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Medio Oriente :: 25/10/2025

FPLP: "El desafío de la resistencia ahora es actuar unida contra la ocupación"

Rodrigo Durão
Un dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina opina sobre el futuro de Palestina como nación

Mientras un frágil alto el fuego intenta mantenerse con vida en la Franja de Gaza, continúan las negociaciones sobre el futuro de Palestina: desde cuestiones de seguridad hasta la reconstrucción del enclave y el papel que tendrán las actuales dirigencias políticas en la futura administración. Mediadores internacionales --entre ellos cataríes y egipcios-- dialogan con los distintos actores políticos involucrados, en busca de una solución que resulte aceptable tanto para Israel y EEUU como para las organizaciones palestinas, como HAMAS (gobierno elegido democráticamente en Gaza) y Fatah (que gobierna ilegitimamente Cisjordania).

Otro actor relevante es el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), organización político y militar de izquierda fundado en 1967 que actúa en la primera línea de la resistencia armada. La organización es una de las firmantes del Acuerdo de Pekín, mediante el cual distintas organizaciones se comprometieron a poner fin a casi 20 años de divisiones y disputas internas, y a priorizar los intereses del pueblo palestino.

El conflicto se desató en 2006, cuando HAMAS ganó las últimas elecciones presidenciales palestinas celebradas hasta hoy, una victoria que obviamente no fue reconocida por Israel, EEUU y la Unión Europea, que endurecieron las sanciones y el bloqueo contra la población palestina, a pesar de que los comicios fueron legítimos. La presión sobre Palestina derivó en una ruptura violenta entre las organizaciones, quedando HAMAS a cargo del gobierno de Gaza y Fatah como representante de Israel en Cisjordania.

Por su parte, el FPLP sigue actuando en todo el territorio palestino, incluida Jerusalén Este. Brasil de Fato conversó con Jameil Saleh Mezher, vice secretario general de la organización marxista-leninista. Desde Egipto, Mezher señaló que el primer objetivo de los distintos grupos debe ser la formación de un frente unido para resistir a Israel. Considerado un grupo terrorista por EEUU y la Unión Europea, el FPLP no considera prioritario debatir en este momento una eventual participación en un nuevo gobierno.

Mezher habló sobre cómo el FPLP concibe la futura administración palestina, la ola de simpatía internacional que siguió al genocidio cometido por Israel, la relación con Irán y las dificultades para mantener la paz en Gaza tras dos años de destrucción.

¿Cuál es la posición del FPLP sobre el futuro gobierno de Gaza y Cisjordania?

La posición del Frente Popular sobre el futuro de la gobernanza en Gaza y Cisjordania se basa en una visión nacional integral, fundada en la firme convicción de que cualquier futuro gobierno debe ser el resultado de un amplio consenso nacional, y no de acuerdos parciales o presiones externas, especialmente ante los serios desafíos y giros históricos que enfrenta la causa palestina.

Según la visión del Frente, el gobierno no debe ser simplemente un órgano administrativo que gestione los asuntos cotidianos de la población, sino una estructura política orientada a la lucha, que contribuya a restaurar la unidad nacional y a poner fin a la división interna que ha debilitado el frente palestino, permitiendo que la ocupación continúe sus campañas de exterminio, expansión de asentamientos y proyectos de judaización.

Por ello, hemos insistido constantemente en la necesidad de iniciar un diálogo nacional inclusivo que involucre a todas las facciones --incluidos HAMAS, la Yihad Islámica y las fuerzas sociales-- con el objetivo principal de alcanzar un consenso sobre la formación de un gobierno de unidad nacional, bajo la referencia del Marco de Liderazgo Provisional de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), como marco nacional integrador. La tarea de este gobierno sería administrar los asuntos tanto de Cisjordania como de Gaza, reconstruir lo que la ocupación ha destruido, brindar ayuda humanitaria y fortalecer la resistencia y la firmeza del pueblo palestino, además de preparar elecciones presidenciales, legislativas y municipales amplias que establezcan una nueva legitimidad democrática basada en la participación y representación genuinas.

El Frente también considera que uno de los deberes del gobierno debe ser enfrentar todos los intentos de fragmentar la geografía y la demografía palestinas, ya sea separando Gaza de Cisjordania o mediante políticas de asentamiento y bloqueo, y ejercer autoridad plena sobre ambos territorios, sin divisiones ni duplicación de competencias.

