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País Valencià :: 15/11/2025

Que tomen nota

Ana Hurtado
La "dana valenciana" en el 2024 se cobró más de doscientos muertos, añadiendo todo el rastro de desaparecidos que dejó a su paso. El huracán Melissa, mucho más fuerte, no dejó muertos en Cuba

Era el año 2005 y fue uno de los últimos veranos que pasé en el sur. Eran aquellos días que en terminología literaria se llamarían de "vino y rosas". Felicidad y prosperidad sin muchas preocupaciones. Y mientras el verano avanzaba, yo escuchaba que el huracán Katrina arrasaba el sureste de los EEUU dejando 1 400 muertos.

Una tormenta tropical que todavía sigue recordándose por la mala gestión política que tuvo. Por Luisiana y cruzando el Mississippi todavía se sienten los efectos -dos décadas después-, de todo lo que se perdió; de todo lo que se pudo hacer y no se hizo. Todavía se acuerdan de Bush hijo.

Dejaron morir a la gente.

Me mandaba hace unos días el amigo Abel Prieto un escrito del tema al respecto, realmente espeluznante.

Básicamente, el huracán Katrina en 2005 reveló la incapacidad del gobierno estadounidense para responder eficazmente a una catástrofe natural, dejando desprotegidas a comunidades pobres y afroamericanas.

El colapso de los diques en Nueva Orleans, la falta de un plan de evacuación para quienes no tenían medios y las condiciones inhumanas en los refugios, reflejaron una grave desigualdad social. La respuesta oficial fue lenta y descoordinada, y se rechazó incluso ayuda internacional urgente ofrecida por Cuba. Esto último es bastante significativo. Si la aceptaban, estarían reconociendo su inferioridad táctica.

El imperio no puede salvar las vidas de su gente vulnerable dentro del propio territorio, y se permite el lujo de rechazar la ayuda del gobierno de Fidel, por orgullo, o quizás por no aceptar la mano de aquel al que fustiga, pero del cual sabe que vale más que él como Estado y como proyecto humano. Y que por eso no le quita el látigo de encima, porque corre el riesgo de que se convierta en ejemplo. Qué interesante y mediocre la lógica imperial, ¿verdad?

Katrina se perdió en el olvido y vinieron y se fueron otros y otras. Hasta que la semana pasada arribó Melissa al Caribe.

Empezó arrasando Jamaica y llevándola atrás unas cuantas décadas. Ya la prensa internacional -por no decir la que genera estados de opinión pública - (The Guardian, NY Times y compañía), ha hecho un reporte de muertos. Hay más de 50: en Jamaica hay alrededor de una veintena, en Haití se reportan alrededor de 30 fallecidos y al menos otros 20 desaparecidos por el desbordamiento de ríos. No, ninguno de ellos es cubano.

No hay pérdida de vidas humanas en Cuba (hasta el momento) en un meteoro que ha arrasado el Caribe. Las cifras no son las lamentables del Katrina, pero los muertos se han contado por decenas en la región. Es de justicia decir que esto no es un milagro. No, ¡qué va!

Es el resultado de preparación, organización, disciplina y solidaridad de un pueblo en revolución. Es poner la vida humana por delante de todas las prioridades. Sí, estar en cero o en víctimas que puedan contarse con la palma de solo una mano es un dato importante a significar. Sobre todo, teniendo en cuenta el impacto de manera frontal y directa que el huracán ha tenido en la isla de Cuba.

Porque este pueblo se ha preparado para recibir el golpe de un desastre meteorológico. Una preparación para la contingencia con la confianza plena en las Fuerzas Armadas Revolucionarias en defensa de sus vidas. Esto no es EEUU, aquí la victoria es y seguirá siendo siempre la vida.

¿Qué pasó hace justo un año en Valencia? Han sido dos catástrofes similares que las separa solo un año. La "dana valenciana" en el 2024 se cobró más de doscientos muertos, añadiendo todo el rastro de desaparecidos que dejó a su paso. No hace 20 años como con Katrina. Hace solamente uno. La Generalitat de Valencia no dio la alerta civil a los ciudadanos hasta las 8 de la tarde del día del hecho.

¿Qué impidió que el estado español desplegara las fuerzas y recursos técnicos para salvar vidas ante un acontecimiento totalmente predecible, y más, para el llamado primer mundo? Aún muchos están buscando respuestas. Siguen preguntándose si el ejército que tenemos los españoles es para servirle al imperialismo y a la OTAN o al pueblo español cuando lo necesita, porque lamentablemente, el año pasado no estuvo. O para ser más justos: no estuvo a la altura.

