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No a la guerra imperialista: ¡No a la OTAN! ¡Bases fuera!
Mientras las clases trabajadoras observan la ofensiva del capital -esta vez con la excusa de la pandemia, como antes fue la excusa de la crisis, y antes la de los malos banqueros…- el Gobierno no deja de ofrecer motivos para la movilización. Las masas, pese a la coyuntura, intentan organizarse e intentan romper la etapa de estancamiento en la que se encuentran, con el objetivo de que, pese al Gobierno, la crisis no la paguen las/os de siempre.
Con el movimiento popular en una fase de cierta parálisis, tanto por el teórico Gobierno amigo de Sánchez, Iglesias y Garzón, como por la pandemia -uniéndose elementos subjetivos y objetivos que obstaculizan el desarrollo del movimiento de masas-, parece sin embargo que esta etapa puede estar llegando a su final. Junto al estallido de la ira distintas movilizaciones están teniendo lugar: desde aquellas que se oponen al cierre de las empresas industriales a las de autónomas/os de la hostelería o las de trabajadoras/es de la sanidad. También profesorado y pensionistas se manifiestan.
Es cierto que de forma descoordinada -con los sindicatos mirando a otro lado o poniendo el foco en los Gobiernos autonómicos, como el de Madrid, evitando poner el foco en el Gobierno central-, pero parece que, otra vez, las masas intentan ocupar las calles, pese a carecer de una dirección política que impugne las condiciones del capital y defienda hasta el final sus intereses de forma orgánica.
Mientras distintos voceros de la sociedad burguesa prometen, otra vez, para el mes que viene la vacuna que nos permita salir en masa a exigir al Gobierno que cumpla sus más fundamentales compromisos -como la derogación de la Ley Mordaza-, el tiempo pasa y acaba la vigencia del convenio de las bases de Rota y Morón. A este respecto Alberto Garzón señala: “(…) lo primero que tenemos que decir, y además lo digo como andaluz, es que toda la región, toda la zona, está muy a expensas de lo que significa la base y desde el punto de vista laboral evidentemente ahí hay una gran cantidad de empleos y eso es lo primero que se tiene que preservar. Y después, pues bueno, todavía es muy precipitado para hablar” (1).
Es muy precipitado para hablar, pero habla, y habla para situarse del lado del imperio: parlotea, además, desde IU, organización que fue, precisamente, levantada sobre el movimiento popular que se oponía a la OTAN (2). Hoy, de lo que se trata, para este majestuoso miembro del PCE, no es de impugnar el imperialismo, sino de acomodarse a sus exigencias y disfrutar el sometimiento.
De momento, Garzón tiene un año para convencer a sus bases de lo positivo de mantener fuerzas imperiales en el Estado español (3). Tiempo que tiene, también, el movimiento internacionalista para organizarse y exigir el fin de las tropas de los Estados Unidos y de la OTAN en esas bases.
Las clases trabajadoras están del lado de la paz, frente a la guerra imperialista, como han demostrado incesantes veces a lo largo de la historia, y encontrando, en primera línea contra la guerra, a las organizaciones de clase consecuentes: es necesario enfrentar la ignominia que supone que, desde sus tierras, el mundo occidental mantenga sumido en la guerra y la miseria al continente africano y al área Mediterránea.
Es tarea del internacionalismo, del movimiento contra la guerra imperialista, de quienes promulgan y defienden los valores históricos del socialismo científico y se resisten a claudicar ante sus dirigentes, no anteponer ningún interés local ni nacional a los intereses internacionales del proletariado mundial en su guerra contra el imperialismo.
¡OTAN no!
¡Bases fuera!
¡Andalucía territorio de paz!
Notas:
1.- https://www.youtube.com/watch?v=oPqlPlzM4xE
2.- https://izquierdaunida.org/documentos-fundacionales-de-izquierda-unida/
3.- https://elpais.com/espana/2020-11-10/espana-prorroga-un-ano-el-convenio-militar-con-estados-unidos-ante-la-llegada-de-biden-a-la-casa-blanca.html