bien parado de esta crisis son precisamente los monopolios farmacéuticos, empresas como Google, Amazon o las grandes marcas de telefonía y telecomunicaciones y de la industria militar. Como se suele decir, a río revuelto ganancia de pescadores.

Tenemos que prepararnos para la ofensiva ultrarreaccionaria que el capital va a desencadenar contra todos nosotros. Debemos adaptar nuestras formas de lucha y de organización a la nueva coyuntura social, recuperar la identidad de la clase obrera y no descartar ningún método de lucha. Urge fomentar la unidad de acción del movimiento popular bajo un programa rupturista que nos cohesione, nos empodere políticamente y ponga a nuestro favor la correlación de fuerzas. Por más que lo quieran ocultar, el motor de la historia sigue siendo la lucha de clases, y si hay algo que temen los grandes capitalistas es el auge de un movimiento revolucionario que tenga como perspectiva la conquista del poder y la implantación del socialismo dentro de una economía planificada que expropie de sus manos manchadas de sangre todas las riquezas que nos pertenecen. La economía tiene que estar subordinada a los intereses del pueblo, y no a la inversa.

En esta encrucijada histórica en la que nos encontramos, tenemos que aprender de las experiencias revolucionarias y de las organizaciones y personalidades que, en los momentos más difíciles, lo dieron todo por la revolución y la libertad y la justicia de los pobres. Tengamos memoria, porque la clase obrera, aún en las peores condiciones, siempre hemos salido adelante.

Para ir cerrando, creemos que es fundamental hacer un llamamiento a la desobediencia civil en toda su amplitud. No nos podemos quedar de brazos cruzados aceptando la criminal legalidad que nos está conduciendo a una opresión sin precedentes. Pensamos que es importante también fomentar el internacionalismo y establecer, dentro de lo posible, lazos de solidaridad y colaboración con organizaciones de otros países del sur de Europa. En estos momentos, la disyuntiva real que nos tenemos que plantear es socialismo o barbarie. Luchemos por acabar con este sistema que nos condena a la destrucción planetaria. Las condiciones objetivas están dadas. Pongamos nuestro granito de arena para crear las condiciones subjetivas que lo posibiliten. La rabia de tantos años de injusticias hará saltar por los aires el entramado de poder capitalista. ¡Ahora o nunca!

https://actualidad.rt.com/actualidad/345947-china-sugiere-ejercito-eeuu-ha-llevado-covid-19-pais-asiatico

https://www.abc.es/sociedad/abci-iran-insinua-estados-unidos-podria-haber-creado-coronavirus-202003221015_noticia.html

https://www.voltairenet.org/article209125.html

https://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com/2020/04/el-coronavirus-se-modifico-en-2015-en.html

https://www.technologyreview.es/s/12034/aceptemoslo-el-estilo-de-vida-que-conociamos-no-va-volver-nunca

 

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