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Estado español :: 20/07/2020

Balance político de las elecciones en Galiza y Euskadi

TrinCHEra - Organización Obrera Popular Revolucionaria
Pactos de la Moncloa ad hoc: cuando la política de estado es permanente y más que algo formal

Balance del episodio electoral en Euskadi y Galiza

Pactos de la Moncloa ad hoc: cuando la política de estado es permanente y más que algo formal

Más allá de los análisis de pactos, debacles de unos y victorias de otros, el proceso electoral del domingo 12 de julio confirma un elemento clave: el triunfo de una política de Estado apuntalada sobre los límites de la sacrosanta Unión Europea, la Ley de Partidos de 2002 y la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017.

De esta contienda en una parte de Euskal Herria y en Galiza, intentaremos extraer aspectos que nos ayuden a fortalecer nuestra línea política e intentaremos huir de toda lectura reduccionista y simplista: los resultados arrojan algo más que la reelección de dos dirigentes y el anunciado hundimiento de Podemos. Estas elecciones demuestran, una vez más, que hay una política de Estado y, en el corto y mediano plazo, suponen un salvavidas al PSOE y a Pedro Sánchez. También dejan entrever que el proceso de recentralización estatal no se ha detenido. 

La victoria aplastante de Feijoo, defensor de una política más amigable hacia el actual gobierno estatal, va acompañada de una crítica a la actual dirección del Partido "Popular", encabezada por Pablo Casado. La victoria del PNV, que gobernará con el PSE, cuenta con una alternativa aritmética: PSE, EH Bildu y Podemos. Por último, la derrota de Podemos en ambas contiendas supone un debilitamiento del partido de Iglesias dentro del Gobierno de Coalición. 

Las posibilidades de una moción de censura al actual gobierno estatal se van alejando cada vez más. Ciudadanos se ha alejado del griterío parlamentario, ha aprobado los Estados de Alarma y ha dejado abierta la puerta a apoyar los Presupuestos Generales del Estado de 2021. Las posiciones del PP, que no se opuso el Ingreso Mínimo Vital, con la victoria de Feijoo, indican una bajada de tono. Esta tendencia dificulta el entendimiento de eso que llaman "las tres derechas" y, por ende, un acuerdo encaminado hacia una moción de censura. Por otro lado, la derrota “sin paliativos” de Podemos aleja la posibilidad de un intento de romper el Gobierno de Coalición: unas elecciones generales supondrían un duro revés para el partido encabezado por Iglesias. 

El ciclo abierto con el 15M y la aparición del bipartidismo de cuatro – PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos - se va cerrando. Quedan las elecciones en el Principat y los movimientos de las diferentes fuerzas electorales catalanas no hacen pensar que la tendencia sea diferente. ERC hace meses que optó por posiciones más pragmáticas –apoyo al Gobierno de Coalición, apoyo al Estado de alarma, ¿apoyo a los presupuestos 2021? - y el espacio convergente bucea en su ADN al mismo tiempo que mira al PNV, hasta el punto de que la "nueva" marca resucitada se llama Partido Nacionalista Catalán. 

En definitiva, asistimos a una nueva edición de una apuesta porque "todo cambie" pero que nada se transforme. Se trata de la consolidación de una política de Estado que, a su vez, está condicionada por dos pilares que se retroalimentan entre sí: la losa indiscutida de la Unión Europea y los límites de "lo aceptable" definidos por la Ley de Partidos y la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017. Vamos a intentar explicar por qué.

Creemos que no es casual que el griterío institucional se haya ido atenuando a medida que han ido sonando los euros del Fondo de Reconstrucción de la UE. Es ingenuo pensar que la clase capitalista de un país, en su conjunto, olvide tan fácilmente que la financiación de Bruselas exige consensos entre capitalistas y represión hacia la clase trabajadora.

