Lejos de lo que el estado pretende, no hay renuncia en la lucha ni tampoco en la solidaridad

El preso político vasco Patxi Ruiz se encuentra en una situación crítica después de más de 13 días de huelga de hambre. Ahora está de nuevo en prisión después de haber sido hospitalizado. Tiene riesgo real de morir en cualquier momento. Inició la huelga de hambre en un contexto en el que las medidas sanitarias no se estaban aplicando y, en cambio, se producía una situación de vulneración de los derechos de los presos de manera sistemática. También como respuesta a las amenazas de muerte que recibió por parte de los funcionarios por la denuncia que estaba haciendo de la situación.

Hay que remarcar que la prisión donde está encarcelado, Murcia II, es una de las cárceles del estado donde se hace más evidente la injusticia del sistema penitenciario: amenazas y violencia por parte de los funcionarios, alta tasa de suicidios, vulneración de derechos básicos de los presos.

Esta situación tan crítica se enmarca en una política penitenciaria del estado español que se caracteriza por la dispersión, el aislamiento y el trato violento contra las presas políticas. El sistema penitenciario actúa bajo las órdenes de la dirección de la prisión y la aprobación del Gobierno central, que están dispuestos a dejarlo morir antes que mejorar las condiciones de las presas.

El origen y el carácter de las presas políticas es político. La razón que ha llevado Patxi Ruiz a esta situación no es más que un sistema penitenciario cruel del estado español, que pretende venganza contra las presas políticas. Ante esto, toda la solidaridad con él y el resto de presas políticas. También con todas aquellas luchadoras que se han movilizado y han secundado la huelga de hambre.

Lejos de lo que el estado pretende, no hay renuncia en la lucha ni tampoco en la solidaridad!