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Mundo :: 26/03/2018

Perú: Cayó el PPK, ¿Y ahora qué?

César Zelada
Los acontecimientos en la tierra de José Carlos Mariátegui son muy volátiles

La crisis del régimen político, que se abrió con la semiinsurreción de la Marcha de los 4 suyos en el año 2000, y que “trato de ser enterrada” con el gobierno de transición de Valentín Paniagua (como pacto interbugués post fujimorista que sentenció al dictador a 25 años de prisión pero alentaba su constitución y su presencia política partidaria), está volviendo a salir a la superficie, a un nivel superior, gracias al affaire Odebrecht, produciendo la renuncia por corrupción de PPK, cuestionando todo el sistema político constitucional democrático burgués en su conjunto, poniendo a sus líderes de derecha e izquierda a prueba, y con las masas en la calle (con flujos y reflujos), arengando la consigna de “que se vayan todos”.

El factor económico

Y es que esta consigna antisistema no surge como un rayo que cae del cielo súbitamente. Se alimenta también de las repercusiones de la crisis mundial (caída de la demanda de materia prima), en el país, que ha producido un estancamiento del empleo (profundizado con el ingreso de más de 100 mil venezolanos que están desplazando a los trabajadores peruanos por salarios menores que el mínimo), y un decrecimiento de la economía ( el PBI del 2017 fue del 2.5% -lejos del 4 o 3.5% que auguró el gobierno-, el 2016 anotó un crecimiento superior al 3,3% del 2015 y al 2,4% del 2014, pero aún lejos de tasas cercanas y por encima del 6% registradas en los años 2013, 2012, 2011 y 2010). Para el 2018 se proyectó un crecimiento del 4.2% pero ya se está revisando esta cifra.

“…La cifra que interesa no es solo el PBI total, sino el PBI no primario (PBI-NP, manufactura, servicios, electricidad, pesca), pues allí se generan los empleos. Del 2003 al 2013, el crecimiento promedio del PBI-NP fue 7.3%. En el 2014 y 2015 bajó 3,6 y 2.4%. En el 2016 y 2017 decreció 2,4 y 2.5%. Esta es la madre del cordero: se está creciendo a menos de la mitad que en la década pasada. El MEF proyecta un crecimiento del PBI-NP del 4.1% para el 2018. Difícil… En consecuencia, el empleo está en caída desde hace buen tiempo. Según el Ministerio de Trabajo (1), el empleo en el Perú Urbano de empresas privadas formales de 10 y más y trabajadores cayó todos los meses: en julio, -0.2%; en agosto, -0.4%; en setiembre, -1.2%; en octubre -1.0% y en noviembre, -0,9%. Eso es lo que la gente siente y se refleja en las encuestas…”, escribió el connotado economista Humberto Campodónico (La República, 17/01/18).

Luego, continúa, “… De su lado, la recaudación ha caído: del 2012 al 2017, según el RI del BCR, los ingresos del gobierno general han bajado del 22.8 al 18.1% del PBI, o sea se ha dejado de recaudar 4,7% del PBI (US$ 9,400 millones). Parte de esa pérdida tiene que ver con el fin del súper ciclo, pero otra parte es responsabilidad de malas decisiones de política fiscal, lo que incluye la poca voluntad de reducir la evasión del impuesto a la renta y del IGV… Por eso, aun si los precios de los minerales se vienen recuperando desde principios del 2016, su impacto en la recaudación casi no se ha sentido. En el 2016 los ingresos mineros fueron S/ 4,230 millones, pero las devoluciones de impuestos al sector (entre ellos del IGV) fueron S/ 5,053 millones, lo que dejó un saldo neto negativo de S/ 823 millones (2). En el 2017 los ingresos y los egresos fueron 6,278 y 5,650 millones de soles, lo que dejó un saldo apenas positivo de S/ 628 millones…”.

Finalmente, sentencia, Campodónico, “…La reactivación no llegará si prevalecen los “halcones”, que ya están diciendo que el incumplimiento de la meta del déficit fiscal del 2017 (era 3% pero terminó en 3.2% del PBI) es la “prueba” de un mal manejo fiscal. Y añaden que la meta del 2018 de 3.5% del PBI de déficit fiscal no hará otra cosa que agravar los problemas, pues ya se comenzaron a usar los recursos del Fondo de Estabilización Fiscal y los ahorros del MEF. Por eso, el déficit fiscal “debería reducirse, ya, ahora…”.

