|
Maribel: “Volveremos a las calles, uniendo a todo el sector sanitario de Catalunya”
Entrevistamos a Maribel, secretaria de acción sindical de CGT y Técnica de Cuidados de Auxiliar de Enfermería (TCAI) del hospital Bellvitge, una de las pioneras de la organización de la huelga sanitaria del 11 de marzo de 2022, que además fue una huelga unitaria.
Estos días en Catalunya se están dando anuncios de una posible huelga de Sanidad. Qué perspectivas hay de darle continuidad a la huelga del 10 de marzo de 2022, cuando paró todo el sector sanitario contra la precariedad laboral, convocado por la Mesa sindical de Sanitat de Catalunya contra la precariedad, los recortes y la privatización de la sanidad pública?
Si. Una huelga por los servicios públicos de la sanidad y de los servicios sociales. Participaron sectores de ambulatorio, ambulancias, hospitales, SAD, teleasistencia.. No sólo los médicos, sino todas juntas por una calidad asistencial de un servicio público como tiene que ser la salud de las personas.
¿Cuál es la situación ahora mismo de la sanidad en Catalunya?
La situación a día de hoy en Catalunya es que desde hace 40 años hemos perdido un poder adquisitivo de más del 50%. Es decir, a día de hoy cobramos un 50% menos de lo que ha subido el coste de la vida. Llevamos recortes tras recortes, porque la parte pública de la sanidad parece que no tenemos derechos laborales, derecho a la conciliación ni tener un salario digno. Todo por el simple hecho de trabajar para la función pública.
Teniendo en cuenta esta situación, ¿una movilización en la sanidad pública catalana es inevitable?
Lo estamos hablando, si. Hay voces críticas en todos los sectores de la sanidad pública. El problema que personalmente veo es que las movilizaciones a corto plazo suben muy rápido y bajan muy rápido. Lo que si que habría que hacer es organizarse de una forma más pausada y mantener una reivindicación en un espacio largo de tiempo y una lucha indefinida o huelga indefinida. A ver si así, ya que nos han tratado como héroes (durante la pandemia), también nos tratan como personas y tenemos derechos laborales.
¿Está afectando la situación mundial de guerra y el aumento de los precios a los salarios de la sanidad pública?
Sí. Nosotros ahora en la mesa de sanidad pública hemos hecho un pacto para que nos suban un 3,5% este año cuando el IPC ha subido más de un 10%. Y hay un pacto de que en tres años si sube más el IPC o hay más crisis nos van a subir hasta un 9%. Unos datos que tanto el Banco de España como los economistas están diciendo que no se van a dar para que no nos puedan aplicar esa subida de salario. Es decir, es un pacto firmado que todas sabemos que no va a suceder. Volveremos a movilizarnos, nos están volviendo a engañar.
Y a nivel de agotamiento postpandemia del personal, ¿la saturación y las jornadas laborales siguen siendo una realidad?
Lógicamente el personal está agotado. Estamos hablando de que la atención sanitaria es continuada. Trabajamos 365 días al año, por lo tanto 365 días podemos estar sin nuestras familias. Todas estamos agotadas, desde nosotras hasta los celadores, compañeras de la limpieza externalizadas, todas estamos agotadas. Hemos pasado una pandemia y hemos visto situaciones que el resto de la población solo puede imaginar y hemos recibido aplausos y una medalla. No queremos medallas, queremos condiciones dignas de trabajo.
Las condiciones de conciliación familiar a día de hoy son nulas. Con los recortes nos aumentaron a trabajar 37 horas y media, cuando antes trabajábamos 35 horas. Nos quitaron días de fiesta de libre disposición. Y todo esto aun no se ha revertido. Una situación precaria no, lo siguiente.
Hay un mal concepto de que todos los funcionarios cobramos 5.000 euros y esa no es la realidad. Hay funcionarios o estatutarios, en el caso de Catalunya, que no llegan a 1.000 euros. Parece que por el simple hecho de ser estatutario no puedas luchar por unas buenas condiciones laborales o por un salario digno.
Hay un mal concepto de que todos los funcionarios cobramos 5.000 euros y esa no es la realidad. Hay funcionarios o estatutarios, en el caso de Catalunya, que no llegan a 1.000 euros. Parece que por el simple hecho de ser estatutario no puedas luchar por unas buenas condiciones laborales o por un salario digno.