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Madrid :: 02/09/2020

A Juanjo de Blas

Asamblea El fuego y la piedra
Juanjo de Blas nos dejó el 28 de julio. Un cáncer se lo llevó prematuramente a los 48 años. No tenía que irse, y desde muchos ámbitos ya notamos ese hueco

Juanjo de Blas nos dejó el 28 de julio. Un cáncer se lo llevó prematuramente a los 48 años. No tenía que irse, y desde muchos ámbitos ya notamos ese hueco. Uno de ellos somos las personas que durante unos años publicamos un periódico que se llamaba El Fuego y la Piedra, editado y distribuido en los años 90 por un modesto número de gentes. Más que un periódico, fuimos un colectivo que teníamos un proyecto común, un objetivo mediático que compartimos con otras publicaciones hermanas, Molotov, Diagonal, El Salto... Los recursos para aquella labor eran escasos: apenas un ordenador, conocimientos básicos de QuarkXpress, financiación a base de conciertos, serigrafía de camisetas y venta de sándwiches, y muchas ganas, mucha dedicación. Entonces a la dedicación se le llamaba militancia.

Juanjo fue un militante de aquel periódico. Durante los números publicados (diez, con periodicidad bimensual), su entusiasmo fue contagioso y su aportación imprescindible para que el proyecto siguiera adelante. Espontáneo, divertido, sincero y generoso en el esfuerzo, Juanjo era de los que imprimía optimismo y energía al desarrollo de aquella aventura informativa.

Los compañeros y compañeras que Juanjo tuvo en aquella publicación expresamos desde aquí nuestro cariño, consideración y respeto hacia él. Las personas somos víctimas del tiempo, pero este no es capaz de borrar la sensación de que algunas son necesarias siempre. Cuando lo personal supera a lo político, y los compromisos se convierten en afectos, también vamos por el buen camino.

Cuando se comparten sueños se comparte lo más importante que tenemos. Por eso la pérdida de Juanjo nos resulta dolorosa y por eso desde aquel periódico queremos recordarle en este. También deseamos hacerlo porque creemos que es importante testificar que muchos proyectos comunes pueden quedarse en el camino, pero los vínculos que se tejen en ellos perduran muchos años. La pretensión de la utopía genera lazos imborrables. La búsqueda de un mundo con Justicia Social, Igualdad en Derechos, Equidad, Autonomía, Respeto, Emancipación y Solidaridad, no solo establece una aspiración, también es una revolución en sí misma, y a pesar de las pequeñas derrotas, queda la sensación de haber hecho bien, la sensación de haber compartido el trayecto con muy buena gente.

El periódico desapareció y quedamos las personas. Y las personas seguimos haciendo pequeñas cosas, y no nos olvidamos. Y no olvidamos a alguien que en aquel momento era fundamental y, después de compañero, fue un colega, un amigo.

Juanjo siguió con su militancia en el BAH (Bajo el Asfalto está la Huerta), con sus intentos de transformar la realidad política de su pueblo, Galápagos, con su trabajo implicado en la agricultura ecológica, con su familia, con su vida. Juanjo era de ese tipo de personas que es capaz de impregnar su existencia cotidiana del conjunto de predicaciones que muchos buscamos para la nuestra: ecologista, anarquista, feminista, antifascista... Pero no presumía de ninguna de esas cosas. Era él. Era así.

Y por todo eso deseamos compartir la tristeza de su ausencia.

Juanjo: sigues aquí, eres del fuego y de la piedra, del amor y de la palabra.

Tus sueños fueron los nuestros, y en ellos permaneces.

https://www.elsaltodiario.com/obituario/a-juanjo-de-blas-el-fuego-la-piedra

 

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