
El presidente Javier Milei ha hecho 13 viajes a EEUU en busca de la fotografía que ansía obtener: sentado junto a Donald Trump en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Esa aspiración se ha convertido en una obsesión para el mandatario ultraderechista argentino, especialmente al considerar que varios de sus predecesores ya lograron esa imagen.
Milei, sin embargo, aún no ha conseguido esta fotografía, en un contexto marcado por la evolución de la causa Libra [participación del presidente en una estafa con monedas virtuales] en el Juzgado del Distrito Sur de Manhattan, el escándalo Spagnuolo [desvío del 3% de los sobornos por la compra de medicamentos a la hermana del presidente], las denuncias sobre compra de candidaturas para las elecciones de 2023 y vínculos señalados con el narcotráfico [el cabeza de lista del presidente en las elecciones recibió cientos de miles de dólares de un narcotraficante].
Estos casos, aunque intentarían ser ocultados por la prensa hegemónica argentina, ya serían conocidos en EEUU. El concierto de rock con el presidente como cantante en el Movistar Arena habría intensificado estas críticas en medios y sectores políticos estadounidenses.
Las declaraciones de Trump durante y después del más reciente viaje de Milei a Washington caracterizaron a la Argentina como un país cuya gente "se está muriendo", "no tienen dinero y están luchando con todas sus fuerzas para sobrevivir".
Estas afirmaciones, que desmienten las fantasías del miracolo de la economía de la ultraderecha, se produjeron durante una conferencia de prensa donde Trump recibió a Milei sentado en su escritorio, con una veintena de periodistas presentes.
En medio del evento, Milei intentaba por enésima vez hablar en castellano sobre el "milagro económico" argentino, pero la traducción se vio dificultada por las preguntas de los periodistas.
Trump no entendió, le explicaron que la traducción era simultánea y que Milei debería hablar otra vez y simplemente dijo que no hacía falta y pasó página.
El encuentro terminó de manera caótica, sin la fotografía anhelada y con declaraciones de Trump que, lejos de apoyar al oficialismo ante las elecciones del próximo domingo, operarían como una carga significativa.
Trump habría expresado su rechazo al candidato peronista a gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kiciloff –aunque sin nombrarlo explícitamente– y advertido que si el electorado argentino no respalda al Gobierno de Milei, EEUU retirará todo su apoyo al país. Lo cual, además de una amenaza al pueblo argentino, es una amenaza al propio Milei.
Esta intervención abierta en una contienda electoral representa, según el texto, una ruptura con las normas diplomáticas tradicionales, contrastando incluso con la intervención de Richard Nixon en las elecciones chilenas de 1970, que habría mantenido mayor discreción.