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Estado español :: 30/09/2021

El sindicato que no está ni se le espera.

Gavroche
El modelo sindical español se basa en la experiencia (y el éxito) de las comisiones obreras durante el tardofranquismo

El sindicato que no está ni se le espera

Enviado por Gavroche 

Grupo Anarquista Apoyo Mutuo

El modelo sindical español se basa en la experiencia (y el éxito) de las comisiones obreras durante el tardofranquismo y en aquella cosa de la transición (pendiente todavía de un estudio crítico, estamos sentados esperando). A saber: el sindicalismo es una cuestión de la empresa que se trata a través de la negociación colectiva y el abogado laboralista de turno. Y la participación en el sindicato vertical/comités de empresa (son la misma cosa, pero ahora con un matiz “democrático” en formas de elecciones democráticas…me recuerda algo), lo que en su momento se dio en llamar “entrismo” y que tanto gusta en ciertos ambientes supuestamente revolucionarios.

Mientras, la cosa social se articularía a través de las asociaciones de vecinos, que surgieron precisamente ante la falta de organizaciones propias en los nuevos barrios obreros del extrarradio (al estar prohibidos, los sindicatos no tenían posibilidad de instalarse en esos lugares). El modelo tuvo su aquel, consiguiendo las citadas asociaciones unas cuantas victorias para los barrios en los que actuaban, como bien se recuerda todavía en las periferias madrileñas (ojo, tenemos un sesgo de lugar, ya que habitamos esa megalópolis y lo mismo otras realidades piden otros análisis). Al menos hasta que durante “el periodo sagrado” de la transición se liquidó el carácter reivindicativo de las mismas, se las subvencionó, anuló, se dio cargo a los popes de las mismas y, vaya, que lo de siempre.

Y así seguimos. Lo curioso es que incluso los sindicatos que se reclaman herederos de la tradición “anarcosindicalista”, y que fueron laminados y divididos precisamente para meter este modelo, han acabado aceptando estos modelos que priorizan lo sindical (unos dentro y otros fuera del comité de empresa, todos alrededor del mismo, por supuesto) sobre la social. De hecho, se consideran enfrentadas dentro de los mismos. Y eso los mata, nunca conseguirán salir de la estela del sindicato institucional si la aspiración de fondo es llegar a serlo.

Los sindicatos han renunciado a organizar y organizarse en los barrios, centrándose en las secciones sindicales y lo que llaman sindicatos de ramo (metal, oficinas, construcción…) dejando la organización de la cosa social en otras manos (y lo más curioso, con gente del propio sindicato participando de esos espacios). O sea, se considera muy importante tener una sección sindical en una empresa, aunque sea de forma precaria (2 o 3 locos que hacen lo que pueden en ese ambiente hostil que es el centro de trabajo, hasta que los despiden o se queman) y no se ve la necesidad de buscar la organización en el barrio, que, por lo que se infiere, debe estar en manos de otra gente…modelo comisiones, pero les criticamos mucho.

Y, claro, hay consecuencias.

La primera que la gente no va al sindicato si no le despiden o algo así (ya sabéis, obrero despedido, acuerdo en el smac), porque te pilla en San dios (sesgo de ciudad, etc.) y, encima, no tienes nada que hacer allí salvo entrar en sus dinámicas destructivas (lo siento, pero es lo que hay) o, en los mejores casos, ayudar en los conflictos (que suelen ser unos cuantos) que mantienen en marcha.

Al dejar la iniciativa de lo social en otras manos las cosas que se derivan de esto van a tener el tamiz político que definan estas gentes (o sea, olvídate de hablar con tu voz, si vas a alguna historia te van a tener preparado hasta el manifiesto). Se dan casos extremos en los que directamente se renuncia a presentarse como organización de carácter social y político para no “molestar” a los aliados coyunturales. Somos anarquistas en la intimidad.

Y, encima, al no estar donde esta la gente, te aburres y te dedicas a tus cosas (a pelearse por los locales y las siglas…o un concepto de memoria histórica centrado en 3 años concretos). Las situaciones de exclusión y precariedad pasan por debajo del radar. Ni te enteras de cuantas horas pringa el camarero que te pone la birra (camarero que si se presenta en tu puerta es porque le han despedido, tenlo claro) ni si le hacen contrato a un trabajador extranjero, ni eres la primera opción para que la gente se organice, que era lo que te gustaría.

Porque no estás donde tienes que estar, ni a lo que tienes que estar. No estás con la gente. O sea, ya no eres sindicato. Eres una agencia de abogados reivindicativa.

El sindicato debe estar en el barrio y currar para el barrio.

http://alasbarricadas.org/noticias/node/46638

 

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