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Europa :: 12/09/2023

Una persona admirable: Roger Waters cumple 80 años

Gerd Schumann
Ex miembro de Pink Floyd, atacado por sus ideas progresistas

Nacido en la localidad inglesa de Great Bookham hace ochenta años y criado en Cambridge, Roger Waters escuchaba mucho blues y rhythm 'n' blues, esta última la nueva música que empezaba por aquellos días. Tocó la guitarra en varios grupos; aterrizó en Londres, donde estudió arquitectura en 1962; conoció a Rick Wright y Nick Mason y formaron una banda. Cuando Syd Barrett se unió en 1964, Waters cambió la guitarra por el bajo eléctrico y tras varias formaciones, Pink Floyd se formó finalmente a principios de 1966. El resto es conocido: Syd Barret, hasta arriba de LSD continuamente, fue sustituido por David Gilmore y a partir de los años setenta, desde los álbumes de mega éxito "Wish You Were Here" y "The Dark Side of the Moon", Waters escribió casi todas las letras y gran parte de la música de Pink Floyd así como de sus posteriores trabajos en solitario, incluidos "Amused to Death" y "Is This the Life We Really Want?", la pregunta que cientos de generaciones se han hecho: ¿Esta es la vida que realmente queremos?

La foto en blanco y negro publicada en Der Spiegel (14/2023) muestra a dos hombres de pelo largo. Sentados uno junto al otro, con los ojos muy abiertos, miran a la cámara, Tilman Fritsch con una cinta en la cabeza, Roger Waters con un cigarrillo, uno señalando al otro, como dos bromistas, de buen humor, en cualquier caso esfozándose por parecer serios de algún modo, pero sin conseguirlo del todo. La foto tiene 50 años, y Fritsch, que ahora tiene 82, cuenta una bonita historia sobre Waters, ilustrativa de la relación de éste con su entorno, incluso entonces, cuando ya era mundialmente famoso.

Pues bien, Fritsch conoció a Waters y a su esposa Judy por casualidad, sin saber quiénes eran. Fue en un café griego del golfo de Págasas. Les ayudó a encontrar casa. "Se quedaron con nosotros unos días", recuerda el alemán de Heiligenhafen, quien luego preguntó a Waters cómo se ganaba la vida. Éste le dijo: "Toco la guitarra en una banda, pero no muy bien". ¿Cómo se llama la banda? "Pink Floyd". Fritsch, un tipo despistado, respondió: "Nunca he oído hablar de ellos". Fritsch venía de un "ambiente clásico" y, además, tampoco tenía electricidad, llevaba varios años viviendo con su familia a su manera. Pero le dijo que en cuanto tuviera electricidad "escucharé tus cosas". "Bien", dijo Waters, "me inspira mucho Vivaldi".

Waters todavía tiene la casa en el sur, y en el pasado andaba a menudo por el pueblo de compras con su madre Mary, Mary Duncan Waters, una comunista y profesora escocesa que nunca ocultó su visión del mundo. Había perdido a su marido Eric Fletcher Waters cinco meses después del nacimiento de su segundo hijo Roger, el 6 de septiembre de 1943. Eric Fletcher, cristiano, objetor de conciencia y militante laborista del ala izquierda, se había afiliado al partido comunista británico, reconsideró su posición pacifista y finalmente fue a la guerra contra la Alemania de Hitler. Teniente del 8º Batallón de los Fusileros Reales, cayó a los 31 años en Anzio (Italia), en febrero de 1944.

Al crecer, George Roger Waters quedaría marcado tanto por la muerte de su padre como por las ideas de su madre. Abandonó su formación como cadete naval. La disciplina y las jerarquías no eran para él. Licenciado sin honores, acabó dirigiendo el grupo juvenil del movimiento antinuclear Youth Campaign for Nuclear Disarmament en Cambridge. Más tarde, como artista, se mantuvo como había sido y, con seguridad, gran parte de su obra tiene influencias autobiográficas. Se supone que la figura de la estrella de rock psicológicamente angustiada "Pink" de "The Wall", el álbum doble más vendido del mundo hasta la fecha, está inspirada en él: aquellos sentimientos de Pink, deformados por la alienación, la autoridad, la coacción, que culminan en una declaración antifascista de liberación del odio y la represión. Y la liberación de las guerras.

Quizá lo más sorprendente de la postura de Waters no sea la postura en sí, sino que ahora ésta ya no solo no se acepta, ni siquiera se comparte, sino que se difama y se persigue. Waters se ha mantenido fiel a sí mismo, pero los tiempos han cambiado. Dirigidos por fuerzas que quieren dictar lo que está bien y lo que está mal, ya no toleran su opinión y atacan no solo a su persona, sino a su obra. Durante sus conciertos de mayo en Berlín, se le acusó de aparecer con un uniforme similar al de las SS. El traje, digno de una sátira perversa, ha apoyado dramatúrgicamente la interpretación de la canción "In The Flesh" durante décadas - también durante la representación de "The Wall" en 1990 en la Potsdamer Platz -, convirtiéndose en una pieza de antifascismo que llega hasta lo más profundo del corazón.

Mientras tanto, el Estado alemán, incluido su aparato político y mediático, ha ampliado su concepto de antisemitismo para incluir posturas críticas con Israel y de solidaridad con Palestina, con lo que se pone a la delantera internacionalmente en lo que a censura se refiere. El hecho de que con Waters, que apoya al movimiento BDS (Boycott, Divestment, Sanctions), se ataque también al movimiento antirracista y se debilite así la lucha contra el antisemitismo, no parece importar.

La ignorancia como signo de los tiempos, "Sign o' the times" (Prince), trágica y oprimente, como la acusación de "aliado de Putin" contra Waters. Ante el ataque ruso a Ucrania, Waters llamó "gángster" al presidente de Rusia, pero también cuestionó las ambiciones de la inflexible y belicista OTAN, y finalmente, invitado por Moscú, compareció en el Consejo de Seguridad de la ONU en febrero de 2023: "En nuestra opinión, la única línea de acción sensata hoy es la exigencia de un alto el fuego inmediato en Ucrania. Sin peros ni condiciones", dijo allí, toda una declaración pacifista... y fue condenado.

El 6 de septiembre Roger Waters celebró su cumpleaños, siempre activista, un artista de talla mundial. Para octubre están programados 16 conciertos de la gira "This Is Not a Drill" en América Latina, como también la nueva interpretación de Waters del álbum de 1973, el de más éxito de Pink Floyd: "The Dark Side Of The Moon", del que dijo en el Berliner Zeitung (4/5 de febrero de 2023): "Se trata de la voz de la razón. Y dice: Lo importante no es el poder de nuestros reyes y líderes o su supuesta conexión con Dios. Lo realmente importante es la conexión entre nosotros, los humanos, toda la comunidad humana".

jungewelt.de. Traducción para Sinpermiso: Jaume Raventós

 

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