De forma paralela, este proceso electoral refuerza, una vez más, el marco normativo – a menudo olvidado – impuesto a partir de la Ley de Partidos de 2002 y la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) de 2017. Esta última establece claramente que “En España se puede defender cualquier proyecto político siempre que se haga en estricta observancia de la legalidad y con respeto a los derechos y libertades de sus ciudadanos.”. La traducción de este párrafo es clara: es legal cualquier proyecto político que obedezca, acate, cumpla, respete disciplinada y sumisamente al Poder burgués sin cuestionar sus derechos, privilegios y libertades, en última instancia: la propiedad privada, la "libertad" de explotar y oprimir.

A lo largo de estos años hemos visto como el generoso arco parlamentario nos permite vestir de manera informal, llevar rastas, realizar discursos muy reivindicativos e insultar si es necesario siempre y cuando quede en eso: en pura retórica. 

Con elecciones o sin elecciones, las luchas obreras y populares se agudizan

En el editorial de nuestra prensa "La Batalla" de hace un mes, anunciábamos los coletazos de este episodio electoral en el marco de la más grande crisis internacional integral que haya vivido el capital, e insistíamos, como lo hacemos recurrentemente, en que debemos recuperar como clase, no solo la iniciativa, la organización y los métodos de lucha, sino también, la objetividad de nuestros análisis de situación política y de coyuntura, donde además de necesariamente precisar de qué se tratan los movimientos de piezas de las clases dominantes, ubiquemos siempre el eje central en la lucha de clases, en la correlación de fuerzas que tenemos como tal para irrumpir en los planes de los de arriba. Y es aquí, nuevamente en este terreno, en el que vemos nuevos déficits a la hora de pensar la realidad desde nuestras propias matrices, con vocación de poder real, y proponiendo organizarse para intentar destruir las proyecciones de agenda política de las burguesías.

Los resultados electorales de la contienda disputada en dos de los más importantes territorios del estado, nos lleva a seguir reflexionando sobre como el hecho político se dirime entre la parcial, escasa, circunstancial, efímera y recortada representatividad de la realidad, y la proyección política de la misma, comenzando por pensar en que hay que repensar objetiva y estructuralmente fenómenos visibles como la abstención, e invisibles, como la gran masa obrera y popular de millones de personas que no tienen acceso al voto ni a la más mínima "legalidad" como individuos frente al "estado de derecho".

La crisis mundial está comenzando a encontrar limitaciones objetivas y concretas para encarrilar las masivas expresiones de protesta social ante la pérdida cada vez más notable de vigencia consensual que genera el confinamiento, tanto como medida represiva e intento de control social, como mezcla de improvisación, confusión, desidia y desesperación de las clases dominantes, tanto para contener los rebrotes, como para medir la proporcionalidad de la protesta y la represión, en un escenario mundial cada vez más complejo y cada vez más turbio.

En Catalunya, la acción "independiente" del Govern prevista por el "acuerdo sanitario" con las comunidades, ya está siendo en sí mismo una trampa sin salida con la que de forma muy inteligente el gobierno central monopoliza y capitaliza los fracasos políticos de sus adversarios retóricos. La desidia en torno a los rebrotes de Lleida y el Segría, expuso de conjunto a la burguesía catalana y sus aliados, no solo en términos de una encerrona política por los rechazos judiciales a las nuevas iniciativas represoras de Quim Torra con apoyo de gran parte del arco político institucional catalán, y sobre todo de la CUP (sin sorpresas), que en su trágico descenso al basurero de la historia, no solo no denuncia estas maniobras sino que pide más confinamiento excusado en que se "¡garanticen las medidas económicas y sanitarias necesarias!", cuando a más de 4 meses de haber ajustado y empobrecido como nunca a nuestra clase, y haber construido millones de nuevos pobres provenientes del sector autónomo, cuentapropista y pyme a los que literalmente se los ha fundido, no se ha dado ni se va a dar ninguna solución desde cualquier gobierno ejercido por las actuales clases dominantes... 

