Cuando entre 1989 y 1991 desapareció el socialismo europeo, esa "tercera posición" se quedó de segunda en una situación que se hizo crítica, pues el Presidente de los EE.UU., a raíz de los sucesos del 11 de septiembre de 2001, conminó a la comunidad internacional en los términos más violentos, al expresar: "Quien no esté hoy con nosotros, está con los terroristas".
Tal amenaza proveniente de la superpotencia que devino única en el escenario mundial, en un momento en que la cúpula dirigente en Washington -de inocultable ideología neofascista- se lanzaba a la primera guerra de conquista tras el derribo de las Torres Gemelas, hizo vacilar a muchos y sacudió los cimientos del propio NOAL.
Porque es un hecho que esas presiones, las cuales Cuba, China, Corea del Norte, Vietnam, Irán y otras naciones rechazaron tajantemente con éxito, hicieron mella en algunos que, incluso, se sumaron a las coaliciones que intervinieron en Afganistán e Iraq o prestaron sus territorios para nuevas bases militares norteamericanas.
No se puede olvidar que en 1955 cuando tuvo lugar la Conferencia de Bandung, en Indonesia, y más aún en 1961, año en que se efectuó la de Belgrado, Yugoslavia, que consolida la flamante agrupación, la orientación ideológica era netamente de izquierda o centro-izquierda con propósitos bien definidos de defensa de la soberanía, la autodeterminación, el derecho al desarrollo y la cooperación entre los pueblos.
Esto salta a la vista si se analiza la lista de los líderes fundadores, entre los cuales figuraron los comunistas Chou En Lai, de China, y Josif Broz Tito, de Yugoslavia, así como los nacionalistas y progresistas Ahmed Sukarno, de Indonesia; Gamal Abdel Nasser, de Egipto; Kwame Nkrumah, de Ghana; Jawaharlal Nehru, de la India, y Ahmed Sekou Touré, de Guinea.
A ellos se sumaría en 1961 en la capital yugoslava, la Cuba revolucionaria, que le aportó al NOAL un contenido antiimperialista y un perfil latinoamericanista, guiado por el internacionalismo proletario, dentro de su concepción marxista-leninista asumida públicamente el 16 de abril del propio año ante la inminencia de la invasión mercenaria.
Cuba ha librado incontables tareas en favor de los NOAL
Desde entonces, el papel de la isla antillana, a despecho de su extensión territorial y su escasa población, ha sido extraordinario. Acosada ella misma por el omnipotente imperialismo estadounidense, que nunca renunció a destruirla, Cuba libró incontables batallas en defensa de los principios del Movimiento No Alineado en Asia, África y América Latina.
Nadie condenó con más fuerza el asesinato del líder congolés Patricio Lumumba en 1960, ni prestó mayor apoyo a los pueblos africanos en su lucha por la independencia y contra las tiranías nativas al servicio de los antiguos amos, en un esfuerzo que llegó al clímax con las batallas que fructificaron en la preservación de la independencia angolana, la liberación de Namibia y la caída del apartheid en Sudáfrica.
Es un hecho que en el NOAL coexisten países de diferente orientación ideológica e incluso algunos conocidos peones de Washington que se han prestado para condenar a Cuba en la recién desaparecida Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Es cierto también que durante un tiempo prolongado las reuniones del Movimiento no han escapado a la tónica de las grandes citas internacionales, de convertirse en un ejercicio retórico sin resultados prácticos para los pueblos.
Pero, por fortuna, la XIV Cumbre de los No Alineados, a celebrarse del 11 al 16 de septiembre próximo en La Habana, apunta en la dirección correcta y en el momento preciso. Aquí estarán presentes 116 naciones en las personas de sus jefes de Estado o Gobierno -o sus cancilleres- para discutir una agenda caracterizada por propuestas concretas de utilidad máxima para los países miembros.
El Presidente Fidel Castro y el canciller Felipe Pérez Roque se han referido, en fecha reciente y en diferentes ámbitos, a la voluntad de llevar a la magna cita un grupo de iniciativas, entre las que figuran un programa de alfabetización por el método cubano "Yo sí puedo", otro para la formación emergente de médicos y un tercero para extender las experiencias de la Revolución Energética que Cuba lleva a cabo a otros países.
A estos tres proyectos de eficacia ya probada en Cuba o en otras tierras se sumaría la "Operación Milagro", que ha devuelto la vista a cientos de miles de latinoamericanos y caribeños de bajos ingresos, y otras ideas que puedan surgir con la presencia del Presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías, máximo propulsor de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
La Cumbre, en la cual Cuba asumirá la presidencia del Movimiento de Países No Alineados para un período de tres años, y su celebración en La Habana, constituyen de por sí un espaldarazo a la línea seguida por Cuba, de apego indeclinable a los principios del Derecho internacional y la colaboración entre los pueblos.
Por iguales razones, la magna cita equivaldrá a una sonora cachetada en la mejilla del imperio prepotente y sus planes descabellados de conquista y dominación sobre un país que representa un valladar en el camino del gigante revuelto y brutal que lo desprecia, pero lo codicia.
Fuente: Escambray