Hace 88 años el pueblo ruso tomó las riendas de su historia y empezó a construir su proyecto histórico, el socialismo. Bajo la dirección de Lenin y el Partido Bolchevique obreros y obreras, campesinos y campesinas y militares toman el poder sustituyendo el gobierno oligarca por el poder soviético, el poder del pueblo.
Esta revolución no nació de la nada, sino de la acción paciente y laboriosa del Partido Bolchevique magistralmente dirigido por V.I. Lenin. Los revolucionarios y revolucionarias soviéticos se dedicaron a generar las condiciones subjetivas necesarias para avanzar hacia la emancipación humana. Entre otras, su tarea consistió en aguardar el momento en el que el conjunto de la clase obrera era más fuerte y la burguesía más débil, y catalizar determinados procesos de las condiciones objetivas.
Pero la Gran Revolución Socialista de Octubre no es sólo un mito, ni tinta en los libros de historia, es el ejemplo del que debemos beber a nivel práctico y teórico la organización de los Jóvenes Comunistas, es donde vemos la necesidad de ser vanguardia de la clase obrera y el resto de las clases populares.
La Revolución Soviética fue el ejemplo de que la clase obrera puede tomar el poder contra los planteamientos de los reformistas y la socialdemocracia que abogan por adormecer la conciencia revolucionaria hasta que la situación vuelva a ser positiva para la burguesía.
Lenin rompe con un ciclo de la historia y pasa a otro en el que el poder soviético marca un hito a partir del cual la humanidad tenga la meta para su completa liberación: el comunismo.
visita nuestra web:www.nodo50.org/cjc