Ideología de la prostitución

El capitalismo/patriarcado es un modo de producción y un sistema que condiciona las formas de relaciones humanas, de clase, de sexo, raciales y con la naturaleza. Que organiza sus estructuras de poder atendiendo a la globalidad del sistema capitalista/patriarcal, y que está sustentado por una ideología, como conjunto de ideas, creencias y actitudes que legitiman este sistema, esta realidad condiciona una triple explotación-dominación: la dominación/explotación de clase; la dominación/explotación de sexo; y la dominación/explotación colonial y nacional.

Estas estructuras de poder con sus respectivas ideologías y violencias son a su vez sustentadas por las instituciones, los medios de comunicación y en el caso de la opresión patriarcal, ejecutada por los varones beneficiarios directos e inmediatos del sistema.

La prostitución es una de las estructuras del sistema patriarcal/capitalista, con una ideología de legitimación de esta que está claramente arraigada en nuestra sociedad, y que es utilizada como mecanismo de control y de ejercicio de poder y de violencias patriarcales hacia las mujeres, en especial las de clase obrera. La prostitución es una práctica por la que los varones se garantizan el acceso grupal y reglado al cuerpo de las mujeres, el libre acceso al cuerpo de las mujeres está garantizado en la totalidad del planeta.

Esta ideología sostiene, por un lado, que los hombres tienen derecho a satisfacer sus necesidades sexuales, por otro, que la sociedad tiene que proporcionales, de una u otra forma, un mercado de mujeres para satisfacer esas necesidades. A costa de quién sea, como sea y sean cuales sean las consecuencias, ya sean mujeres provenientes de las bolsas de pobreza, ya sean mujeres y niñas víctimas del tráfico de mujeres, etc. ése no es el problema de los puteros. Ellas no son sujetos, son los objetos, las mercancías expuestas para que el comprador elija, pague y se corra.

Además la prostitución junto a la pornografía, son una escuela de sexualidad para los hombres, en tal escuela no sólo aprenden que el único placer importante es el suyo sino que salen con un absoluto desconocimiento de la sexualidad femenina. La prostitución de mujeres es para los hombres una escuela de egolatría y prepotencia y la negación de toda empatía, donde priman sus deseos y no importa en absoluto lo que vivan y sientan las mujeres prostituidas. Es una auténtica escuela para aprender e interiorizar las relaciones de desigualdad.

Por un mundo sin prostitución, ¡ABOLICIÓN YA!

MALVA