 La situación de las fuerzas ucranianas empeora cada vez más. Es fácil comprender cómo el factor de la asombrosa pérdida de personal se ha convertido en decisivo y está adquiriendo el mayor peso
La situación de las fuerzas ucranianas empeora cada vez más. Es fácil comprender cómo el factor de la asombrosa pérdida de personal se ha convertido en decisivo y está adquiriendo el mayor peso
Al leer un interesante documento del ex coronel estadounidense Douglas Macgregor, antiguo asesor del Pentágono, publicado recientemente en X, pero redactado originalmente en 2024 y entregado al equipo de Trump antes de su elección, encontré algunas ideas e informaciones interesantes.
Básicamente, Macgregor esboza lo que, en su opinión, deberían ser las directrices para reformar el sistema de defensa estadounidense, indicando también con cierto detalle cómo debería estructurarse.
Espero tener tiempo para comentarlo en su totalidad, especialmente en lo que respecta a la comparación con lo que se ha convertido en la estrategia de defensa de Trump, que en algunos aspectos refleja las propuestas de Macgregor y en otros se aleja radicalmente de ellas, lo que, en mi opinión, pone de manifiesto una incoherencia interna dentro de dicha estrategia.
Pero, entre otras cosas, hay un dato interesante (recuerde que el documento probablemente se redactó entre septiembre y noviembre de 2024, por lo que los datos a los que se refiere son ligeramente anteriores).
Además de destacar el bajo rendimiento de las armas occidentales y el rendimiento superior de las rusas, Macgregor informa de que los sistemas integrados de defensa aérea rusos (IADS), en aproximadamente dos años y medio de guerra, han derribado 647 aviones (de todo tipo) y 283 helicópteros.
Para que se haga una idea, la Fuerza Aérea Italiana cuenta con aproximadamente 500 aviones, incluidos unos 100 helicópteros, casi la mitad de los destruidos por los rusos. Pero la cifra más significativa es la relativa a las pérdidas humanas.

El documento habla de 870 000 bajas de un total estimado de más de 1,7 millones de soldados ucranianos; el término «bajas» probablemente se refiere a todos los que quedaron fuera de combate, es decir, muertos, heridos incapaces de volver al servicio o desaparecidos.
Aunque la cifra se refiere a un periodo en el que el equilibrio de poder era menos desigual de lo que llegó a ser posteriormente, sigue representando la aniquilación de la mitad del ejército ucraniano.
En el mismo período, según Macgregor, los rusos sufrieron 200 000 bajas, incluidos 130 000 soldados muertos. Una cifra exagerada según la mayoría de los analistas independientes.
Aunque desde hace tiempo existen estudios que analizan las pérdidas de ambos bandos, basados en diversas fuentes, estas cifras, aunque anticuadas, son más indicativas porque probablemente provienen de fuentes del Pentágono, que a su vez debe haberlas obtenido de funcionarios de la OTAN presentes sobre el terreno.
Teniendo en cuenta que la situación de las fuerzas ucranianas ha empeorado en este aspecto, mucho más que en el táctico y operativo, es fácil comprender cómo este factor --la pérdida de personal-- se ha convertido en decisivo y está adquiriendo un peso exponencialmente creciente.
Enrico's Substack / observatoriodetrabajad.com