La Inmobiliaria Mahia se queja de que no le dejan hacer lo que quiere en Ames

Cuando a los intereses inmobiliarios y especulativos se les cortan las alas, por muy poquito que sea, de manera inmediata enseñan los dientes y le dan una bofetada a los poderes políticos.

En múltiples ocasiones, cuando no es a diario, los primeros prevalecen sobre los segundos. Así sucede en el valle de Amaía, donde la inmobiliaria Mahia ha destrozado buena parte del mismo con la construcción incontrolada, engordando los bolsillos de los empresarios que la dirigen. No parece ser suficiente, y por eso le enseña los dientes al ayuntamiento de Ames por la anulación de un proyecto.

Mahia = Mafia es la leyenda que puede leerse en algunos paneles publicitarios de la inmobiliaria. La empresa, que ha sufrido varios sabotajes en sus despachos, construyó todo el núcleo de Bertamiráns y, pasado el tiempo, salió de la villa para agujerear y alquitranar zonas valiosísimas del valle de Amaía construyendo chalets de lujo para los bolsillos privilegiados de Compostela. La empresa, que comenzó siendo una tienda de ultramarinos, se acabó convirtiendo en una de las empresas con mayor facturación de Galiza. Tampoco estuvo sola en su camino de especulaciones para incrementar la que ejercía ella misma. Por lo visto era vox populi que la inmobiliaria servía para blanquear dinero procedente del narcotráfico.

Ahora Mahia amenaza al municipio de Ames con reducir la cota de trabajadores ya que se siente acosada y boicoteada por no poder construir, literalmente, donde le plazca, pasando por encima si hace falta de cualquier ordenanza municipal. Las declaraciones de la inmobiliaria vienen al hilo de un procedimiento que el ayuntamiento tendría abierto y que afecta a las viviendas de las Pateiras en Bertamiráns. La corporación municipal pretende anular una construcción de Mahia aprobada por el PP cuando gobernaba el ayuntamiento.