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Madrid :: 24/03/2021

4M. Las elecciones del Gatopardo

TrinCHEra - Organización Obrera Popular Revolucionaria
Durante la última semana se suceden los acontecimientos-bomba en la escena política del país.

Durante la última semana se suceden los acontecimientos-bomba en la escena política del país. Desde la moción de censura del PSOE y Ciudadanos en Murcia, finalmente abortada por la aparición de tránsfugas de Ciudadanos, la convocatoria de elecciones anticipadas en Madrid, las dos mociones de censura en esta misma ciudad, además de en Castilla León y finalmente la sorprendente candidatura de Pablo Iglesias como cabeza de lista para las elecciones autonómicas y su salida, voluntaria o forzada por Sánchez, del Gobierno de coalición, el tablero de ajedrez de la política nacional no para de girar. En este artículo intentamos leer los últimos movimientos y valorar cuales pueden ser las tendencias que se pongan en juego en los próximos meses.

Decíamos en nuestro último comunicado que las elecciones catalanas han servido para estabilizar la gobernabilidad, dentro del malestar que palpamos a nuestro alrededor y que consideramos que no parará de crecer, dadas las circunstancias económicas y políticas actuales:

La conclusión a la que llegamos desde Trinchera es que, independientemente de que el Govern se conforme sobre la base de un pacto entre ERC y el PSOE o entre ERC, Junts y la CUP, a pesar de que la última opción no sea ideal para la patronal y para Bruselas, lo cierto es que no habrá gobierno contra la patronal (…)

Más aún, un Govern catalanista, tiene la capacidad de capitalizar la protesta social del movimiento independentista de base, el más importante en Catalunya hoy. De la forma más retorcida posible, la forma de desactivar el potencial transformador y crítico del independentismo es justamente conformar un Govern que parezca que responde a esas demandas de autodeterminación, que de ciertas concesiones, más formales que reales, que apoye la asociación de municipios por la independencia, impulse las mesas de negociación con el objetivo de liderar la desindustrialización que impone Bruselas y conseguir la mayor parte posible de los fondos europeos que la burguesía española se disputa. La ventaja de tener a los catalanistas en el Govern es que serán capaces de contener las protestas mucho más que si estuvieran en la oposición.”

La vuelta al redil de Catalunya, para poder asegurarse su parte de los fondos europeos, aparece engalanada de una apariencia de radicalidad y resistencia, que es solo eso, apariencia. El aval generalizado que se ha dado a la represión de las protestas en favor de la libertad de Pablo Hasel, no son más que una prueba de lo que decimos. Y las contraprestaciones que laCUP ha exigido para refrendar el acuerdo, la moratoria del uso de balas de goma, la creación de una banca pública o hasta la posible regulación del alquiler social no son más que esas migajas que el mismo partido no dejaba de repetir que ya no eran suficientes.Y no lo son, ninguna migaja va a suponer un cambio real. El Govern está encaminado al acatamiento del proceso de estabilización del poder en marcha.

Esta subordinación del Govern de Catalunya a los mandatos del poder central ha sido clave para entender los desarrollos posteriores. El PSOE solo se ha atrevido a lanzar un ataque directo al PP en Murcia (o en Madrid) una vez que la cuestión catalana estaba resuelta. Le ha salido mal. Ciudadanos se descompone. Las posibilidades del PSOE de girar a la derecha una vez disuelto Ciudadanos se restringen. Pero al final, el PSOE sale reforzado de esta contienda donde la polarización parece favorecer al centrismo que hoy encarna ese partido.

La respuesta de Ayuso al convocar elecciones es evitar perder una posible moción de censura que hubiera podido perder, al unirse PSOE, Ciudadanos, Más Madrid y Podemos y, por tanto, garantizarse el poder en la autonomía, de nuevo, para garantizar su parte de los fondos europeos al sector de la burguesía que representa el PP. Ayuso busca la polarización fascismo-comunismo, pero no hay ni fascistas ni comunistas en esa contienda. Sólo se trata de una lucha interburguesa. De nuevo, aunque las formas sean chocantes, el objetivo es el mismo: buscar la forma más estable para ese reparto de fondos.

