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Euskal Herria :: 25/10/2022

La Batalla de Izarra: Dignidad contra avaricia

Manuel Chávez, Sindicalista

La Batalla de Izarra: Dignidad contra avaricia

Manuel Chávez, Sindicalista

No está en el foco mediático, no se le da la relevancia que a otros conflictos, tal vez porque no es en Vitoria o porque la empresa no tiene la cantidad de trabajadores de la Mercedes, tal vez porque las batallas de los justos no tienen el marketing que las miserias cotidianas de la política, no lo se. Pera la digna batalla que están dando los trabajadores y trabajadoras de Trelleborg en Izarra merece conocerse y valorarse por las enseñanzas que encierra y la ferrea voluntad altruista de una plantilla que lleva en lucha y con huelgas desde marzo hasta la fecha.

Y es que esta es diferente a otras batallas laborales por muchas cuestiones, la primera y fundamental es que los y las huelguistas no piden un simple aumento salarial o una disminución de jornada, se han empreñado en cambio en acabar con las injustas condiciones de una plantilla en que, por el mismo trabajo hay personas que cobran hasta el 70% más que otras, por acabar también con un supuesto “plan de carrera” que solamente precariza y abarata las condiciones que quienes ingresan recién a la planta y finalmente por defender la conciliación de la vida familiar atacada por una empresa que cree que puede disponer de la vida de la plantilla como si fuesen máquinas que se pueden apagar y encender a gusto. En resumen, de un lado tenemos a huelguistas que, fijense por donde, en muchos caso defienden no tanto ganar más ellos sino que sus compañeros y compañeras se acerquen a sus salarios. En síntesis una lucha por algo de lo que se habla mucho más de lo que se practica, una lucha por JUSTICIA, así, en mayúsculas.

Del otro lado la empresa, opuesta rabiosamente a equipar los salarios porque entiende que, siendo los mayores los que más cobran, cuando se jubilen se quedará con los salarios más bajos. Esto nos lleva a la reflexión sobre los mecanismos de una patronal avariciosa de ganancias que, con este tipo de prácticas, ha logrado que los trabajadores de hoy en el Estado español cobren en promedio hasta un 20% menos que hace 15 años.

Además la empresa lejos de intentar una salida negociada al conflicto, se niega a negociar con el Comité de huelga y , en lugar de buscar salidas a la situación, ha hecho de la intimidación a la plantilla su herramienta cotidiana, llamando a los trabajadores y trabajadoras una a uno a “conminarlos” a dejar la huelga, mostrándoles inclusive sus fotos en las redes sociales de los sindicatos, amenazando con despidos a los que menos años llevan, hostigando al comité de huelga y desconociendolo como actor negociador válido. Y, finalmente intentando desestabilizar la huelga utilizando tristemente al sindicato Comisiones Obreras (cuya traición en este conflicto daría para otro artículo) como ariete contra los huelguistas.

Por eso emociona y mucho la dignidad en la respuesta de la plantilla, han sido capaces de aparcar las diferencias sindicales y presentar una candidatura conjunta llamada Trelleborg Borrokan con la participación del resto de sindicatos en la empresa (ELA, UGT, ESK, LAB y Trabajadores Independientes), demostrándonos en los hecho el poder de la unidad de la clase trabajadora, arrasando con la candidatura de la empresa en unas elecciones sindicales parciales en las que la intimidación por parte de la empresa cortaba el aire.

Y es así de sencillo, por un lado la avaricia de una dirección de empresa obtusa y obsecada que busca incrementar sus ganancias a costa de precarizar y abarartar las condiciones de la pantilla y que para ello ha demostrado que es capaz de todo y por otro una lucha que conjuga justicia y desprendimiento, unidad obrera sindical y tanta dignidad que alcanzaría para hacer una transfusión al resto de la clase trabajadora. Yo no se como acabe este conflicto, al fin la empresa juega con cartas marcadas, pero la respuesta de lucha que están dando los y las currelas de Trelleborg en la batalla de Izarra me permite pensar que todavía hay esperanza.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/gC26