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Argentina :: 17/09/2006

¿De qué tendríamos que hablar en Argentina?

Fernando Esteche
De los 70 no deben quedarnos sólo efemérides, debemos aprender. La clandestinidad es un mal, no una cualidad, una necesidad en todo caso. La política nunca debe ser clandestina. En los setenta se hacía lo posible por hacer política de masas. Y la teoría revolucionaria es precisamente la Teoría sobre el poder

Podríamos detallar la situación internacional y hablar de cómo los bombarderos yankis ensayan con sus bombas anti-bunker en el devastado e indómito Afganistán, que a pesar de todos esas toneladas de explosivos siguen resistiendo y propinándole reveses a los imperialistas.

O deberíamos contar cómo los bombarderos israelíes riegan fósforo y devastan Líbano y Palestina, matando bebés, a pesar de lo cual los pueblos oprimidos, ocupados y agredidos se levantan una y otra vez y contienen a los saqueadores.

Podríamos detallar cómo el pueblo de Irak, después de ser arrasado por una coalición de todos los europeos, con su resistencia van volcando la Historia a su favor y están haciendo replantearse la ocupación a los yankis.

Y no podemos escaparnos de traer el ejemplo que una vez nos mostrara el Che, el Vietnam heroico, que con absoluta precariedad militar derrotó al ejército más poderoso de la Tierra. Porque toda la tecnología, las toneladas de explosivos, la brutalidad y la prepotencia, no pueden, nunca pudieron contra la firmeza, la voluntad y la fortaleza de un Pueblo consciente de su destino, rebelado contra la opresión.

Ahí, en las calles del promiscuo Miami, pudimos observar cómo los gusanos pérfidos festejaban enarbolando la bandera cubana, que alguna vez empuñó Martí contra los yankis, con banderas estadounidenses, hermanadas en el festejo por el padecimiento de Fidel. Pero Fidel no muere, y mucho menos está enferma la Revolución Cubana. En esos sinvergüenzas está el mejor ejemplo de la naturaleza rastrera y cobarde de Ellos.

Chavez se mete de prepo en el MERCOSUR y hacen un acuerdo bilateral con Cuba, no con el genocida estado de Israel como promueve Kirchner y su mujer, sino con Cuba! Y que el bloqueo de los yankis se lo metan

Podemos hablar de muchas cosas, incluso de cuestiones domésticas como el tema de los superpoderes, que hace que los "opositores" sponsoreados por hoteles y empresas se rasguen las vestiduras. Pero qué elemento nuevo agrega eso al paisaje de monopolización y unilatealización de la política que están operando. ¿Qué elemento distintivo agrega a la naturaleza antidemocrática de este régimen?

Y de los millones de argentinos hambreados y desocupados, que muestran a los índices del INDEC como burdas mentiras, quién dice algo? ¿Quién de todos esos que son parte de un mismo circo se hace cargo de la proscripción social y política de los argentinos pobres?!

Tendríamos que señalar un montón de cosas, un montón de mentiras y abandonos.

Pero nosotros creemos que hoy en Argentina, justamente hoy, hay que hablar de Política; y para nosotros hablar de Política es hablar de Poder. No queremos utilizar este espacio en describir cómo estamos, eso lo sabemos de sobra.

Hace casi diez años empezamos esta aventura de construcción política y no dude nadie que hemos intentado y explorado distintos caminos para que la política resulte más efectiva, sea más firme. No le quepa a nadie dudas de que hemos andado por todos lados, recorrimos la Argentina de punta a punta, conocimos luchadores de todos los estratos, intentamos siempre aunar voluntades, construir poder.

Hasta aquí llegamos hoy. Tenemos muy claro que la política tiene que ser plausible para el Pueblo, si no no sirve. Hablar entre cuatro o cinco de los caminos de la Revolución, pasarnos meses definiendo eso sin que la gente común se entere de nuestra existencia nos parece que está absolutamente en la antípodas de lo que hay que hacer.

Las Organizaciones que quieren disputar de verdad el poder deben llenarse de pueblo, no sacárselo de encima. Se trata de construir organizaciones políticas populares y revolucionarias, no grupitos de estudiosos. Se preguntarán a quién o por qué decimos esto? Porque justamente no podemos permitirnos como movimiento popular dilapidar esfuerzos, ni que unos cuantos bravucones conduzcan a compañeros valiosos a la no política.

De los 70 no deben quedarnos sólo efemérides, debemos aprender. La clandestinidad es un mal, no una cualidad, una necesidad en todo caso. La política nunca debe ser clandestina. En los setenta se hacía lo posible por hacer política de masas. Y la teoría revolucionaria es precisamente la Teoría sobre el poder, no tratados sociológicos, es herramentar a los compañeros y al pueblo con cuestiones sobre el poder. Para eso, en Argentina hay que empezar por la propia historia, y en eso aventajamos a unos cuantos que conocen bien la historia de otros pueblos pero no saben nada de nosotros mismos.

Aquí está Quebracho, ofrecido como siempre como trinchera contra el imperialismo, de cara a nuestro Pueblo y a nuestros enemigos. A quien le pese esta mochila entonces no tendría que estar pensando en la Revolución. No se trata de teoría revolucionaria ni de doctrina organizativa, se trata de estar donde hay que estar, de alimentar las organizaciones de lucha, no de salir a inventar la rueda, porque esa ya fue inventada y nadie cobra royalty.

Estamos frente a frente con la historia, nosotros los quebrachos, y el resto de los luchadores, se trata de animársele y enfrentarla o escaparse y autojustificarse construyendo diferencias donde no las hay. Nos toca calificar y hacer crecer esta Organización, calificarla aún más, de construir un frente nacional, de construir la unidad de los que luchan; cualquier demora es tiempo para ellos. ¿Qué estamos esperando?

 

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