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Mundo :: 04/11/2025

COP 30 Brasil: ¿Adaptación o prevención?

Michael Löwy
Dar prioridad a la adaptación a las consecuencias del cambio climático en lugar de a la prevención es un discurso que escuchamos cada vez más entre los gobernantes de diferentes países

La COP 30 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) tendrá lugar este año del 10 al 21 de noviembre en Belém, capital del estado de Pará (Amazonía) en Brasil. Esta COP 30 despierta esperanzas, ya que se celebra en un país gobernado por la centroizquierda, bajo los auspicios del presidente Lula. Pero hay que señalar que el contaminador número 1 del planeta, EEUU, -con un Trump negacionista fanático del cambio climático- , estará ausente porque ha retirado a su país de esta conferencia internacional.

Desafortunadamente, una decisión reciente de las autoridades brasileñas empaña esta reunión: la autorización para explotar el petróleo bajo el mar, cerca de la desembocadura del río Amazonas. Los ecologistas brasileños denuncian esta decisión, que representa un enorme riesgo -en caso de accidente en la perforación marítima- de una "ola negra" que destruya los frágiles ecosistemas de la selva amazónica. Además, si las enormes cantidades de petróleo que se encuentran bajo el mar en esta región se extraen, comercializan y queman, será una contribución negativa decisiva al cambio climático.

En estas condiciones, ¿qué podemos esperar de esta COP 30? Hay que decir que el balance de las 29 anteriores no es glorioso: ciertamente, se han adoptado algunas resoluciones pero... nunca se han puesto en práctica. Las emisiones nunca han dejado de crecer, la acumulación de gases de efecto invernadero está alcanzando proporciones inauditas y ya se ha alcanzado el peligroso límite de 1,5°C (por encima de la época preindustrial).

¿Cuáles son las ambiciones de los organizadores de la nueva COP? Podemos tener una idea leyendo una entrevista reciente con André Correa do Lago, nombrado por Lula presidente de la COP 30. Diplomático con una larga experiencia en desarrollo sostenible, actualmente es secretario de Clima, Energía y Desarrollo en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil. En esta entrevista, Corrêa do Lago dice: "Me gustaría mucho que la gente recordara la COP30 como la COP de la adaptación".

¿Qué significa eso? Ciertamente, la adaptación a las consecuencias del cambio climático -incendios forestales, tornados, inundaciones catastróficas, temperaturas insostenibles, sequía, desertificación, falta de agua dulce, aumento del nivel del mar, etc. (la lista es enorme)- es necesaria, especialmente en los países del Sur, las primeras víctimas de estos daños.

Pero dar prioridad a la adaptación en lugar de a la prevención es una forma indirecta de resignarse a la inevitabilidad del cambio climático. Es un discurso que escuchamos cada vez más entre los gobernantes de diferentes países del mundo. La lógica de este argumento es simple: dado que es imposible prescindir de los combustibles fósiles, el transporte globalizado de mercancías, la agricultura industrial y otras múltiples actividades económicas responsables del cambio climático, pero necesarias para el buen funcionamiento de la economía capitalista, solo nos queda la posibilidad de adaptarnos.

Si en un primer momento, la adaptación todavía es posible, a partir de un cierto aumento de la temperatura - ¿2 grados? ¿3 grados? nadie puede decirlo - se volverá imposible. ¿Cómo adaptarse si la temperatura media supera los 50 °C? ¿Si el agua potable se convierte en un producto escaso? Podríamos multiplicar los ejemplos.

No nos queda mucho tiempo para evitar una catástrofe que ponga en peligro la supervivencia humana en este planeta. Y, al contrario de lo que piensan los habitantes de Marte como Elon Musk, no hay planeta B. Si la COP 30 prioriza la adaptación sobre la prevención, permanecerá en la memoria de la gente como la COP de la capitulación.

Afortunadamente, al mismo tiempo que la COP, se reunirá en Belém do Pará una Cumbre de los Pueblos, donde participarán movimientos ecologistas, campesinos, indígenas, feministas, ecosocialistas y otros, que discutirán las verdaderas soluciones a la crisis ecológica, y que tomarán las calles de Belém do Pará para protestar contra la inacción de los gobiernos, y afirmar la necesidad de romper con el sistema. Son sembradores de futuro, que rechazan la resignación y el conformismo.

* Director de investigación emérito en el CNRS, Francia. Traducción: Enrique García para Sinpermiso.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/gN0U