El despliegue de aparato y clientelismo que harán los viejos políticos y sindicalistas junto a los recién llegados al poder, plantea la posibilidad de que la Plaza se llene. Pero el balance que hará el propio Kirchner de su gestión en la Plaza, o el que pretenden difundir sus amigos y alcahuetes es muy distinto del que muestra la realidad. Veamos.
¿Es Kirchner el presidente de los derechos humanos?
Una de las primeras imágenes que pretendió instalar Kirchner de si mismo y de su propio gobierno fue la de defensor de los derechos humanos. Esto es falso. En los últimos tres años hay pruebas contundentes para demostrar lo contrario, daremos solo algunas. Primero, para dar la orden de votar la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida a sus legisladores, exigió que no contemplara la nulidad de los indultos a los genocidas, como si la contemplaba el proyecto original presentado por la diputada Patricia Walsh. La lucha de los organismos de derechos humanos logró la nulidad de las leyes pero sigue pendiente la nulidad de los indultos.
Segundo, su gobierno envió tropas a Haití a participar de una operación de genocidio bajo el nombre de "Misión de Paz" a pedido del presidente Bush. La respuesta de Kirchner frente a los reclamos obreros y populares es enviar a la gendarmería o a las fuerzas represivas. Así lo hizo en la localidad de Las Heras en su propia provincia, Santa Cruz, y en el último conflicto del Subte.
¿Enfrentó al FMI?
Una falsedad superior a la anterior. El de Kirchner es el gobierno que más deuda externa a los organismos internacionales ha pagado. Aún cuando está demostrado que esa deuda es una de las causas del desastre a la que fue arrastrado el país. Se la pasó haciendo discursos para los medios criticando al FMI. Pero pagó religiosamente todos los vencimientos, incluso hasta llegar al colmo de cancelar al contado 9.000 millones de dólares que no eran exigidos por el organismo internacional.
El mismo método del discurso duro fue empleado contra los bonistas de la deuda pero el resultado final de la oferta es que se debe todavía más que lo que se debía antes de canjear los bonos en default.
¿Ataca a las privatizadas y los grandes empresarios?
Con las empresas privatizadas desarrolla un discurso similar al que tuvo con el FMI. Y es tan falso como con este. Canceló el contrato con Aguas Argentinas, de las empresas Francesa Suez, y la española Aguas de Barcelona. Pero no les exigió indemnización para el país por no haber cumplido con las inversiones y haber contaminado el agua potable. Critica a los ferrocarriles y otras empresas pero les entrega subsidios millonarios, incluso ridículos, por ejemplo los subterráneos que como todos saben son todos eléctricos, reciben subsidio al uso del gas oil.
Autoriza a las petroleras a explicar ellas mismas cuanto es su producción, facturación y ganancias, en especial a Repsol, sin ningún control estatal. Ahora mismo el Anses acaba de denunciar que unas de las principales evasoras son las petroleras. Lo mismo hace con los grandes empresarios. Por ejemplo hace que pelea con los formadores de precios de la Carne pero luego los subsidia con 800 millones de dólares, mientras que corta los subsidios a los pequeños productores. Y así una infinidad de ejemplos.
¿Un gobierno popular que se preocupa de los trabajadores?
Al tiempo que cuestiona a los empresarios desde las tribunas políticas, reivindica a los trabajadores, sin embargo el salario mínimo y vital no se ha movido de los $650 cuando la canasta familiar ya trepó por encima de los $2.000. Anuncia como un gran logro el aumento a los jubilados cuando en realidad lo que ha hecho es que el mínimo llegue sólo a lo que estaba antes de la devaluación.
Anuncia que no aumentan los precios pero para que la inflación no sea tan elevada, cambia el índice con el que se miden. Y discute con sus socios los dirigentes sindicales vendidos que no se aumenten los salarios más que un 19%. Anuncia grandes planes de obras públicas pero la desocupación sigue en niveles superiores al 14%. Crece la economía pero los trabajadores y los sectores populares no ven un solo peso de ese crecimiento y la brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más grande.
¿Es el presidente de la nueva política?
Desde que asumió, Kirchner intentó mostrarse como distinto de todos los políticos que lo antecedieron. Buscó la transversalidad con Ibarra, el criminal de Cromañón, con Binner el dirigentes socialista y hasta con Juez el intendente neo justicialista de Córdoba. Luego volvió a recostarse sobre los restos del PJ, a reivindicar su amistad con Duhalde y compañía. Hasta que después lo enfrentó electoralmente.
También cuestionó a los viejos dirigentes sindicales y desarrolló una pelea personal con Barrionuevo. Todo falso. La prueba, es la Plaza del 25, allí lo acompañaran desde duhaldistas de paladar negro como Quindimil hasta su nuevo socio electoral en Catamarca, Barrionuevo. De nueva política nada.
El balance de estos tres años de gobierno de Kirchner es claro para quien lo quiera ver, puro doble discurso. No importan cuanto haga que se pelea con los "poderosos" de turno. No importa lo que les prometa a los que vayan a Plaza de Mayo. Es un gobernante que continúa por el mismo camino de sus antecesores. Con un discurso distinto, pero aplicando la misma política. Por eso, aquellos que este 25 quieran reivindicar a los héroes de Mayo de 1810 tienen que elegir otro camino. El de poner en pie una verdadera alternativa política de los trabajadores y el pueblo.