Y esto gracias al carácter primario exportador de nuestra economía con una de las manos de obra más barata de la región (de 1993 a la fecha, los salarios han perdido casi 7% de su participación en el PBI, mientras que las utilidades han aumentado en la misma proporción. El salario en Argentina, Uruguay, Chile, Ecuador, Paraguay y Brasil es de $498, $470, $455, $391, $325, respectivamente, mientras que en Perú es de $270).

Sobre la pobreza, según cifras oficiales, el 25,8% de peruanos eran considerados pobres en 2012, mientras que en 2016 disminuyó a 20,7% . En cuanto a la pobreza extrema, la reducción fue de 6% en el 2012 a 3,8% de peruanos en el 2016 . No obstante, este tipo de medición fue cuestionado por el ex jefe del INEI, Farid Matuk, al decir que, “…en un extremo tenemos a Lima Metropolitana, donde la pobreza fue 11% el año pasado y el 2015, y en el otro, a la sierra rural, que ha pasado de 49% a 48%...”, (http://larepublica.pe/economia/1040409-dos-de-cada-diez-peruanos-viven-en-condicion-de-pobreza).

"Para efectos prácticos, un peruano que vive en el área rural de los Andes es cinco veces más pobre que uno que vive en Lima Metropolitana, independientemente de su condición en ambos casos, eso refleja la enorme desigualdad que tenemos en el Perú y la poca reducción que hubo en los últimos 17 años", indicó Matuk.

Por otro lado, según el INEI, en el 2015, “… Consumo mensual de cada peruano debe ser mayor a S/. 303 para dejar de ser pobre…” (https://gestion.pe/economia/consumo-mensual-peruano-debe-mayor-s-303-dejar-pobre-87368). Pero varias instituciones como la CGTP han evaluado que la canasta familiar debe ser de 2500 soles.

Con respecto a la desnutrición, pues, hay que decir que 948 mil niños menores de cinco años van con anemia al Colegio. “…Enfermedad que mostró un incremento 2.6 puntos porcentuales en los últimos 5 años y que en los niños menores de 3 años alcanza el 43%, reveló la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2016…”, (http://rpp.pe/economia/economia/inei-948-mil-ninos-menores-de-cinco-anos-tienen-anemia-en-peru-noticia-1054556).

El fracaso del “gobierno neoliberal tecnocrático y de lujo” y su estrategia de cogobierno con el fujimorismo

En este contexto, lo que ha fracasado en el país, no es el “obstruccionismo de la oposición parlamentaria”, como quiere hacer ver el saliente PPK, sino la política neoliberal del ex premier Zavala y el gabinete tecnócrata de lujo, que lo único que hicieron fue continuar con un modelo que ha fracasado en el país (y el mundo), pero que les permitía hacer los grandes lobbies a los que estaban acostumbrados. Por esta razón, el gabinete Zavala fue censurado.

Esta cuestión aunada a una estrategia de co-gobierno neoliberal con el fujimorismo desde que empezó su mandato fueron las razones de su debacle política (y esto a pesar que la oposición fujimorista les dio las amplias facultades legislativas que PPK solicitó para disponer del presupuesto general de la República a su antojo). Pero parece que PPK, nunca comprendió esta cuestión política elemental, gracias a su gran ego como banquero de inversiones (y como lo sostiene Vargas Llosa en su libro “como Pez en el agua”).

PPK cantó victoria después de la derrota de la primera moción de vacancia en su contra. Inmediatamente salió a la ofensiva teniendo en cuenta que Kenyi y los “avengers” podían sumar más congresistas a su favor. Si hubieran leído a Lenin talvez pudieron haber prevenido el desenlace, pero estos son tipos que no les importa leer. Están acostumbrados a los lobbies y los pactos en las alturas. Lenin decía que, a veces, “una cucharada de alquitrán puede estropear un barril de miel”. Y en efecto, un error pequeño político puede terminar siendo catastrófico. Esto es lo que estamos presenciando con los kenyivideos, que obligaron a PPK a renunciar.

