El Maki, integrante orgulloso de toda una cultura "pijoapartesca" que se movía con el soniquete de los gitanos de Gracia y las verbenas de las barriadas obreras, tenía como lejano pariente a Mack The Knife, (Mackie Messer), que inventara Bertold Brecht en 1928, para una canción de Kurt Weil, como parte de la opera de lo tres peniques.
Pepe Rubianes encarnó al personaje perfectamente como lo que era; un caramelo. Desde entonces a algunos nos cuesta disociar al actor del personaje.
El Maki, seguidor de la cofradía de San Buenaventura Durruti, no era un señor de orden y corbata, ni un meapilas engominado, ni un escandalizable escuchador de la COPE o la Ser, cada día más cercanas, que tuviera siempre abierto el baúl de las vestiduras de rasgar. La realidad que rodeaba su vida no dejaba hueco para galanterías versallescas ni educaciones pagadas en los curas.
La calle, la cárcel, la taberna y la escuela eran el mismo único escenario en el que se desarrollaba la acción; lejos de las urbanizaciones, las "casitas" del barrio alto, los pisos de alto standing y las conciencias habituadas a cogérsela con "Boyoré" o "Smoking".
El Maki, orgullo de la fauna autóctona, jamás hablaría como un político, como un banquero o como un lorito de repetición, pero sobre todo, nunca hablaría como un súbdito. Rubianes, que no es ninguna de esas cosas, tampoco.
Parece ser que hay gente que se ha molestado con el actor. Dicen que se sienten ofendidos. Pobrecitos. Resulta que a Rubianes España le suda la polla por delante y por detrás como a muchos otros entre los que me encuentro. Para un determinado tipo de gente, fariseos e hipócritas sobre todo, eso es motivo de escándalo. La madre patria no puede ser mentada sin que los almibarados nenes del opus o sus satélites se sientan insultados.
Como español que soy, según mi pasaporte y mi certificado de nacimiento, de "pata negra" además, por castellano, me adhiero completamente a las ideas expresadas por Rubianes, incluidos los campanarios. Por delante y por detrás la idea de España, sobretodo esa España repetida tres veces que salió de la guerra civil, me la suda.
Y si los defensores de semejante cosa son una panda de peleles perfectamente intercambiables con aquellos que tararean algo similar en Catalunya o Euzkadi, todavía más.
Ivá murió. El Maki aún aparca algunas noches el buga en la curva del Morrot y escucha cassetes del Gato Pérez. Ayer me llamó a ver si tenía algo de mandanga y aproveché para contarle lo que se dice en los periódicos a propósito de Rubianes y la censura del régimen españolista. Oí su respiración tranquilo y como daba una calada al canuto dejando correr el asunto.
-Maki, a tu colega el Rubianes no le dejan actuar en Madrid. Dicen que insultó a España y a los españoles. Lo han censurado.
- Po fueno, po fale, po malegro.me suda la polla Madrid. Y el parlamento. Y el rey. Y el papa.
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