Si la formación de un gobierno de unidad nacional resultara difícil a corto plazo, el Frente ha propuesto una opción transitoria: establecer un órgano nacional provisional, acordado por las partes, para administrar temporalmente la Franja de Gaza bajo la autoridad de la Autoridad Palestina. Su misión sería permitir una acción de gobierno unificada y preparar el terreno para que la Autoridad Palestina retome plenamente la gestión de la Franja, preservando la posición de Gaza dentro del sistema nacional unificado, y no como una entidad separada o paralela. Este órgano --ya se le llame comité administrativo, comité de apoyo u otro nombre-- debe operar bajo la referencia del gobierno palestino, con respaldo árabe e internacional.

Con esta postura, el Frente busca formular un proyecto nacional palestino integral y una estrategia nacional para enfrentar los planes de la ocupación, equilibrando las necesidades de reconstrucción con la continuidad de la lucha nacional, sobre la base de la unidad, la justicia social y la toma de decisiones colectivas.

¿Cómo se desarrollará la resistencia a la ocupación tras el fin del genocidio?

Es evidente que la resistencia debe continuar mientras persista la ocupación. Este es un principio inquebrantable para el Frente y para todas las facciones de la resistencia. Sin embargo, a la luz de los acontecimientos posteriores al 7 de octubre de 2023, la continuación de la resistencia no significa repetir los mismos métodos ni excluir unas formas en favor de otras. La resistencia debe adaptarse a las nuevas realidades del terreno, la política y la sociedad.

A raíz de los cambios decisivos en el escenario palestino desde esa fecha, debemos construir herramientas de resistencia actualizadas, que combinen varios métodos y frentes de acción simultáneos. Estas herramientas no se limitan únicamente a la resistencia armada --que seguirá existiendo y actuando incluso en caso de alto el fuego--. Aunque reconocemos la resistencia armada como un derecho legítimo, insistimos en que debe integrarse dentro de una estrategia nacional unificada.

La evolución de la resistencia requiere unidad y coordinación bajo una Frente Única de Resistencia, que determine el momento, la forma y el lugar de las acciones, especialmente en Cisjordania, donde la situación es especialmente peligrosa por los crímenes de los colonos y las políticas de ocupación, como los asentamientos, la judaización y la anexión. Es esencial presionar y debilitar a la ocupación en Cisjordania, al tiempo que se reduce la presión sobre los combatientes en Gaza.

Asimismo, la resistencia en los frentes diplomático, internacional y jurídico no debe ser ignorada. Debemos aprovechar los cambios en la movilización global, que pueden convertirse en herramientas decisivas: el crecimiento de la solidaridad popular en ciudades europeas y estadounidenses, el auge de las campañas de boicot y la negativa de empresas a colaborar con el sistema de ocupación. Todo ello debe traducirse en presión parlamentaria, judicial y económica capaz de alterar el equilibrio de poder.

En definitiva, la esencia de la resistencia en esta etapa radica en pasar de actos individuales a una acción nacional colectiva y planificada, capaz de infligir un daño mayor al enemigo, teniendo en cuenta tanto las circunstancias locales como el contexto internacional, y reduciendo la carga sobre la población que sostiene la resistencia.

El FPLP firmó el Acuerdo de Pekín, que promete unidad entre los distintos grupos políticos palestinos. Sin embargo, muchos países como EEUU y la Unión Europea no dialogan con ustedes por considerarlos una organización terrorista. ¿Están dispuestos a no participar en un futuro gobierno para no ponerlo en riesgo?

Desde la creación de la Autoridad Palestina y la formación de sus primeros gobiernos, el Frente ha mantenido una posición coherente, clara e independiente. Se ha negado a participar en los gobiernos de la Autoridad Palestina, cuya legitimidad se basa en los Acuerdos de Oslo, a los cuales el Frente se opone. Aun así, ha denunciado con firmeza cualquier práctica o decisión que afecte los derechos y la vida del pueblo palestino, sin obstaculizar la formación de gobiernos. Por el contrario, ha actuado como voz nacional de oposición, reclamando corrección de rumbo, evaluando el desempeño y combatiendo la corrupción.

En 2006, poco antes de la victoria de HAMAS en las elecciones legislativas, el Frente adoptó una posición destacada al expresar su confianza en el gobierno formado por HAMAS. Esto no implicaba apoyo pleno a sus políticas o programas, sino el rechazo a los Acuerdos de Oslo como marco de referencia. Al abstenerse de oponerse al gobierno de HAMAS, el Frente también evitó ser percibido como partícipe de la división que surgió tras los comicios. Reconoció los resultados electorales y el derecho del partido ganador a gobernar y demostrar su capacidad de gestión.

Hoy, ante los grandes cambios del escenario palestino, discutir la participación del Frente en un futuro gobierno de unidad nacional es prematuro. Para nosotros, la cuestión fundamental no es si participaremos o no, sino garantizar que el gobierno cumpla su propósito principal: servir al pueblo palestino bajo un programa nacional, priorizando el interés colectivo sobre los intereses faccionales, poniendo fin al período de división y mala gestión de la Autoridad Palestina, y convirtiendo al gobierno en una herramienta de lucha, no en una carga.

