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Estado español :: 24/09/2020

Por los derechos y libertades democráticos: ¡República Popular!

Movimiento Antirrepresivo de Madrid

Un año más volvemos a tomar las calles. Esta vez bajo un contexto muy diferente. A las lacras que venimos sufriendo desde hace décadas: precariedad laboral, corrupción, represión, etc., hay que añadir la crisis sanitaria ocasionada por la irrupción de la pandemia de la COVID y el agravamiento de la crisis económica que le acompaña.

Con todo esto, el Régimen ha vuelto a evidenciar cuáles son sus prioridades: ha inyectado miles de millones de euros provenientes de la UE a la Banca y a las grandes empresas para asegurar su supervivencia, mientras que a los trabajadores les ha concedido unas exiguas “ayudas” que no han alcanzado en su mayoría para cubrir todas sus necesidades. A todo esto hay que sumar el elevado número de despedidos y de afectados por ERTEs que ha sobrepasado con creces las peores previsiones. Tampoco se exoneró el pago de impuestos y otras facturas elementales durante el periodo de confinamiento. En definitiva, una buena parte de la clase obrera ha acumulado más deudas, más precariedad y más miseria a sus espaldas de la que ya arrastraba durante los últimos años.

Además, en el Estado español, la pandemia ha dejado ver claramente el carácter represor, antiobrero y antipopular de su Régimen. Durante todo este periodo hemos sido testigos de la dramática situación vivida en el servicio público de salud como consecuencia de años de recortes y privatizaciones. Por un lado, las condiciones de absoluta precariedad en la que se han visto obligados a desempeñar su trabajo, tanto los profesionales sanitarios como el personal no sanitario de la sanidad pública, ha hecho que muchos de ellos hayan enfermado, un número importante haya fallecido y, en su conjunto, todo el sector sanitario haya quedado extremadamente extenuado y debilitado. Por otro lado, el elevado número de afectados y muertos que ha habido en nuestro país, sobre todo en el sector de edad avanzada de la clase obrera, ha demostrado que en estos casos es siempre nuestra clase la que pone los muertos en mayor proporción.

Lejos de poner remedio a la evidente falta de médicos en los centros de salud o profesores en las aulas, la respuesta de este régimen ha sido aumentar la presencia policial para asegurarse que los obreros solo se desplazan al trabajo. La conquista de los derechos y libertades democráticas pasa necesariamente por eliminar la figura del rey que, además de ser herencia del franquismo, en el Estado español es también uno de los mayores símbolos de la represión, por su calidad de jefe de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, no nos conformamos con el derrocamiento de la monarquía, sino que queremos un cambio de sistema pues con la coartada del Estado de Alarma, la “coalición progresista” ha pasado de la promesa de “derogar la Ley Mordaza“ a hacerla extensiva a toda la población, aplicando como nadie la misma ley que dijo que suprimiría. Con ello, la policía ha identificado y multado a miles de personas; ha pateado, apaleado y abofeteado con infinita impunidad y detenido a muchas de ellas. Acompañando a esta orgía represiva no tardaron en aparecer los grupúsculos fascistas envueltos en su asquerosa bandera y protegidos por la policía, hostigando envalentonados a la clase obrera y a su juventud más combativa.

Llegados a este punto, ya sabemos quiénes han pagado la crisis sanitaria y quiénes vamos a pagar la “segunda oleada” y la famosa “reconstrucción” de la que tanto hablan. La clase obrera y los sectores populares con sus ahorros, su sudor y su sangre, y hasta con su vida. La pandemia será la excusa perfecta para poder apretarnos más las tuercas con nuevos y duros recortes, más impuestos y más precariedad. Si queremos impedirlo, no nos va a quedar más remedio que organizarnos y poner en pie un poderoso movimiento de resistencia obrero, popular y antifascista, que haga de verdad “que la crisis la paguen los ricos”.

Como hemos visto, para alcanzar nuestros objetivos no podemos conformarnos con simples cambios de gobiernos. Debemos echar abajo este régimen corrupto, abyecto y tremendamente reaccionario. Este no es un régimen político erigido para garantizar la vida digna de las clases populares, ha sido erigido para garantizar las ganancias de un puñado de señoritos, de obispos y de militares.

Por eso mismo, si no queremos volver a pagar las terribles consecuencias de esta nueva crisis, la más grave que ha ocurrido en décadas, debemos organizarnos y luchar por un cambio de Régimen. Ese nuevo Régimen no es otro que la República Popular.

Por último, como todos los años, queremos que en esta jornada reivindicativa tenga un protagonismo especial la lucha antirrepresiva. El empeoramiento de nuestras condiciones de vida traerá mayor conflictividad y lucha, y esta a su vez mayor represión. Por lo tanto, entre nuestras principales reivindicaciones debe figurar la derogación de toda la legislación represiva y la amnistía de todos los presos políticos por ser la punta de lanza en la lucha por la conquista de nuestros derechos y libertades.

Luchemos por una República Popular que garantice:

Amnistía total. El fin de la represión contra el movimiento obrero y popular. Derogación de toda la legislación represiva y la elaboración de un código penal que persiga y castigue el robo descarado, la especulación, la explotación y la tortura.

Derecho de autodeterminación, para así resolver el conflicto territorial que existe en el conjunto del Estado.

Salida del UE y de la OTAN, así como de cualquier otra organización internacional que nos imponga más pobreza y miseria. 

La nacionalización de la Banca y de las grandes empresas estratégicas, solo así podremos garantizar que ningún trabajador pase ninguna necesidad.

Derecho a un trabajo digno que garantice unas condiciones de vida dignas a las clases populares.

Unos servicios enteramente públicos, universales y de calidad. Sanidad, educación, trasportes y vivienda pública para todos los trabajadores.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fU2Y