La reunión discreta de PPK con el arzobispo Cipriani

Por esta razón, una de las primeras cosas que hizo PPK antes de su renuncia fue ir a hablar discretamente con el arzobispo Cipriani. ¿Qué hablaron? Pues conociendo a Cipriani como el clérigo que dijo que “los derechos humanos son una cojudez” o como el topo que se infiltró en la Embajada de Japón para informar sobre las debilidades de los guerrilleros emerretistas o como el que tenía cómodas tertulias con el hoy preso asesor Vladimiro Montesinos y muy asiduo defensor del régimen fujimorista y últimamente nexo con Keiko Fujimori, pues, no cabe más que imaginar que la visita de PPK fue para ofrecerle a Keiko una salida política pactada (para presionar que el Congreso acepte su renuncia y no procedan con la vacancia a cambio de no seguir con las denuncias de corrupción contra la hija del ex reo de la DIROES).

Los kenjyvideos, el mensaje a la Nación de PPK y fricciones en el Acuerdo en las alturas

Pero no está claro que el Acuerdo se haya sellado. Esto no solo por la molestia de PPK al dar su mensaje a la Nación, sino porque, como en la crisis del 2000, fueron los videos de la corrupción (antes vladivideos ahora kenjyvideos), los que terminan por definir el desenlace de un gobierno paralizado e insostenible en el poder, expresando la “herida” que debe llevar PPK por haber tratado de conciliar una y otra vez con sus primos hermanos ideológicos neoliberales a quienes apoyo en los 90s y luego en el ballotage del 2011.

En su mensaje a la Nación, PPK, además, apareció soberbio (no se sabe si producto de la desesperación por los juicios que le esperan o por los negocios que tenía en agenda o por mandar señales de presión a Keiko), y sin pedir disculpas a nadie. Dijo, “… Frente a esta información, pienso que lo mejor para el país es que yo renuncie a la Presidencia de la República, porque no quiero ser un escollo para que nuestra nación encuentre la senda de la unidad y la armonía que tanto necesita y que a mí me negaron…”. No hizo ningún mea culpa ni nada por el estilo.

Y este discurso responde a que todavía PPK no se ha puesto de acuerdo con los poderes facticos del Parlamento ya que éste último, a través de la bancada de Keiko, amenazó con difundir un tercer video donde aparece el propio PPK negociando con con el congresista Moisés Mamani su voto a cambio de prebendas (ironías de la vida en la sociedad neoliberal donde un parlamentario con “anticuchos” sobre su hoja de vida, despedir a su empleada embarazada, abuso de poder, etc. Logra derribar a un presidente formado en las mejores universidades de EEUU e Inglaterra).

A los minutos salió el presidente del Congreso, Luis Galarreta, declarando que, “…no aceptamos los términos de la renuncia de PPK…”, para luego decir que, a pesar de todo y por “el bien del país”, la junta de portavoces del Congreso, había decidido dar trámite al documento de renuncia de PPK.

A la misma vez, la fiscalía ha ordenado el impedimento de salida del país del presidente renunciante. Y es que para Keiko, que es la que está gobernando, interinamente, a través del presidente del Congreso, Luis Galarreta, aceptar la renuncia de PPK, puede significar verse salpicada por el escándalo de corrupción de Lavajato.

Keiko está decidida a gobernar el Perú a cualquier precio. Y por eso no pensó dos veces al grabar, en tres videoaudios (que no están siendo difundidos por la gran prensa), a su hermano Kenyi y al propio PPK en un negociazo de prebendas a cambio del voto del congresista Mamani.

Lo que pasa es que como el affaire Odebrecht es algo que no lo puede manejar el establishment peruano, pues, Keiko siente que puede ser peligroso entablar un acuerdo con PPK ya que las pruebas de su involucramiento con la corrupción son escandalosas. No solo por las declaraciones de Barata sino porque la Unidad de Inteligencia Financiera le ha descubierto más de $9 millones en diversas cuentas gracias a la política de las puertas giratorias. PPK trató de aparentar que nunca mezcló el interés privado con el público a través de la “muralla china” dejando a su socio chileno Sepúlveda a cargo de su empresa cuando se dieron los cuantiosos depósitos de dinero. Sin embargo, todo eso se cayó como un catillo de naipes.