Las mismas clases que conforman orgánicamente y aplauden la variopinta y necesaria (más que nunca) lavada de cara al sistema y las instituciones de este estado central (sustituyendo el trabajo sucio de Podemos), la que se aprestan a garantizar las formaciones socialdemócratas y liberales correligionarias de la misma CUP y ERC, como el BNG y EH Bildu, construyendo la retórica y el relato del crecimiento electoral de estas formaciones como un triunfo "popular". Pero atención, ya lo hemos afirmado en más de una oportunidad: la realidad concreta actúa por si misma, empíricamente, y en el contexto de la crisis más espectacular de la historia al momento, los ascensos y descensos políticos meteóricos, dentro de los marcos capitalistas del estatus quo, también son en "V"... incluso, para aquellos/as que se dicen de "izquierdas" y dicen "defender a los/as trabajadores".

Más indignante aún es la retórica de estos sectores de la socialdemocracia liberal capitalista, cuando ante la exposición de las condiciones de trabajo esclavo de las y los inmigrantes en estas localidades y provincias catalanas, como sucede en Huelva y en los núcleos agricultores, porcinos y ganaderos del estado, no hay foco ni centralidad en denunciar las raíces históricas de esta situación. Cuando siendo parte de las instituciones de este estado, en toda su convección, se trata de cuidar no hablar de los productores, pequeño productores y arrendatarios catalanes, eso sí, bien "nacionalistas", convergentes e "independentistas" como explotadores y beneficiarios de la renta agraria que son, se es cómplice de la gravedad insostenible de la situación general y del cuadro, de la estructura concreta en que la clase obrera se encuentra para poder avanzar en posiciones de ruptura con estos consensos "sanitarios", que a esta altura, y sin contar con la correlación de fuerzas necesaria para haber garantizado un cuidado REAL de nuestra salud física y económica, se hace cada vez más necesario romperlos y destruirlos frente a las falsas dicotomías generadas por "los expertos"... expertos en generar hambre y miseria, porque riesgos más grandes que el virus son el futuro que nos preparan para los pobres y nuevos pobres, para toda la clase obrera.

"Clímax" sanitario e internacionalismo proletario

Superado el clímax del "consenso sanitario", los sondeos económicos reales y hasta los "oficiales", hunden día a día las expectativas del coaching promocionado por los "expertos", ayer para "salvarnos del virus" y "cuidar vidas", hoy para "salvar la economía" y "evitar" un nuevo retroceso con mayor necesidad represiva. Lo cierto es que el clima social es desconcertante pero ciertamente proporcional a la apertura de ciertos paraguas represivos en el estado español y el mundo entero (aumento de salarios a todas las fuerzas represivas del estado, mejoramiento de equipos, aumentos de presupuesto, etc.), y aunque esto no se traduzca linealmente en la posibilidad de tener que utilizar estos recursos como se planifica, la gravedad de la situación parece ser que "lo amerita". 

La lucha y la violencia en las calles, la protesta que comienza a adquirir nuevas tonalidades de combatividad expresa, no se puede tapar ni ocultar con el blindaje exponencial que demuestran los medios de incomunicación al servicio de los ricos, de los gobiernos, de los empresarios y los imperios. Las últimas protestas y hechos en Grecia con importantes grados de confrontación, se suman a las de Francia y Tel Aviv en estos días, también Chile comienza a despertar nuevamente y con él, toda Latinoamérica que se encuentra en un momento clave del desarrollo de la pandemia.

Ni la mesura, ni la desmesura sanitaria... el puro capitalismo sigue haciendo estragos a todos los niveles y no hay excepción que valga en momentos en que se está jugando la tasa de plusvalía y la concentración de las riquezas más bestial y rápida que se haya visto jamás. 

El capital tiembla en todos los frentes porque, como lo advertimos desde un principio, el virus no hizo más que desnudar y agudizar las contradicciones naturales de un orden económico y social mundial inapelable. No están en juego, por ahora, los pilares centrales del poder, ni mucho menos el plan económico, pero si comienzan a visualizarse cuales pueden ser las tendencias al reacomodamiento político que se piensa desde "arriba" y cuales podrían ser las tendencias con las que arruinemos esos planes.

