América Latina es muy relevante para los BRICS y Brasil mantiene su protagonismo con gobiernos de distinto signo. El veto al ingreso de Venezuela ilustra los límites del progresismo que obstruye las convergencias regionales. La renuncia de Argentina es una inmolación de las clases dominantes para doblegar a los trabajadores. El país renunció al principal auxilio financiero que le permitiría replantear su agobiante deuda externa.