Es por eso que a pesar de haber llegado a un pre acuerdo interburgues después del indulto a Fujimori donde se volteaba la página, PPK comenzó a arremeter contra Maduro y a replantear su gabinete con cambios en el gabinete Araoz y se hablaba de la libertad de los empresarios de la construcción inmobiliaria que fueron capturados meses atrás. El propio Alan García llamo a la calma.

No obstante, Keiko, al ver peligrar su liderazgo dentro del movimiento fujimorista, pateo el tablero. Trotsky siempre decía que “la revolución siempre comienza con rupturas en las alturas”, pues, esto es lo que podemos estar observando en la tierra de Túpac Amaru.

Kenyi y Alberto Fujimori derrotados

Por eso, a renglón seguido, Luis Galarreta, declaró que, “…iban abrir proceso penal a todos los involucrados en el caso de corrupción de los vídeos…”, lo que implica que se viene el desafuero a los “avengers” congresistas de la facción de Kenyi Fujimori.

Por su lado, las bancadas parlamentarias todavía no se ponen de acuerdo en aceptar la renuncia de PPK o plantear su vacancia y están esperando que Vizcarra juramente y sea testigo del debate salpicándolo y desgastándolo con la crisis política que todavía no se cierra.

Esto a pesar que la patronal CONFIEP ha llamado a la calma y respetar las reglas de la democracia constitucional fujimorista.

Esta cuestión implica una derrota para Kenyi y Alberto Fujimori que confiaban en que negociando prebendas con algunos congresistas podían frenar la vacancia. Pero el tiro les salió por la culata. Ahora, deben estar pensando acercarse a Keiko para negociar un acuerdo que les permita mantener el orden fujimorista y sus intereses personales.

“…PPK no es la única baja de los videos. Los hermanos Fujimori han caído juntos en el descrédito de los que se llama maniobras montesinistas. A Kenji Fujimori se le dificulta el parto de su nuevo partido. A Keiko Fujimori se le debilita todavía más el control de una bancada inquieta en la búsqueda de oportunidades políticas…”, escribió el analista centrista Mirko Lauer (La República, 22/03/18).

Keiko sale fortalecida

No obstante, Keiko, en la guerra fratricida con su hermano, es la que sale ganando, no solo porque ha expuesto a Kenyi como un corrupto montesinista de nuevo cuño (destruyéndolo políticamente al menos por ahora), sino porque es ella la que da la orden de filtrar los videos. De esta forma, el análisis de Lauer aparece como sesgado ya que, además, de darse un adelanto de elecciones, según las reglas de juego actuales, Keiko, volvería a ganar la mayoría congresal.

Es tal la capitalización política de la crisis por parte de Keiko, que ya están discutiendo la formación de una comisión especial que encamine el desafuero de los congresistas y funcionarios públicos de alto nivel envueltos en los “kenyivideos”.

De las protestas en la calle al Congreso de la República. PPK cae producto de las movilizaciones contra el indulto a Fujimori y el descontento por el affaire Odebrecht

De esta forma, las masivas e intensas movilizaciones (30 mil personas calculan algunos), de protesta que se dieron inusualmente durante fiestas de fin de año hasta enero del 2018 contra el indulto al dictador Fujimori (con una gran composición de la juventud universitaria), se trasladaron, al Parlamento, debido, principalmente, a la confusión, desmoralización y división (el abogado Borea Odría, líder del Foro Democrático, se alineó con PPK), que se dio en las filas del movimiento antifujimorista (por los destapes del affaire Odebrecht involucrando a líderes nacionalistas y de izquierda como Ollanta y Susana Villarán), que nunca contó con el apoyo decidido de la burocracia sindical

Sin embargo, durante todo el mandato de PPK se realizaron grandes jornadas de lucha como la huelga magisterial (comenzó el 15/06/17), que duró varios meses y que puso contra las cuerdas al presidente logrando arrancarle importantes reivindicaciones. Así como la huelga de los médicos (04/07/17), que duro algunos días logrando también solución a algunas demandas. Por otro lado, estuvo la paralización de los campesinos de la sierra central y sur del país (con bloqueo de las carreteras principales que conectan con Lima), demandando mejores precios para sus productos agrícolas, logrando también sus reivindicaciones.

