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Andalucía :: 28/02/2021

Violencia en el campo de Andalucía

Nadia Azougagh y María Gracia
“No puede importarnos más que arda un contenedor que todo un asentamiento”.

Las provincias de Huelva y Almería son conocidas por ser referentes en el sector agrario, y no cabe duda que este reconocimiento es en gran parte gracias al trabajo que realizan las personas migrantes en la productividad del campo andaluz. Personas a las que se les obliga a vivir en asentamientos chabolistas por falta de alternativa habitacional y el bloqueo de las instituciones para una regularización que pueda evitarlo.

Desde la sociedad civil organizada son muchos años los que se llevan denunciando la situación de vulnerabilidad que viven las personas en los asentamientos chabolistas. Y aunque hasta el Defensor de la ONU lo ha denunciado, nada cambia.

Éste colectivo que no viene sólo sufriendo todo tipo de abusos laborales, como es el incumplimiento de su propio convenio colectivo, sino que sufre también el desprecio y la amenaza de la ultraderecha populista, el total abandono por parte de la administración y periódicamente, la tragedia y el drama de perderlo todo en incendios cada vez más frecuentes. Y no podemos permitir que eso se normalice en nuestra sociedad.

Lo que sucede en Huelva y Almería con los asentamientos de temporeros es algo gravísimo, es una tragedia humana con la que debemos acabar cuanto antes. Ningún político dudaría en dar una alternativa habitacional a 500 personas que hayan perdido su vivienda en cualquier pueblo, entonces, ¿por qué no con las trabajadoras esenciales que sacan el campo andaluz adelante?

Resulta dramático que en los últimos 10 años se hayan producido más de 30 incendios en los asentamientos de Huelva y Almería. A día de hoy, hay investigaciones de oficio abierta por el Defensor del Pueblo Andaluz, y ya desde hace bastantes años se viene alertando de esta situación por parte de las ONG y colectivos autorganizados de trabajadoras y trabajadores. Huelva con más recorrido en incendios y ahora le sigue, Almería.

En los últimos días se han producido nuevamente incendios en ambas provincias, con heridos y miles de personas afectadas, aunque afortunadamente no ha habido que lamentar víctimas, como en Huelva hace un año la de un joven de 23 años TOUFIK ALASAL, que fue víctima de una muerte trágica como consecuencia de la situación insostenible que se está dando en el campo onubense ante la inacción de las administraciones.

Ante esta situación le corresponde una responsabilidad pública, consecuencia de un modelo económico y empresarial inhumano que no forma parte del modelo de desarrollo que queremos y, es necesario que los poderes públicos tomen cartas en el asunto y garantizar que las personas tengan una condiciones de vida digna y no ser víctimas de las llamas entre chabolas. Una de las afectadas decía que “sabemos que ellos nos quieren para 8-12 horas de trabajo al día pero el resto del tiempo quieren que desaparezcamos y eso… eso no podemos hacerlo,…, necesitamos una casa, comer, comprar, vivir…no podemos desaparecer el resto del tiempo”. Ante la inacción del Estado y sus instituciones ha sido la iniciativa de las propias trabajadoras y trabajadores del campo, así como de muchas vecinas y vecinos quienes impulsan soluciones a este drama. Asociaciones como Jornaleras de Huelva en Lucha representan el esfuerzo frente al abandono institucional y la violencia patronal.

Hace poco, Salvados dedicaba un capítulo al asentamiento, Gonzo preguntaba a María qué era lo que más miedo le daba de vivir en los asentamientos a lo que ella contestaba “morir ardiendo”, justo varias semanas después ha perdido su chabola junto a más de 400 afectados del incendio en Atochares, Almería.

En Huelva estamos a las puertas de una nueva campaña agrícola uy en Almería en la última fase de la campaña, en ambos casos, las personas migrantes se enfrentan de nuevo a la precariedad y la peligrosidad de estos asentamientos, principalmente por la falta de infraestructuras y suministro.

Personas que se encuentran con escasez de viviendas de alquiler, la reticencia de los propietarios a alquilar a personas de diferentes orígenes y la ausencia de alojamientos ofrecido por el empresariado.

Todas estas dificultades son las principales causas que hace que estas personas se vean obligadas a recurrir a los asentamientos de infraviviendas como única opción para sobrevivir. Es lamentable que no se asuma la responsabilidad por parte de las instituciones, y se esté continuamente mirando para otro lado sin prevenir que ocurran estas desgracias.

Nuestro objetivo es erradicar los asentamientos chabolistas, pero para ello Es necesaria una implicación real, junto con el resto de administraciones locales, provinciales y nacionales en la búsqueda de soluciones efectivas, duraderas e integrales que garanticen que se cumplan los derechos de acceso a una vivienda digna, a la atención sanitaria y garantizar el empadronamiento de todas las personas en el sitio donde residen como mínimo. Y por supuesto, Impulsar medidas específicas para que ninguna mujer con sus hijos continúen viviendo de este modo inhumano ya que como sabemos, son los perfiles más vulnerables. Y ante todo devolverles la dignidad que se les ha robado.

https://poderpopular.info/2021/02/26/violencia-en-el-campo-de-andalucia/

 

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