La Revolución cubana nos enseña que su centro es el hombre y su dignidad y que la vida de su gente es el elemento fundamental en la preservación y en la protección de su nación.

Desde la prevención, concentración de recursos para enfrentar eventualidades, avisos tempranos, movilización de población (que no se limita solo a trasladar información por medios de comunicación para que la gente salga de lugares peligrosos, sino que hay una impartición de directivas para ejecutar desde el nivel gubernamental más alto hasta autoridades locales a nivel de barrios).

Me ha impresionado el valor, la aceptación popular y el factor determinante que han jugado las Fuerzas Armadas de Cuba poniendo a disposición del pueblo todas sus capacidades para crear condiciones apropiadas previas a la entrada de Melissa, durante su paso, y después del mismo en el proceso de recuperación. Fuerzas armadas unidas a un pueblo codo con codo ante la adversidad de turno.

Son estas unas fuerzas armadas que no pertenecen a una casta, ni a la élite. No tienen una estructura castrense. Son las fuerzas a las que se refirió Camilo en el concepto del pueblo uniformado. Un ejército enfocado y orientado a la defensa de su pueblo.

Y es una de las cosas que no pueden tolerar los imperialistas ni los enemigos de este pueblo. La conexión y la sinergia imprescindible que existe en esta Revolución para enfrentar amenazas externas. Y no podemos perder de vista que cada vez que se pone a Cuba a prueba, hay victoria. En esta ocasión, el huracán que pasó por la isla no tenía precedentes. Se dice pronto, pero es difícil.

Que solo y únicamente un nivel de organización estatal, ha permitido exhibir estos resultados, cuando solo hay que mirar alrededor la situación de las hermanas naciones del Caribe, donde lamentablemente los muertos se cuentan por decenas.

Que nadie se equivoque: esta es la cosecha de años de preparación y de transformación de doctrinas para asegurar la defensa de un pueblo. Donde cada problema encuentra una persona, un medio y un lugar para plantar cara a las amenazas a un pueblo. Que no se equivoquen, esta, es la guerra de todo un pueblo ante cualquier problema que pretenda aparecerse.

En el mundo, las fuerzas armadas que no están orientadas a la defensa de los pueblos, juegan roles de secundar intereses imperiales, convirtiendo los ejércitos en policía militar para dominar a la gente y perpetuar esta dominación.

Es haciendo esta simple comparativa donde entendemos la diferencia en las pérdidas humanas ante situaciones de esta magnitud.

Cómo muchos países se han encargado de convertir sus ejércitos en aparatos incapaces de hacer frente a amenazas externas, como es el caso de la Escuela de las Américas, donde se entrenaron a jefes militares para no salvaguardar precisamente la soberanía de sus naciones, sino para perpetuar los intereses de grandes naciones dominantes extranjeras.

Que nadie se equivoque, aún cuando la verdad salta a la vista, en tiempos donde es tan difícil vislumbrar con claridad.

Y es precisamente por todo lo anterior expuesto que deben tomar nota los que amenazan a un pueblo que tiene la capacidad de unirse ante cualquier amenaza externa. Que la tomen. Entendemos que quizás por eso nunca han pasado a la acción directa, porque sabrían que dejarían millones de muertos en un suelo anegado en sangre, si no se mueren en la lucha.

Por eso prefieren ser torturadores, desde la distancia. Ellos, y sus lacayos que recogen las sobras que se les caen.

Y conforme pasa el tiempo, lo asimilarán con más claridad. Quien intente romper a un pueblo que alberga estas características, no lo contará. No podrá.

Sabrían que quedarían en ridículo siendo un país que vive de la guerra, (la guerra y el expolio en territorios ajenos es lo que les hace ser potencia mundial), viniendo a una isla con una decena de millones de habitantes, que les plantaría cara y les demostraría que no todo es la industria, la tecnología y los recursos. Que la fuerza de un pueblo, es el mayor temor que puede tener cualquier psicópata que se atreva a amenazarlo.

Esta es una guerra asimétrica, en la que Cuba siempre llevará las de ganar. La misma que les hizo perder la guerra de Vietnam. No deben confundirse.

Que tomen nota.

www.cubadebate.cu

 

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