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Bolivia :: 21/05/2025

Candidatos monoculturales

Camilo Katari
Los dúos presidenciables en la política actual boliviana no tienen expresión del rasgo principal de nuestra formación social que es la plurinacionalidad

La fuerza creadora de Bolivia se concentra, en su diversidad geográfica, en sus pisos ecológicos, sus microclimas de todo su territorio y de sus habitantes, constructores de civilizaciones y practicantes de su cultura. Esta continuidad civilizatoria de reproducción de la vida en equilibrio, fue abruptamente interrumpido, quebrado por el hecho colonial de 1532, a partir de esa fecha de impuso un pensamiento único, una cultura única.

Los enclaves coloniales viven en esa burbuja, donde la economía, política, cultura, y desarrollo de la vida, son interpretados con ese filtro de la colonialidad, que aún nos habita.

Los dúos presidenciables presentados en la política actual boliviana, son monoculturales, sin ningún asomo de expresión del rasgo principal de nuestra formación social que es la plurinacionalidad. Entonces estos duetos no son más que el símbolo de pervivencia de ese cuerpo monocultural que impuso el colonialismo eurocéntrico.

¿Qué podemos esperar de una gestión de gobierno monocultural? Principalmente un ejercicio del poder para imponer, como única verdad, sus ideas económicas, que en todos estos candidatos es el eje central de su propuesta, sin tomar en cuenta que la economía es un producto, de las relaciones interpersonales, e intersocietales, de intercambio en su evolución histórica, y que no se reduce a una necesidad construida solamente para el consumo y la acumulación en pocas manos.

Otro rasgo de estos duetos monoculturales es su anticomunismo, porque justamente el sentido de redistribución les aterra, fueron educados para mantener una estructura jerárquica con elites que detentan las diferentes manifestaciones de poder, todo aquello que atente a este pensamiento es “comunista” y un peligro para su estructura mental colonial, son incapaces, por su estructura neuronal, de comprender las grandes conquistas de la humanidad debidas al pensamiento y práctica socialista, como los adelantos en el campo de la medicina (Cuba) la ingeniería y la producción (China) y la tecnología espacial (Rusia) y el desarrollo humano (Kerala un Estado de la India).

El anticomunismo en Bolivia es la expresión de los prejuicios alimentados, desde los gloriosos días de su llegada del brazo de los migrantes, anarquistas ellos, que se ocuparon de organizar gremios, de alfabetizar y fomentar la lectura como instrumento de liberación, responsables de la existencia del sindicalismo revolucionario, todos estos acontecimientos alimentaron el prejuicio colonial en su faceta racista, así quedó afirmado el prejuicio racista-clasista: “los culpables de nuestro retraso son estos indios y los comunistas” este discurso se hereda de generación en generación y los jóvenes candidatos a vicepresidente, no son ajenos a este discurso que se disfraza de “jóvenes emprendedores” claro, emprendedores de una nueva gesta y guerra santa contra estos indios y comunistas.

Esta campaña electoral no es una campaña común que define a un futuro gobierno, sino que es una campaña que se inscribe en la disputa hegemónica del proceso civilizatorio imperial, encabezada por los EEUU, enfrentando a todas las emergencias de pueblos e identidades que hoy le hacen frente. Parte de esta estrategia imperial ya se ha cumplido en Bolivia pues se ha fracturado, no derrotado, al Instrumento Político originado en Ayllus y comunidades, para tener un gobierno propio con filosofía y prácticas también propias. La tarea encomendada a estos duetos, es terminar con estos indios en rebelión; y así lo declaran, con eufemismos, cierto; pero con la claridad que precisan los amos.

Frente a los monoculturales, los pueblos y naciones de Bolivia, ya definieron la consolidación de un Estado plurinacional, he ahí el camino.

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