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Madrid :: 21/11/2003

Madrid: Base social rebelde y tejido organizativo

Carlos Rivadeva
En los ultimos meses en la capital del imperio español abundan las actitudes pesimistas dentro de los grupos de militantes. "Todo es una mierda", "la cosa está muy mal", etc... Las multitudinarias manifestaciones antiguerra, teledirigidas por las fuerzas políticas electoralistas e institucionalistas, han demostrado que no constituyen un factor potencial de cambio real.

Sin embargo, despacito vemos cómo -algunos dirían que por casualidad- en las manifestaciones de carácter más combativo participa cada vez más gente. Al menos eso es lo que se desprende de las últimas movilizaciones.

En la pasada manifestación por la absolución de los encausados de La Guindalera, organizada por una descuajeringada asamblea de afectados y con poco tiempo, más de 1500 personas secundaron la convocatoria en un ambiente animado y rebelde.

Ayer, en la manifestación antifascista 20N desarrollada en la Universidad Complutense, más de 2000 personas han acudido a una tradicional movilización que, sin ir más lejos, el año pasado congregó a no más de 500 manifestantes.

Movilizaciones convocadas a última hora, con pocos medios y mucha inseguridad muestran un Madrid débil organizativamente. No abundan los colectivos de barrio, estudiantiles o sindicales fuertes. La también tradicional manifestación antifascista que se realizaba todos los años el domingo más cercano al 20 de noviembre, este año pretendía ser reducida a un homenaje a los milicianos que, defendiendo Madrid, murieron en los hospitales de campaña montados en los hoteles Ritz y Palace. El acto simbólico constaría de una ofrenda floral en ambos hoteles mediante coronas de flores y la lectura de un comunicado/poema.

Las ultimas prohibiciones de manifestaciones por parte de la Delegación de Gobierno, las contínuas cargas policiales contra los actos más comprometidos y el "dejar hacer" al frente institucionalista, hacen crecer el miedo en las organizaciones anticapitalistas, que pareciera que cada vez hacen menos para ver si así el acoso represivo también se reduce...

Los rebeldes se asoman a las manifestaciones cada vez en mayor número, pero la falta de tejido organizativo deja a esa gente en el aire, flotando y desorientada. Responsabilidad de cada uno es la de organizarse para luchar, cierto, pero en estos tiempos de manipulación informativa salvaje y de represión policial que comanda el caudillo Ansuátegui, tampoco estaría de más que los colectivos y organizaciones de la izquierda radical madrileña introdujeran en su agenda política el punto "contribuir a crear autoorganización".

Especial para La Haine

 

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