En menos de un año de gobierno (hasta junio del 2017), PPK, tuvo 879 acciones de protesta, por diversas razones sociales.

Nueva correlación de fuerzas, las FF.AA. y polarización social

Así las cosas, el gobierno de PPK, estaba aislado, sin correlación de fuerzas en la sociedad (aunque trato de tejer alianzas con los gobiernos regionales), y solo apoyado por las FF.AA., la CONFIEP y la Casa Blanca. Hasta su pequeña bancada en el Congreso se dividió.

Al final, después del escándalo de los kenjyvideos, PPK, fue abandonado por el propio EEUU y la CONFIEP (fue esta cuestión lo que obligó a PPK a renunciar ya que no solo se ve el negociazo de compra de votos por obras y poder sino porque en el tercer video sale el propio PPK).

Y PPK, como última jugada de cartas, aprobó una ley populista para aumentar el salario mínimo vital de 850 a 930 soles, dejándole una papa caliente al Congreso de la República, que ya fue rechazado por la CONFIEP, pero que supuestamte le iba a dar a él una salida popular, sin embargo, ha pasado desapercibido.

Desde la difusión de los kenyivideos hasta la renuncia de PPK hubo rumores de golpe de estado por las FF.AA., pero el contexto político latinoamericano no se presta para un golpe de estas características. Y, además, las FF.AA., después del acta de sujeción a Montesinos que firmaron los altos mandos militares, y la prisión en que acabaron algunos como Saucedo Sánchez, Víctor Malca, etc. están cuestionadas y desacreditadas por la población. No tienen la capacidad moral para intervenir en una crisis de este nivel. Una intervención de este tipo podría acabar en una guerra civil. Un golpe de Estado sería rechazado por las masas.

Esta situación está conllevando a una mayor exasperación popular que va a polarizar más al país entre los que quieren que Vizcarra termine el mandato constitucional de PPK y los que quieren que “se vayan todos” y se adelanten las elecciones generales. El Perú se encamina a una lucha de mayor polarización entre las clases sociales en contienda.

Vizcarra tendrá una luna de miel corta

En esta perspectiva, las opciones de juego de Martin Vizcarra, ingeniero civil de profesión y ex gobernador de la región de Moquegua, son escazas.

Anteriormente, Vizcarra, fue obligado a renunciar (interpelación mediante), por la oposición fujimorista, debido a un caso de corrupción en la licitación del aeropuerto de Chincheros, con una adenda a favor de la empresa Kuntur Wasi. Luego, optó por el perfil bajo (ya que su adjunta y segunda vicepresidente Mercedes Araoz, había hegemonizado el poder como premier y se rumorea que le hacía la vida a cuadritos), y la embajada de Perú en Canadá, esperando su momento político.

A medida que avanzaba la crisis política de PPK, Vizcarra, se mantenía en silencio, como si supiera lo que iba a pasar. Por eso, la bancada oficialista, histéricamente, lo emplazaba a declarar que no iba a traicionar a PPK. Después de tanta presión, dio declaraciones prudentes y generales “en nombre del bien del país”.

Vizcarra acaba de llegar hoy viernes 23 de marzo a Lima. La portátil fue a recibirlo al aeropuerto Jorge Chávez y éste respondió con alegría. Pero Vizcarra no sabe en lo que se metido. Disfrutar de las mieles del poder son muy atractivas. Pero eso no le va a servir para gobernar un país tan polarizado y convulso. Vizcarra no tiene partido propio y en el oficialismo hay una facción, entorno a la ex premier Meche Araoz y Gilbert Violeta, que no lo quiere.

En vista que los tecnócratas han fracasado como políticos, lo único que la queda a Vizcarra es formar un gabinete (que va demorar 10 días), de ancha base integrado por los mejores cuadros de la derecha (la izquierda no va aceptar), e “independientes”. Se vocea al congresista por Alianza para el Progreso (APP), y ex gobernador, César Villanueva, como nuevo premier o integrante del nuevo gabinete.

