De un tiempo a esta parte los periodistas de los grandes medios de comunicación están tratando de imponer un mensaje victimista, insistiendo en que sólo hacen su trabajo, que nadie les obliga a informar con una determinada línea ideológica, que no reciben llamadas telefónicas de nadie, que ellos informan lo que ven, que no es justo que se les grite “televisión manipulación” o que en determinadas protestas se les impida ejercer su derecho a informar.
Sin embargo, después de 3 noches consecutivas de lucha tras el encarcelamiento de Pablo Hasél las contradicciones son evidentes.
En primer lugar, el porcentaje de tiempo dedicado a descalificar la violencia de los manifestantes comparado con la violencia de la policía es descabellado. Ya no sólo es que se da por aceptada y validada la violencia de los antidisturbios (de hecho para los medios eso no es ni violencia) es que además el lenguaje que acompaña a las noticias es notablemente parcial. En segundo lugar, los tipos de imágenes que se emiten tampoco son imparciales. Son meticulosos y detallistas para describir paso a paso la “organización” y la “virulencia” con la que actúan los manifestantes, mientras que la actuación de los antidisturbios es descrita por encima desde el marco de que actúan con lógica y hacen lo que pueden, casi desde la compasividad. Cuando es público y notorio que la organización de la policía para actuar con virulencia es mucho mayor porque está además financiada para ello por el Estado.
En todo caso uno de los peores ejemplos de parcialidad lo vivimos en las noticias de telecinco de ayer por la noche. El martes una mujer perdió un ojo por una bala de foam disparada por los agentes de la Brigada Mòbil (Brimo) de los Mossos d'Esquadra en la Vía Augusta de Barcelona. La noticia ha corrido como la pólvora por lo que no contarlo sería impropio de un medio de comunicación serio. Asi que lo contaron. ¿Cómo?
La secuencia de Telecinco
La reconstrucción de los hechos que hace telecinco es sorprendente. Inmediatamente antes de emitir la imagen de la mujer herida en un ojo se subraya que los mossos fueron "atacados implacablemente" y debido a eso "se defendieron". ¿Eso no debería decidirlo un juez en vez de un periodista? Y sin embargo, la herida en el ojo fue “supuestamente” por una bala de foam. Y la imagen se encadena con un cambio de tema inmediato sobre más incidentes en otros lugares.
Asunto resuelto. La noticia ha sido emitida. Se ha perdido en medio de un montón de imágenes que pareciera que justifican que haya sucedido eso pero no importa. Nadie, se supone, les podrá acusar de ocultar información. Y efectivamente no la han ocultado, sólo la han manipulado. Porque a informar parcialmente se le llama manipular la realidad.
Otras cosas sí las ocultaron directamente. Como el antidisturbios que llama “puta de mierda” a una chica en los aledaños de la Puerta del Sol de Madrid y después la muele a palos gratuitamente a ella y a su grupo de amigas con varios agentes. O las agresiones en comisaría denunciadas por la abogada de dos detenidos. O las imágenes del reguero de heridos que han ido dejando en cada una de las ciudades. O quizá eso no lo emitieron porque no lo consideraron relevante. Lo mismo da.
El caso es que la postura victimista de los periodistas de los grandes medios queda evidenciado que no tiene ningún recorrido. Los medios cumplen un rol en la lucha de clases. No siempre, no en todas las noticias, sino especialmente en las noticias que tienen relación con la lucha de clases. Es decir, en las noticias donde no existe la objetividad en términos absolutos, porque no se puede explicar una realidad desde la subjetividad del opresor y el oprimido al mismo tiempo. Hay noticias donde la realidad nos empuja a posicionarnos.
Especial para La Haine