Sobre el movimiento de Pablo Iglesias, consideramos que es una forma de jugársela para no desaparecer del tablero político ni ser absorbido completamente por el PSOE. Iglesias se la juega y la izquierda ve las elecciones con simpatía, con euforia incluso. De hecho, las encuestas pronostican una subida de votos a Podemos gracias a este movimiento, aunque quizás no lo suficiente como para conseguir arrancar la presidencia de la comunidad al PP.

Habíamos pronosticado que con la aprobación de los presupuestos y las elecciones catalanas se acababa un ciclo que había empezado con el 15M y a partir de ahí empezaba un periodo de calma, donde se afianzaban las instituciones y la gobernabilidad. Sin embargo, 20 días después de las elecciones de Catalunya, aún sin estar constituido el Govern, Madrid se encuentra frente a unos comicios. Mientras en Catalunya, como el País Vasco o Galicia, la legislatura dura siempre cuatro años, independientemente de cuando convoquen elecciones, en Madrid quien salga gobernará solo 2 años. Eso no había pasado desde las primeras elecciones municipales.

Por si eso fuera poco, la crisis entre Podemos y el PSOE en el gobierno estatal es cada vez mayor y muchos medios hablan ya abiertamente de la posibilidad de que se adelanten las elecciones generales al otoño. Da la sensación de que la excepcionalidad se está convirtiendo en la norma. Pero, ¿es realmente éste un indicio de falta de estabilidad? Lo cierto es que haya o no haya comicios electorales, de nuevo, habrá gobierno de la patronal. No hay opciones críticas o realmente diferentes entre sí y las elecciones no necesariamente afectan a la estabilidad del sistema, muchas veces sirven, al contrario, para lavarle la cara.

Independientemente de los resultados, la burguesía tirará para adelante. Sabemos que no es lo mismo la consolidación de un polo de extrema derecha que de socialdemocracia, pero ninguna de las dos opciones va a dar respuesta a los trabajadores y la represión contra nosotros, los trabajadores, va a ser brutal, en cualquier caso. La cuestión es cómo se establece la dominación en un caso y el otro, pero siempre habrá la determinación de explotarnos y dominarnos en ambos casos, ya que las propuestas se plantean en el mismo plano puramente electoral y dentro de los marcos del sistema.

Y mientras haya entusiasmo por las elecciones, mientras la clase trabajadora siga creyendo que votando a uno u otro partido burgués o pequeño burgués, sus problemas encontrarán una solución mágica, no aparecerá una protesta social mayoritaria. Pero, ¿qué recorrido tiene esa expectativa? La fe en que el Gobierno, del color que sea, nos va a venir a salvar no se puede mantener de manera permanente. La capacidad de convencer será cada vez menor. Nos encontramos en el medio de la mayor crisis económica desde 1929, es cierto que los fondos europeos representan una gran cantidad de dinero, pero es un dinero que está destinado a impulsar avances tecnológicos en las empresas que limiten la dependencia de mano de obra, que se traducirán en recortes de personal, despidos y EREs y las empresas que no consigan competir en ese nuevo marco se hundirán. La contradicción no hará más que profundizarse.

Más allá de si hay o no elecciones, más allá de cuánto puede demorarse la explosión social inevitable, desde Trinchera lo que defendemos es que las fuerzas de clase, las fuerzas progresistas, tenemos la obligación de trabajar para que estalle, para que el descontento y el malestar que está y es palpable no acabe dando un viraje a la extrema derecha y se constituya como base de organizaciones reaccionarias. Mientras no existan propuestas organizativas de clase que puedan capitalizar las contradicciones inherentes del capitalismo para la clase trabajadora, el riesgo de una salida reaccionaria existe, aunque en estos momentos siga siendo residual. Por eso, desde Trinchera, repetimos nuestro llamamiento a las y los integrantes de todas aquellas organizaciones que luchamos, o decidimos luchar, por construir un mundo mejor. Es un toque de atención que no podemos negar, es el momento de ponernos manos a la obra.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fX4F