Así las cosas, Vizcarra, va a tener que enfrentar, por un lado, la gran convulsión social que se viene por diversas plataformas sociales de lucha (entre ellas el adelanto de elecciones), y por otro, el plan de desestabilización de Keiko. De hecho, como decimos líneas arriba, llevar a Vizcarra a seguir debatiendo sobre si aceptar la renuncia o vacar a PPK lo va a desgastar.

Y es que, al parecer, los planes de Keiko, teniendo en cuenta la experiencia reciente, donde Ollanta desde el poder apoyó a PPK para ganar las elecciones (con avión oficial para viajar al VRAEM o evitando el voto de los policías a favor de Keiko), son otros. Al menos que Vizcarra agache la cabeza a Keiko y le garantice que la va hacer ganar la elección presidencial, ésta no le va a dar chance a Vizcarra. Y para esta tarea ya hay varios anticuchos de Vizcarra como subrayamos también líneas arriba.

Keiko quiere a Galarreta como nuevo presidente de transición

En otras palabras, como analizamos los mariateguistas, Keiko quiere a Luis Galarreta, como presidente de transición, para que éste le garantice la victoria electoral. Pero para esto Keiko tiene que aparentar prudencia y va a dejar que el pueblo pida la “cabeza” de Vizcarra, mientras que por otro lado va a desestabilizarlo.

Con Galarreta en el poder, Keiko, va a tener prácticamente el poder político a su servicio. Las FF.AA., la ONPE, el JNE, la Fiscalía, etc. Y las instituciones más importantes del Estado a su servicio. Nada podría evitar su victoria electoral.

El adelanto de elecciones, desborde popular y la consigna “que se vayan todos”

Al menos que se agudice la lucha de clases exigiendo adelanto de elecciones. Pero la clase dominante no quiere adelantar elecciones por ahora. ¿Por qué? Primero porque está acostumbrada a procesos normales. Y segundo, porque tiene miedo a que, en un nuevo proceso electoral, los trabajadores elijan a un nuevo líder outsider o la izquierda avance en su correlación de fuerzas en el Parlamento o a nivel de la sociedad.

Así describe, atemorizado, el consejero y analista de derecha, Aldo Mariátegui, sobre la coyuntura actual, “… Ahora toca tener “cabeza fría”, que la Constitución nos marca el camino a seguir. Seamos constitucionalistas por alguna vez en nuestra historia: Vizcarra releva tranquilamente a PPK y a seguir rumbo a 2021. Eso reclama una larga tregua política, un “gabinete conversado”, una reactivación económica y una limpieza de este establo. Nuestra débil economía no aguantaría incólume una convocatoria a elecciones generales: eso implica largos meses de parálisis en las inversiones y consumo locales por la incertidumbre, fuga de los inversionistas extranjeros, una vuelta a las duras broncas polarizadoras de campaña, esperar lo que tarda en armarse y afiatarse el nuevo gabinete y administración, vivir el peligro de un voto irreflexivo por estar todos calientes…”, (Toca sopita de pollo, diario Perú21, 23/03/18).

No obstante, según la encuesta de GFK , el 49% quiere nuevas elecciones (en diciembre pasado fue del 54%). Por otro lado, la misma encuestadora informa que solo el 26% apoya la asunción de Vizcarra como nuevo presidente (en diciembre su respaldo fue de 28%). Y solo el 11% apoya al Parlamento (en enero fue del 18%), mientras que el 82% está en contra.

Estas encuestas reflejan un descontento generalizado no solo contra el nuevo presidente Vizcarra sino contra el Congreso de la República, es decir, contra el sistema de partidos políticos en su conjunto. Es a esto a lo que los poderes facticos le tienen miedo.

