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Nacionales PP.Catalans :: 13/01/2021

14F: un San Valentín que rima con el régimen del 78

TrinCHEra - Organización Obrera Popular Revolucionaria
Después de muchas idas y venidas el 14 de febrero de 2021 se celebrarán elecciones en Catalunya.

Después de muchas idas y venidas el 14 de febrero de 2021 se celebrarán elecciones en Catalunya. Esta nueva contienda electoral se desarrolla en un marco político internacional, estatal y nacional diferente. El clima en el que se desarrollaron las últimas elecciones allá por diciembre de 2017 ha cambiado.

Por aquel entonces el Estado estaba atravesado por una potente aporía tensada por la crisis económica, climática, territorial y de gobernabilidad. Hoy, todos estos elementos aparecen exacerbados por un factor en principio exógeno: la pandemia. Esta nueva ha desnudado las debilidades internas y trazado los límites del resto de elementos y factores del sistema capitalista, como nunca después de la Transición

Hace poco más de tres años asistíamos a sucesos épicos que acontecían en Cataluña pero que repercutían en todo el Estado, como el 1-O, el 3-O o la “Declaración” de Independencia, la aplicación del artículo 155, presas y presos políticos, exilios y finalmente las elecciones del 27 de diciembre. A partir de entonces la unilateralidad pasó a un segundo plano y hoy apenas se nombra esa palabra. Una nueva claudicación de la pequeña burguesía.

Por aquel entonces expresábamos nuestras ideas y posiciones en una publicación llamada Espineta amb Caragolins. A lo largo de más de 4 años nos animamos a señalar que era imposible llevar a cabo la independencia de Catalunya bajo el ala titubeante de la pequeña burguesía. Nuestra posición se fundaba, y se funda, en el análisis del lugar y papel que le toca jugar a ese sector social. No decíamos nada que no se haya dicho hace ya varias décadas y que está magistralmente condensado en el Mensaje a los pueblos a través de la Tricontinental que pronunció el Che Guevara:

“…las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo -si alguna vez la tuvieron- y sólo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución”.

Y ya en la geografía estatal, desde entonces asistimos a una moción de censura impulsada por el PSOE al gobierno de M. Rajoy que fue apoyada por ERC y PDeCAT, entre otros. Luego vinieron dos elecciones generales a consecuencia de un insustancial hegemonismo partidario, para derivar finalmente en un grotesco político conocido como gobierno de coalición apoyado por ERC, poco después la pandemia, seguida del anuncio de los Fondos de Recuperación Europeos y finalmente la aprobación de los PGE 2021 que contaron con el apoyo de ERC y la mitad de los diputados del PDeCAT. La pela tanto separa como une.

A pesar de las expectativas que se hayan generado alrededor de los Fondos de Recuperación Europeos es importante advertir que no caerá maná de cielo ni billetes de cincuenta euros desde los helicópteros. Las trabajadoras y trabajadores veremos grandes titulares en los periódicos y telediarios, pero pocos euros en nuestros bolsillos. Quienes sí están acondicionando las cuentas bancarias para hacer sitio a los fajos de billetes que les caerán, a ellas sí, son las grandes empresas1, que serán las únicas capaces de ejecutar en plazo los fondos de Bruselas2. Así, dada la escasa capacidad de ejecución directa de los fondos por parte de la Administración Pública (debido a la falta endémica y programada de personal) asistiremos a una nueva vuelta de tuerca de privatizaciones a la llamada externalización. Entre las grandes empresas y la inmensa masa de trabajadoras están las PYMES. Buena parte de ellas realizarán todo tipo de gesticulaciones y genuflexiones con tal de ser parte de la subcontratación que puedan hacer las grandes empresas y así recibir, de forma indirecta, una pequeña parte del Fondo de Recuperación y además, continuar dispuestos a profundizar la explotación y deshumanización de las condiciones laborales del personal que contratan.

Las justas demandas democráticas que van desde la libertad de reunión y opinión hasta el derecho de autodeterminación, sin dejar de tener en cuenta las insatisfechas reivindicaciones laborales y sociales, en la actual fase imperialista por la que atraviesa el capitalismo, no pueden venir de la mano de un sector de la población tendencialmente vacilante. La conclusión de las tareas democráticas o es llevada a cabo por la clase trabajadora, o no será.

En las próximas semanas asistiremos a numerosas encuestas y posibles alianzas entre diferentes fuerzas. Es posible especular sobre los posibles resultados, es un ejercicio lícito en política, pero no podemos volver a autoengañarnos: en la última década hemos asistido a todo tipo de aritmética electoral y, a pesar del ruido parlamentario y de sables oxidados, los asuntos “importantes” como restricciones de derechos fundamentales, aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, la vigencia de la reforma laboral o la ley “mordaza”, han contado con los avales suficientes en el semicírculo parlamentario.

En TrinCHEra, no negamos el peligro del fascismo latente. Esa expresión política que aparece cuando el sistema capitalista está en un momento de descomposición total y no es capaz de mantener ninguna de sus instituciones burguesas por excelencia. Pero, así como no negamos ese peligro, nos animamos a sostener que hoy, ahora, no estamos ante la inminente aparición de ese monstruo.

