El presidente autoproclamado de Siria, Ahmed al-Charaa, viajó a Moscú en visita oficial. Durante su encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin, al-Charaa solicitó que el ex presidente sirio, Bachar al-Assad, hoy asilado en Rusia, fuese entregado al nuevo régimen instaurado en Damasco.
Los medios rusos reportan que la entrevista de al-Charaa con el presidente Putin duró 2 horas y media. El viceprimer ministro ruso Alexander Novak anunció que las partes conversaron sobre el envío de ayuda humanitaria a Siria y analizaron varios proyectos de cooperación en sectores como la energía, el transporte, el turismo, la salud y la cultura.
El 8 de octubre, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, había declarado: «Una tarea clara que podría ser provechosa para los sirios, para sus vecinos y para muchos otros países es crear un centro humanitario, utilizando sus puertos y aeropuertos para el envío de suministros humanitarios desde Rusia y los Estados del Golfo Pérsico a África. Entendemos que se solicitará eso y estamos dispuestos a coordinar los detalles. El asunto se discutió, en principio, y existe un interés mutuo.»
Bajo el seudónimo de “Abu Mohamed al-Jolani”, Ahmed al-Charaa fue el segundo jefe más importante de la banda terrorista Daesh (el Emirato Islámico, también designado en la prensa occidental como “Estado Islámico” o por las siglas EI, IS o ISIS). Al-Charaa es un agente británico y finalmente conquistó Siria con apoyo del ejército de Turquía, de Israel y de EEUU y la inacción rusa.
La visita de al-Charaa a Moscú parece normalizar las relaciones entre el nuevo régimen sirio y las autoridades rusas, mientras que las tropas israelíes se instalan en el sudeste de Siria. Al-Charaa ya había solicitado al ejército ruso que realizara patrullas en las regiones que sus hombres todavía no logran controlar. También había decidido seguir imprimiendo en Rusia la moneda nacional siria.
Durante la guerra contra la República Árabe Siria, los yihadistas de al-Charaa recibieron apoyo aéreo de Israel, pero ahora no logran que las tropas israelíes se retiren de Siria. Debido a ello, al-Charaa ahora busca apoyo en Moscú, pero más tarde podría dar la espalda a Rusia y no vacilaría en expulsarla del país.