Volviendo al necesario señalamiento del principio, no exagerábamos cuando, previo a conflictos obreros símbolo, como el de Nissan y Alcoa, Airbus, las movilizaciones del personal de sanidad que crecen (en el estado español y en mundo) y decenas de miles de plantillas más pequeñas que estas afectadas por ERE's, y ERTE's masivos, decíamos que la situación de la re-estructuración económica mundial centrada en la objetiva y fundamental condición capitalista de la competencia, agudizaría y aceleraría aún más el proceso de internacionalización, descomposición, diversificación, extranjerización, concentración y des-localización del capital, al igual que se acrecienta aceleradamente, producto de estos fenómenos, la gran masa mundial de trabajadores y trabajadoras asalariad@s y parte de una economía informal-popular. 

Conciencia, Consensos y burocracias

La continuidad de la sangría industrial y el tremendo ajuste actual del sector de bienes y servicios, se asienta sobre la base un nuevo re-acondicionamiento del consenso en las bases obreras en torno a los despidos y las suspensiones. 

El trabajo estructural, fundante de este estado que han desarrollado históricamente las burocracias sindicales como baluarte principal de las clases dominantes, hoy está cumpliendo su efecto de daño más terrible y brutal: construyeron las condiciones necesarias para que cuando llegase el momento, hoy reine nuevamente la confusión, el desconocimiento, la pasividad y la resignación ante los ataques sistemáticos de los de arriba.

Ese atraso en la conciencia, en la solidaridad y en la voluntad de lucha, no es gratuito, es histórico. Y responde también y fundamentalmente a nuestras debilidades como clase, como sectores de vanguardia dentro de la clase que no hemos podido construirnos como tales en todos estos años, como producto de derrotas históricas, pero también de profundos errores políticos y organizativos propios, por el sectarismo, el corporativismo, el dogmatismo, por la falta de agallas, de generosidad humana y política, entre otras. 

Pero en una crisis como esta se presenta la oportunidad del renacer de todas estas expresiones combativas, clasistas, anti-burocráticas, unitarias y decididas de la clase obrera y el pueblo, se presenta nuevamente la posibilidad real de una rebelión de las bases ante las conducciones criminales y burocráticas, cómplices de este descalabro en nuestras condiciones de vida.

Al igual que en las organizaciones políticas, las dirigencias sociales y sindicales están comenzando a entrar crisis en muchos sectores, por el momento, ante acciones espontaneas de pequeños grupos de bases desencantadas y desorientadas, pero con la posibilidad y la perspectiva de que una acción planificada de intervención sobre estas disidencias, pueda quebrar el consenso que hoy dominan con relativa tranquilidad las conducciones sindicales de todo tipo, color y discurso, manteniendo la paz de sus chiringuitos. 

Sabemos que será un proceso largo y que no será lineal ni ascendente siempre, pero desde estos sectores de nuestra clase estamos decididos a construir acumulación y organización política de la disidencia obrera con las conducciones actuales, y apostamos a hacerlo de forma transversal, concibiendo la amplitud que implica abordar a nuestra clase con las herramientas necesarias para edificar y contener ese esfuerzo, por ello, la Corriente Clasista Primero de Mayo que estamos impulsando con compañeros/as de todos los sectores, en todo el estado y de las más diversas procedencias, es un muy buen punto de partida para esta tarea. 

Proyección de la conflictividad en relación a lo interno y lo externo

Los elementos primordialmente económicos y sanitarios que apuntalan la crisis, se suman a los demás aspectos de la misma en relación a la descomposición social, humana, cultural, y fundamentalmente, a las condiciones del trabajo en el siglo XXI. Esta transversalidad de la que hablamos responde también, dentro de la clase obrera internacional, a la magnitud de estos fenómenos que rebasan las fronteras estatales/nacionales. 

Como clase, debemos pensarnos en términos internacionales, esa es nuestra verdadera política, y en base a ello, hoy, vemos más que nunca la necesidad de alinear e intentar hacer foco en que las posibilidades de la lucha de clases deben ser puestas y recuperadas como eje central y a la vez proyectadas hacia afuera. Cuando los fenómenos de masas se intensifican en estos planos, cuando cualquier disparador es fósforo en un reguero de pólvora, sabemos, vemos y reconocemos como impactan en las realidades de nuestra clase al punto de lograr movimientos ascendentes en la protesta, la movilización y la lucha.