La misma Keiko, mientras que Galarreta no asuma la presidencia de transición, tampoco se ve animada a adelantar las elecciones. Así que Keiko aplicará la estrategia de esperar y ver. Pero mientras está a la expectativa, el hartazgo de los trabajadores va ir en aumento, lo cual puede conllevar a un desborde popular de características incalculables. Ya en la marcha de ayer jueves 22 de marzo, que contó con la participación de cientos de jóvenes y ciudadanos, hubo algunas personas que comenzaron a pifiar y tirar objetos a los camarógrafos o periodistas de los mass media, expresando de esa forma distorsionada (los periodistas y camarógrafos también son trabajadores y cumplen ordenes), su rabia acumulada.

Entonces, a medida que va pasando el tiempo, la consigna de “que se vayan todos”, va ir calando más en la población sumando cada vez a más adeptos. Algunos analistas comparan mucho la crítica situación peruana con el Argentinazo del 2001, pero, aunque allá todo comenzó con el “corralito financiero”, acá el desborde popular puede ser más explosivo por diversas razones. Porque la gente va perdiendo la fe ya que fracasó un presidente economista de lujo (formado entre EEUU e Inglaterra) y el pueblo siente que la economía está estancada (con repercusión en sus bolsillos), la migración venezolana incentivada por PPK y la patronal para obtener más ganancia gracias a la mano de obra más calificada y barata de los extranjeros, y además porque la PEA es en un 70% dependiente de la economía informal (comerciantes, ambulantes), etc.

En esta perspectiva, el adelanto de elecciones se va imponer tarde o temprano. La derecha, al ver que puede perder el poder, no va a pensarlo dos veces y va a convocar a nuevas elecciones. Más aún si con el actual reglamento electoral de Holt, la distribución de votos por bancada siempre va a ser a favor de los partidos pro establishment. Por eso, como cuando uno destapa una olla hirviendo para expulsar un poco de presión, la derecha convocará a nuevas elecciones.

Por eso hay que tener cuidado. Porque al final el adelanto de elecciones será una trampa. Entendiendo esto, la izquierda mariateguista debe dar una lucha electoral pero comprendiendo que esta es una táctica para agitar desde el Parlamento por las demandas del pueblo, y por lo tanto, no puede alimentar las esperanzas del pueblo en que la solución es el cretinismo parlamentario sino en los principios mariateguistas de Unidad y Organización popular (los CULs o Zonas de la juventud, recomposición de todo medio universitario, estudiantil, vecinal, laboral, comunitario, etc.), alrededor de la consigna “que se vayan todos”. Hay que aprovechar esta rabia instalada en el pueblo para organizarlo en perspectiva de una revolución social bajo un programa de transición al socialismo.

La izquierda capitaliza, pero sigue dividida

A rio revuelta ganancia de pescadores, dice el viejo refrán. Y en efecto, frente a esta crisis del régimen político, pues, la izquierda reformista tiene la oportunidad de capitalizar el descontento social.

Verónica salió a la palestra pública como congresista de Ollanta Humala y se posicionó cuando rompió con el presidente por la represión del pueblo de Espinar en Cusco. Y a pesar que Verónica Mendoza apoyó acríticamente al mal menor PPK frente al mal mayor Keiko, de tener cuestionamientos por responder con dubitaciones sobre su firma en las agendas de la ex primera dama Nadine Heredia y de que su bancada abandonó el hemiciclo del Congreso de la República cuando se debatió la primera moción de vacancia de PPK; la población, la ve como una alternativa política más decente.

Sin embargo, Verónica, ha hecho una alianza pragmática con Yehude Simons (y los viejos aparatos de izquierda), ex premier de Alan García cuando se dio el Baguazo (que generó la muerte de decenas de indígenas y policías en un conato de guerra civil por la privatización de la selva), lo cual probablemente le produzca más desgaste político. Y esto gracias a la rivalidad con el Frente Amplio de Marco Arana, que expulsó a varios de sus cuadros por simpatizar con ella y no haber sido orgánicos al apoyar públicamente a PPK.

Marco Arana es un ex sacerdote cajamarquino que salió a la palestra pública por apoyar las luchas de las comunidades campesinas contra las transnacionales mineras como la Yanacocha. Dejó la sotana y se dedicó a hacer política construyendo primero su partido (que logró la inscripción en poco tiempo) y captando cuadros de la izquierda liberal, que luego lo abandonarían como Marisa Glave, Pedro Francke, etc.

