Fundamentalmente mis motivos son dos: los llamaré motivo social y motivo nacional.
1) El motivo social es el siguiente: si en tiempos de Marx la religión era el opio del pueblo, hoy esa función a nivel estructural la desempeña dentro del sistema, y consciente o inconscientemente, el fútbol (al igual que en Imperio Romano, que hoy nos parece tan injusto pero que era considerado "el sistema menos malo posible", esta función la desempeñaba el circo). Concretamente, se trata de la función de alienar al pueblo para que se preocupe por el fútbol (o por la Fórmula 1, o por el tenis, pero particularmente por el fútbol) y olvide sus verdaderos problemas (por ejemplo, la nueva reforma laboral, la especulación inmobiliaria y otras consecuencias del buen funcionamiento del capitalismo).
No se trata (¿hará falta aclararlo?) de que todo aquel que vea un partido sea un agente del imperialismo. En realidad, ver un partido de fútbol (o uno de tenis, o una carrera, o un combate, o cualquier otro evento deportivo) no tiene nada de malo: al contrario. El problema es la sacralización del fútbol en nuestro país (o del béisbol, el rugby y el baloncesto en EE UU). La religión pierde adeptos, pero el fútbol se convierte casi en una nueva religión cuando vemos a obreros aficionados llorando porque "su" equipo (digo "su" por decir algo: en muchos casos son empresas privadas controladas por unos pocos millonarios que sin pagar a nadie el copyright se apropian del nombre de una ciudad) ha perdido o ha sido eliminado. ¿Realmente tiene sentido torturarse con semejante penitencia?
Quien escribe esto considera que, si bien es aceptable que un evento deportivo sea empleado como excusa para montar una fiesta, es absolutamente antinatural y antihumano que llegue a producir hondas depresiones (y no ya al participante, sino a hinchas que están excesivamente vinculados emocionalmente al asunto). Por otro lado, no deja de ser denigrante que con los acuciantes problemas sociales que vivimos, nuestras mayores manifestaciones y actos violentos se produzcan por algo tan vano como el fútbol.
Pero, centrándonos en nuestro tema, quiero declarar que cuanto más tiempo pase España jugando este mundial, más alienadas estarán las masas (de hecho, si no fueran tan malos y ganaran algo, podrían tenernos años extrañados de nuestra realidad social, como hizo Videla en Argentina o Franco tras aquel famoso partido contra la URSS), y menos posibilidades de acción habrá. Por el contrario, si la eliminan ahora mismo, los trabajadores tendrán que olvidarse de este opio y habrá más posibilidades de que se involucren en los procesos sociales.
Se me podría decir que en los otros países también se alienarán, pero dudo que en muchos países haya más alienación futbolística que aquí (y concretamente que en Andalucía).
2) Con respecto al motivo nacional, es preciso denunciar la completa instrumentalización del fútbol como medio para generar una conciencia nacional allá donde no la hay. Y es que el Estado español, que no es ni ha sido nunca una nación, necesita desesperadamente conseguir un poco de cohesión, a pesar de sus 5 lenguas y a pesar de sus distintas culturas. La mejor manera de lograrlo es ésta: mediante el fútbol.
Así, vemos a muchos jóvenes portar y sentir la bandera de los borbones (fue adoptada por Carlos III casi a las puertas del siglo XIX), que hasta ahora jamás había sido sentida por el pueblo (aunque sí por los potentados monárquicos o franquistas).
En estos dos sentidos, el social y el nacional, los medios de comunicación son verdaderos cómplices y conspiradores: no en vano son empresas pertenecientes a macrogrupos que, imagino, no están especialmente interesados en ser expropiados de sus riquezas por el socialismo; por otro lado, la burguesía de este país, se llame nacionalista o no, no desea de ninguna manera la convocatoria de referéndum de independencia en las diferentes naciones de este Estado.
En suma, y ante ciertos anuncios de cerveza que, interclasistas ellos, dicen cosas como que todos estamos con la selección española, declaro abiertamente que yo no y que deseo que la selección española pierda todos sus partidos y caiga eliminada lo antes posible.
Fuente: La Haine