Desde nuestro humilde punto de vista son al menos tres los puntos que nos hacen pensar que, a pesar del importante retroceso en derechos fundamentales que hemos sufrido los asalariados desde el 2007 hasta el presente, las instituciones burguesas siguen contando con un amplio apoyo:

El movimiento obrero está tan desorganizado y huérfano de dirigentes clasistas consecuentes que ni siquiera está en condiciones de plantearse resistir a los embates del Poder burgués. La pequeña burguesía, a pesar de las derrotas y claudicaciones, sigue confiando en conquistar derechos a través del parlamentarismo. No existe en el Estado español un partido de masas fascista.
 

Pero a pesar de que estos tres puntos mantengan su vigencia en el tiempo, la masa trabajadora no está exenta de encajar importantes retrocesos democráticos, como pueden ser el derecho a reunión o a la libre circulación por poner ejemplos que estamos padeciendo en nuestro día a día. Es más que previsible que la burguesía y su Estado, a través de su gobierno, dada la profundidad de la crisis económica, recurra una vez más a la violencia para reprimir todo tipo de rebeldía popular, resultado de la creciente precariedad social.

Por eso en esta coyuntura, en la que aún persisten rasgos democráticos burgueses, es importante establecer y delimitar las instancias organizativas desde las cuales tender a la máxima confluencia de las fuerzas progresistas y revolucionarias.

No se trata de mezclarnos en una masa homogénea ni de renunciar a nuestros principios humanistas y socialistas. De ninguna manera. Desde TrinCHEra proponemos construir herramientas intermedias de organización y apoyarlas en donde las hubiere. Para cada nivel de conciencia existente en nuestra clase trabajadora, una instancia organizativa capaz de satisfacer las demandas. Cada herramienta intermedia debe ser suficientemente flexible para que la unidad de la clase se ubique por encima de la afiliación que posean las personas que la integran. Ante el avance de nuestros enemigos de clase la unidad de nuestra clase se vuelve una necesidad inaplazable. La realidad nos muestra cada día que para derrotar este sistema necesitamos de una confluencia tanto cualitativa como cuantitativa que rebase los perímetros de las organizaciones existentes. Es posible y necesario ser firme en los principios y flexible en las tácticas.

Para quienes creen que el Partido de la clase obrera ya está hecho y que solo resta esperar a que las masas se afilien, lamentamos decirles que estamos en total desacuerdo. Si la barbarie ya está sobre nuestras espaldas y la conciencia de clase y su respectiva herramienta organizativa sigue ausente ¿qué más tenemos que esperar?

Hay que ponerle freno al retroceso de las conquistas democráticas alcanzadas cuanto antes y para ello es urgente la constitución de frentes de resistencias y lucha que con inteligencia y creatividad sean capaces de ensanchar los tejidos democráticos. Demostrar que las actuales vestiduras no son capaces, por insuficientes, de dar cobertura a las inmensas masas explotadas. La base democrática que nos ofrecen ya la conocemos, es una camisa de fuerza talla S y quieren encogerla a una talla XS.

Nuestro llamado a la constitución y formación de frentes y demás herramientas intermedias no es un capricho de TrinCHEra para diferenciarnos del resto. Hoy, como en 19333, cuando la incertidumbre define todos los aspectos de nuestras vidas, urge la unidad amplia de trabajadoras y trabajadores para poder visualizar y debatir fraternalmente las conexiones internas de todas nuestras demandas sectoriales.

¿Acaso temas tan importantes como nuestras condiciones laborales, nuestra salud, nuestro medioambiente, la doble opresión de las mujeres, la emigración e inmigración de parte de nuestra clase, nuestra vivienda, nuestra educación, nuestros derechos como nación podemos dejar que los debatan y resuelvan quienes nos han metido en este problema?

Observemos el arco parlamentario ¿acaso eso no es un frente burgués al cual cada cuatro años le dan una silla y unos minutos de micrófono a alguno de nuestra clase para tenerlo aislado de su gente, de su barrio y “legitimar” su democracia?

Nuestra propuesta es radicalmente diferente porque en el frente que queremos construir contigo lo que buscamos debatir y organizar son nuestros problemas históricos como clase trabajadora. Y como de lo que se trata es de debatir y organizarnos para resistir y conquistar derechos, la invitación va más allá de las personas que pertenecen a una organización política. Porque el frente, para que de verdad sea democrático, debe elaborar su propia línea política. Una línea que algunas veces podrá coincidir con la línea de alguna organización existente y otras no porque, al fin y al cabo, este frente no es otra cosa que la forma organizada que adopta la clase trabajadora en función del momento y de su conciencia.

El 14 de febrero asistiremos a un nuevo romance de la pequeña burguesía catalana con el Estado español. Nos van a querer invitar a la fiesta.

Por favor, esta vez no aceptemos.

https://elpais.com/economia/2020-12-20/el-gobierno-se-apoya-en-la-gran-empresa-para-gastar-los-fondos-europeos.html

https://www.elconfidencial.com/empresas/2020-12-28/seat-diez-proyectos-fondos-europeos-electrificar_2885375/ 

3 Comunismo, Revolución y Movimiento Obrero en Cataluña 1920-1936. Los orígenes del POUM de Andy Durgan. Ed, LAERTES-1ª Ed. 2016 -Pag 137

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fW2I