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Europa :: 24/08/2020

Lukashenko cogió su fusil

Movimiento Politico de Resistencia
Obsesionado por destruir a Rusia, el gobierno polaco no ha aprendido las más básicas lecciones de su historia propia historia

Lo mismo que ocurrió en Siria en 2011, en Bielorrusia la desestabilización interna es un complemento de la externa, en la que Polonia y Lituania juegan un papel fundamental, bien entendido que quien dice Polonia y Lituana quiere decir OTAN.

Obsesionado por destruir a Rusia, el gobierno polaco no ha aprendido las más básicas lecciones de su historia propia historia. La Segunda Guerra Mundial empezó en su suelo, cuando el grueso de sus tropas miraban a la URSS y no al III Reich.

Hoy siguen mirando hacia el mismo lado y eso no puede acabar bien para ellos. Si en 1939 Gran Bretaña y Francia les vendieron por un plato de lentejas, lo mismo ocurrirá ahora con la OTAN.

Lo más probable es que en caso de guerra con Bielorrusia, si las cosas siguen como hasta ahora, la OTAN no se atrevería a intervenir. Polonia sólo podría ser apoyada por los países bálticos.

Por su parte, Lukashenko contaría con el apoyo militar de legiones de voluntarios rusos y de otras antiguas repúblicas soviéticas, como ya ha ocurrido en el Donbas. A diferencia de Varsovia, en Moscú conocen la historia.

Además, Lukashenko lee los periódicos. Sabe lo que ha ocurrido en Siria y ha conocido de primera mano el Golpe de Estado de 2014 en Kiev. No puede estar sorprendido por nada. Si Guaidó se ha hundido estrepitosamente en Venezuela, los sicarios de imperialismo tiene muy difícil instalarse junto a las fronteras de Rusia.

Es muy probable también que el Presidente bielorruso se conozca al dedillo el manual de las “revoluciones de colores” y tenga preparados las correspondiente antídotos. Las imágenes de los antidisturbios aporreando a los manifestantes sin contemplaciones así lo pone de manifiesto. La de Lukashenko con su fusil AK-47 tampoco dejar lugar a dudas sobre sus intenciones.

En el manual de la CIA no falta de nada. Por eso en los tejados de Minsk se han visto francotiradores, exactamente igual que en Kiev en 2014.

Si quieren triunfar en Bielorrusia, los imperialismo debería cambar en algo sus planes, que están ya muy vistos.

 

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