Arana es una persona serena y sociólogo de profesión, pero sin mucho carisma, que con logró conquistar su curul para el Congreso y que todo este tiempo ha estado más a la izquierda que Verónica, ya que en su seno hay colectivos radicales de izquierda como el M29 (ex Integración Estudiantil con fuerza en la UNMSM), Izquierda Socialista (que se autodenominan Arguedianos), Uníos (trotskistas hermanos de Izquierda Socialista y la UIT CI), Coordinadora Nacional Progresista (maoísta), entre otros.

Verónica es psicóloga de profesión (formada entre el Cusco y Francia), y en una movida de estrategia de alianzas, poso para la foto, con el ex preso por corrupción, ex gobernador de Cajamarca, ex militante del maoísta Patria Roja y líder de las rondas campesinas, Gregorio Santos, para luego, desaparecerse en la agenda pactada.

Por su lado, está Vladimiro Cerrón, formado como médico en Cuba y ex gobernador de la región central de Junín. Pero con mucha menor incidencia en el último proceso electoral.

En verdad, ninguno de los espacios políticos, en comparación a la izquierda ochentera, tiene una firme estructura social de masas. Incluso el movimiento Ni Una Menos (que movilizó más de 100 mil mujeres), está a la deriva sin una estrategia clara por parte de la izquierda. Y con el escándalo de Odebrecht que también alcanza a líderes como la ex alcaldesa de Lima, Susana Villarán (y que la derecha se los va a recordar en la campaña electoral), pues, la izquierda va a tener problemas para llegar a la población.

¿El outsider Antauro Humala?

Por eso es que hay sectores de la población radicalizada que ven con simpatías al preso político y hermano del ex presidente nacionalista, Antauro Humala (preso desde el 2005 por la rebelión armada del Andahuaylazo), ya que este deslindó de su hermano y siempre denunció a la “clase política” de derecha e izquierda y plantea fusilamiento a los corruptos por traición a la Patria.

Pero las ideas nacionalistas o etnocaceristas que éste enarbolaba están desgastadas por la traición de su hermano Ollanta y suenan a mecida por un sector mayoritario de la población. Va depender de que Antauro se reinvente y adopte un programa de carácter mariateguista para poder calar en la mayoría popular.

Los de abajo no quieren seguir viviendo como antes”

Lenin , escribió, “ … Para que ocurra una revolución no basta, por lo general, que los de abajo no quieran vivir como antes, sino que también es necesario que los de arriba no puedan vivir como hasta entonces… ”. En otras palabras, que se necesita de una crisis nacional generalizada para que las masas despierten a la vida política y las ideas revolucionarias. Y los primeros síntomas de un proceso revolucionario (como los síntomas de embarazo de una mujer), es lo que estamos observando en este nuevo ciclo de la lucha de clases peruana, que por ahora se expresan en las encuestas.

Es por esta razón, que desde sectores de la izquierda radical están planteando una Asamblea Constituyente como una salida revolucionaria a la crisis.

La consigna de la Asamblea Constituyente (AC)

Sin embargo, ni la Constituyente es revolucionaria ni una nueva Constitución lo será (dentro del marco democrático burgués), al menos que sea convocada bajo la movilización y organización revolucionaria del pueblo. En otras palabras, la AC, per se no va a resolver nada. Ya en 1978, en un proceso de auge de la lucha de clases, la izquierda (con Hugo Blanco a la cabeza), conquistó el 33% del Parlamento y planteó la moción roja (desarme de las FF.AA. y armamento de los trabajadores), para luego, por el sectarismo y caer en el cretinismo parlamentario, la centroderecha, con Fernando Belaunde gane las elecciones presidenciales de 1980.

Por ahora, así como pasa con la consigna de adelanto de elecciones, la derecha tiene miedo en que una AC cambie todo el andamiaje legal, que durante más de 25 años les ha dado grandes ganancias económicas (a través del modelo neoliberal que redujo al Estado a una pantomima, flexibilizó la estabilidad laboral, privatizó derechos públicos y pago puntualmente la usurera deuda externa), pero cuando vea en peligro sus intereses, pues, no dudará en convocar una AC.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/aJ7C