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Bolivia :: 04/02/2021

Ante el fallecimiento de Juan Carlos Pinto Quintanilla

CLACSO
Juan Carlos en su vida política militó en el Ejército Guerrillero Tupak Katari y consolidó su carácter en la prisión en su condición de preso político

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) siente la partida de Juan Carlos Pinto Quintanilla, sociólogo boliviano, formador político, un incansable guerrillero, camarada y compañero de la rebeldía para transformar los mundos. Juan Carlos en su vida política militó en el EGTK y consolidó su carácter en la prisión en su condición de preso político. Juanca era un compañero sencillo, llano, humilde y generoso cuya causa de vida era transformar las injusticias y la construcción de un mundo de iguales, de un mundo justo. Actualmente era integrante del Grupo de Trabajo CLACSO “Barrios, familias y prisiones en circuito”.

En el proceso de transformación de Bolivia tuvo responsabilidades en la que jugó un rol de gran importancia, no solo dirigiendo una de las obras fundamentales del proceso constituyente como es la Enciclopedia de la Asamblea Constituyente y luego como director de la Revista La Migraña, sino como un conductor del proceso de formación a través de las escuelas políticas de pensamiento. Juan Carlos puso el alma cuando en noviembre de 2019 sucedió el Golpe de Estado. Entonces, reflexionó desde la trinchera con el pueblo y siguió produciendo un pensamiento rebelde capaz de construir revolución. Juan Carlos vivió de manera sencilla, por y para los de abajo, los más pequeños, no escatimó esfuerzos, ni entrega, ni lucha. Un Hombre revolucionario partió.

CLACSO realiza este homenaje a la vida de Juan Carlos Pinto Quintanilla, quien sembró esperanzas y semillas de la revolución. La memoria de Juanca nos trae una carta, una huella que nos deja, una historia que fue parte de su vida.

CARTA PÓSTUMA – 27 de enero de 2021

Querido Juanca, cumpa del alma:

Parecería que el destino nos maneja a su antojo y en su propia lógica de compromiso incomprensible para la sola razón.

No pudo ni fue la clandestinidad y menos la prisión que puso barreras de incomunicación entre el pueblo y tú, entre el campesino pobre y el obrero explotado, entre tú y el mendigo ateo o cristiano, entre tú y nosotros.

No fue tampoco un libro o una academia que te empujó al lado de los pobres y desposeídos, de los marginados y de los más necesitados; a clamar junto a ellos.

No fue un acuerdo o el pacto de amigos que te comprometió con la lucha armada, con la sublevación de los explotados y la liberación de los pueblos.

No fue una bala enemiga ni la corrupta y servil justicia estatal la que borró las huellas que en tu camino quedaron marcadas en medio del lodo, la arena o sobre las hojas mojadas del monte.

No fue un mandamiento bíblico que te llevó a amar, respetar y luchar por tu familia, ni fue una estrella navideña la que marcó tu horizonte y la búsqueda del Jesús de los pobres.

No fue un poema ni una cursi canción que te llevó a ser el amigo y el compañero de ruta de tantos, ni fue el poder el que te impuso valores de amistad.

Y es que siempre fuiste el amor al prójimo, la energía de lucha y la esperanza de nuestro pueblo, y eso es praxis y trascendencia de vida, no aprendizaje ni enseñanza, simplemente Fe y Testimonio de Vida.

Luchaste contra un Estado al servicio de los ricos para conocer y vivir en un Estado Plurinacional al servicio de los pobres, los explotados y los pueblos… Triunfaste, siempre triunfaste

Sabes… cumpa del alma, siempre fue difícil seguir tus pasos, por la poca comprensión al tanto amor que llevaste encima, muchas veces nos incrustamos en los desafíos de la realidad más cercana sin contar con la fortaleza de una Fe en Cristo, el Cristo de los pobres que marcaba tu sonrisa, optimismo y sacrificio sin fin.

Cumpa… cómo seguir tus pasos sin tus botas que marcaron camino y sin el sudor que regó la arena, la planta y la tierra que da vida.

La Revolución te necesita vivo, los sueños y utopías necesitan de vos, los cumpas, los rebeldes, los que fuimos y construimos Ofensiva Roja, conformamos el Ejército Guerrillero Tupak Katari, los que tuvimos esperanzas y participamos en la Asamblea Constituyente, el Estado Plurinacional, todos nosotros y las nuevas generaciones necesitamos de ti.

Nos resistimos a no verte caminar y transitar por las sendas, veredas y campos de la revolución.

Siempre vivirás en mí, en mi familia, en quien llora tu partida, los amigos que te extrañan y los cumpas que saben que hombres como tu vinieron a este mundo para quedarse por siempre.

Juanca, tu familia llora y junto a ella nosotros.

Hasta siempre hermano del alma.

El Abuelo

 

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