La Izquierda Ausente: Crisis, sociedad del espectáculo, guerra (2014) es una de las obras más incisivas del filósofo italiano Domenico Losurdo, un texto que desentraña las contradicciones y desafíos de la izquierda contemporánea en un mundo dominado por el espectáculo mediático y las dinámicas del poder global. Con su característico rigor histórico y analítico, Losurdo examina cómo la izquierda ha perdido su capacidad transformadora, atrapada en una dinámica que la aleja de las luchas concretas y la condena a la irrelevancia.
Escrito en un momento de crisis económica global y auge de movimientos reaccionarios, La Izquierda Ausente parte de una observación crítica: la izquierda, en especial la occidental, ha abandonado su papel histórico como fuerza de cambio social.
Losurdo argumenta que, en lugar de confrontar el capitalismo y las estructuras de poder, amplios sectores de la izquierda se han refugiado en un idealismo abstracto, priorizando debates morales y estéticos por encima de la praxis política. Esta 'ausencia' no es solo ideológica, sino también estratégica, dejando un vacío que los discursos populistas y conservadores han sabido explotar.
El libro se estructura en torno a tres ejes principales: la crisis de la izquierda, la influencia de la 'sociedad del espectáculo' (término que Losurdo toma de Guy Debord) y el impacto de las guerras imperialistas en la configuración del panorama político global. A través de estos ejes, el autor traza un diagnóstico implacable, pero también propone caminos para recuperar el potencial revolucionario de la izquierda.
La crisis de la izquierda
Losurdo identifica varias razones detrás de la 'ausencia' de la izquierda. Una de ellas es su incapacidad para adaptarse a las nuevas formas de dominación capitalista. En lugar de articular un proyecto político coherente, la izquierda se ha fragmentado en sectarismos y ha abrazado posturas que rechazan cualquier compromiso con las realidades del poder. Este purismo, según Losurdo, se manifiesta en la obsesión por mantener una pureza ideológica que impide alianzas estratégicas o la participación en luchas concretas.
Además, el autor critica la desconexión de la izquierda con las clases trabajadoras. Mientras los movimientos populares históricos se apoyaban en la organización de las masas, la izquierda contemporánea ha caído en un elitismo intelectual, más preocupada por debates académicos que por las necesidades materiales de las mayorías. Este abandono ha permitido que la derecha capitalice el descontento popular, como se observa en el auge de movimientos populistas de derecha.
La sociedad del espectáculo
Inspirándose en Debord, Losurdo analiza cómo la 'sociedad del espectáculo' ha transformado la política en un escenario de representaciones vacías. Los medios de comunicación, controlados por grandes corporaciones, reducen los debates políticos a narrativas simplistas y sensacionalistas, alejando a la izquierda de un análisis profundo de las estructuras de poder.
En este contexto, la izquierda ha sucumbido a la tentación de competir en el terreno del espectáculo, adoptando estrategias comunicativas superficiales en lugar de construir un discurso contrahegemónico sólido. Losurdo también señala cómo esta espectacularización ha afectado la percepción de las luchas sociales. Las causas políticas se convierten en productos mediáticos, despojadas de su contenido transformador. Esto lleva a una izquierda que, en lugar de movilizar, se limita a reaccionar ante las agendas impuestas por el poder.
Guerra e imperialismo
Un tercer pilar del análisis de Losurdo es el papel de las guerras imperialistas en la reconfiguración del orden global. El autor critica la complicidad, a veces inconsciente, de sectores de la izquierda con las narrativas imperialistas, especialmente en torno a las intervenciones militares justificadas bajo el pretexto de los 'derechos humanos'. Losurdo argumenta que esta aceptación acrítica de las guerras de Occidente refleja una pérdida de perspectiva histórica y una incapacidad para reconocer cómo el imperialismo perpetúa la desigualdad global.
El filósofo italiano también conecta estas dinámicas con la marginalización de los movimientos antiimperialistas. Mientras la izquierda debería estar al frente de la resistencia contra el neocolonialismo, su ausencia en este terreno ha permitido que otras fuerzas ocupen ese espacio, a menudo con resultados ambiguos.
Propuestas
A pesar de su tono crítico, La Izquierda Ausente no es un libro derrotista. Losurdo propone que la izquierda debe recuperar su capacidad de análisis histórico-materialista, abandonar el purismo y construir alianzas amplias que respondan a las necesidades concretas de las clases populares. Esto implica superar la fragmentación, rearticular un proyecto anticapitalista y antiimperialista, y recuperar el contacto con las realidades sociales.
La crítica de Losurdo al espectáculo mediático resuena en una era dominada por las redes sociales, donde la política a menudo se reduce a gestos simbólicos. Asimismo, su énfasis en el antiimperialismo invita a reflexionar sobre el papel de la izquierda frente a los conflictos globales actuales.
La Izquierda Ausente es una obra provocadora que desafía a la izquierda a mirarse en el espejo y confrontar sus propias limitaciones. Domenico Losurdo, con su erudición y compromiso político, ofrece un análisis que combina teoría y praxis, invitando a los lectores a repensar el papel de la izquierda en un mundo en crisis.
Este libro no solo es un diagnóstico de los males de la izquierda, sino también un llamado a la acción para recuperar su relevancia histórica. Para quienes buscan entender las dinámicas del poder y las posibilidades de cambio social, La Izquierda Ausente es una lectura imprescindible.