Pero cuando esos fenómenos responden solo a efectos "no forzados" de las clases dominantes, generalmente se resuelven en los cauces propios que proponen los de arriba, para que nada sea cuestionado más que en sus formas y no en su contenido, por sus raíces. 

Bastaron unas semanas para que la rebelión afro-descendiente y de la comunidad negra norteamericana que conllevó movilizaciones mundiales, volviera a su impasse, en momentos contradictorios y confusos donde se viven récords de contagios por COVID en el seno de uno de los estados más genocidas del mundo. Allí, en fenómenos como estos, es donde vemos las limitaciones propias de nuestras debilidades a la hora de concebir una necesaria independencia organizativa de nuestra clase en relación a quienes dirigen las riendas de este "desorden" económico, humano y social. 

La coyuntura y la etapa nos sigue colocando sobre potenciales, y depende exclusivamente de nosotros/as, de nuestra clase, que esta etapa cambie, para que pasemos de ver como se desarrollan los fenómenos de masas producto de la espontaneidad y de las necesidades concretas de nuestros pueblos, a la organización y a la planificación de nuestras acciones para darle carácter de masas e independencia de clase a la gran mayoría de estos movimientos que comienzan a explotar y rebalsar por abajo, ante la presión de una soga al cuello que aprieta y aprieta cada vez más al conjunto de las y los trabajadores. 

Un cambio de etapa de mediano y largo plazo, para pasar de la retaguardia y la defensiva a una ofensiva general de nuestra clase, solo puede ser producto de nuestra capacidad para construir organización obrera independiente, clasista y anti-burocrática que perdure en el tiempo y el espacio, trascendiendo todos los movimientos e intentos políticos de las clases dominantes (electorales, simbólicos, retóricos, paliativos, represivos, etc.) por imponer su ideología, por imponer su agenda.

La única salida esta en nosotros/as: en la construcción de fuerza y poder de la clase obrera

Desde Trinchera, seguimos convocando a la más amplia unidad de nuestra clase para intervenir en cada conflicto obrero con línea propia, para unir a sus vanguardias y disidencias anti burocráticas, para articular programas mínimos, para proponer formas organizativas y métodos comunes. 

Tener vocación de poder no es solo pensar en el asalto al mismo, momento al que necesariamente debemos llegar algún día nuevamente, si queremos que la realidad se transforme en serio, momento que será producto de una paciente y larga construcción de poder obrero, de doble poder, que supone picar piedra a diario en cada fábrica, en cada barrio, en cada lugar de trabajo, para disputar la conciencia, la moral y la voluntad de lucha de nuestra clase, pero también, para a disputar las conducciones y la dirección de los conflictosconquistar posiciones y victorias que sirvan de ejemplo y moralicen, que construyan nuevas interpretaciones en nuestra clase sobre cómo hay que prepararse, como hay que organizarse y con qué métodos hay que luchar para ganar en todos los campos, comenzando por destronar a las burocracias sindicales de todo tipo, color y discurso, en cada sección, en cada conflicto.

Paciente y estoica tarea cotidiana de conciencia, combinada con audaz intervención en la lucha de clases, en el seno de las relaciones sociales de producción, pero a la vez, con capacidad para hacer política con independencia de clase, con agilidad, inteligencia y capacidad de conducción y dirección, a esas tareas nos abocamos, práctica y teóricamente, todos los días de nuestras vidas hasta la victoria final.

A esa tarea te convocamos compañero/a, porque la realidad lo demuestra y lo exige... Si queremos soñar y vivir dignamente no hay que abocarse a los límites de "lo posible", porque de ello se ocupan todos los días quienes ostentan poder desde todos los lugares donde se ejerce el poder, desde la dirección estatal, empresarial, gubernamental, represiva y monárquica, a un puesto dirigencial como burócrata sindical y/o funcionario... mejor, como decía el Che, soñemos y hagamos realidad lo "imposible".

 

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