En resumen, la posición del Frente sigue siendo la misma: apoyar cualquier medida que restaure la unidad y fortalezca las instituciones palestinas. Cualquier decisión sobre participar o no lo hará se tomará según lo que mejor sirva a los intereses y objetivos del pueblo palestino.

Irán ha sido un aliado histórico del FPLP. ¿Los acontecimientos recientes, como la caída del gobierno sirio y los ataques israelíes contra Irán, han afectado esa relación?

Irán ha sido y sigue siendo un amigo histórico del pueblo palestino y de la resistencia, incluido el Frente Popular. Los acontecimientos de este año --como la caída del gobierno sirio y la guerra criminal contra Irán-- han tenido ciertas repercusiones, pero no han afectado la relación con Teherán ni reducido la cooperación. Por el contrario, la relación continúa desarrollándose, basada en el respeto a los principios nacionales palestinos, al derecho de nuestro pueblo a la liberación y la autodeterminación, y en el apoyo constante a las facciones de la resistencia en diversas formas.

El apoyo iraní al pueblo palestino no depende de los vaivenes regionales, sino de un principio firme: el derecho del pueblo palestino a resistir y alcanzar su liberación. Ese apoyo abarca todas las dimensiones posibles --política, jurídica, diplomática y, en ciertos ámbitos, logística-- con el fin de fortalecer la firmeza y la capacidad de resistencia de nuestro pueblo.

En síntesis, la relación con Teherán es estable, sólida y en constante evolución, basada en un compromiso estratégico con el pueblo palestino y su causa, sin verse afectada por los desafíos regionales o internacionales.

¿Creen posible una reconciliación entre HAMAS y Fatah?

Sí, creemos que la reconciliación entre HAMAS y Fatah es posible y realista, siempre que haya voluntad genuina de ambas partes y que el interés nacional se sitúe por encima de los cálculos partidistas. Los desafíos son enormes y el pueblo palestino ya no puede soportar más la división, que ha limitado gravemente su capacidad de resistencia frente a la ocupación. Por eso es tan importante reconstruir la confianza y retornar a una toma de decisiones unificada.

Durante todos estos años de división, el Frente no ha escatimado esfuerzos para lograr la reconciliación. Consideramos que cualquier paso en esa dirección debe contar con un papel árabe serio y comprometido, que brinde las garantías políticas, económicas y diplomáticas necesarias. Debe además existir un marco nacional integrador que asegure una distribución justa de responsabilidades, respete las instituciones legítimas y restituya los derechos civiles y políticos a todos los palestinos.

Somos optimistas, porque la experiencia demuestra que la unidad es posible cuando todos colocan los intereses supremos del pueblo por encima de las diferencias faccionales.

¿Cuál es la posición del FPLP sobre las ejecuciones en Gaza de acusados de colaborar con Israel?

La posición del Frente sobre las ejecuciones en Gaza debe entenderse en el contexto complejo de la Franja. A través de sus políticas y guerras repetidas, la ocupación ha intentado desestabilizar la situación interna, atacar a las fuerzas de seguridad y fomentar grupos armados que han cometido asesinatos, robos y agresiones contra combatientes de la resistencia durante los periodos de guerra. Ante la ausencia de un gobierno central eficaz --debido a los bombardeos contra cuarteles, oficiales y policías--, era natural que la resistencia adoptara medidas severas para proteger el frente interno y garantizar la cohesión del pueblo.

Las acciones de la resistencia, incluidas las ejecuciones realizadas bajo el Código Penal Revolucionario de la OLP, se enmarcan en el agotamiento de todos los procedimientos legales disponibles y en la persecución de quienes intenten socavar la seguridad interna o crear fisuras aprovechadas por la ocupación y sus colaboradores. Estas medidas reflejan un consenso nacional sobre la necesidad de proteger la unidad interna frente a los intentos de caos y sabotaje que buscan romper la cohesión palestina.

El Frente enfatiza que la seguridad de la resistencia es parte integral de la seguridad del pueblo palestino y de su causa nacional. Perseguir a los agentes de la ocupación y a quienes traicionan la causa es una forma de proteger tanto al pueblo como al proyecto nacional.

Una vez restablecida la estabilidad y finalizada la agresión, deberá existir una autoridad legítima en el terreno, encargada de aplicar todas las medidas legales y administrativas necesarias: desde investigaciones exhaustivas y transparentes, hasta juicios justos conforme a la ley, acompañados de procesos de reconciliación nacional y justicia transicional.

Brasil de Fato

 

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