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Argentina :: 31/12/2006

Archivo de Casos de Personas Asesinadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado en 2006 con el gobierno de Kirchner

Correpi
Cumplida por la dictadura la tarea iniciada años antes de aniquilar la resistencia de trabajadores organizados altamente combativos y grupos políticos radicalizados, el objetivo de esta "represión preventiva" es disciplinar a la clase de cuyo seno surgen la resistencia y la confrontación, para garantizar que "Nunca Más" el sistema de explotación capitalista fuera cuestionado seriamente en el país

Desde 1996, CORREPI presenta a fin de año el Archivo de Casos de Personas Asesinadas por la Fuerzas de Seguridad del Estado, que revela la continuidad de la represión posterior a 1983, más allá de algún cambio de formas.

A pesar de que los más de cincuenta asesinados en represiones a movilizaciones populares, desde Víctor Choque en 1995 a Luis Cuéllar en 2003, están debidamente registrados, así como Teresa Rodríguez, los muertos de Jujuy y Corrientes, los del 19 y 20 de diciembre de 2001 y los del 26 de junio de 2002, es descomunalmente mayor la cifra que corresponde a los ajusticiamientos del gatillo fácil y las muertes por la tortura o en cárceles y comisarías, poniendo así en evidencia la función "preventiva" de esta represión que tiene por objeto controlar y disciplinar a los sectores pobres no organizados, sin otro criterio de selectividad que la pertenencia de clase.

Se confirma así, con los números, que una vez finalizado el trabajo encomendado a los militares de la última dictadura, en la Argentina "democrática" la represión cambió de forma para adaptarse a las necesidades del nuevo sistema político. A partir de 1983 ya no se reprimiría en forma abierta y sistemática, sino silenciosamente, con masividad pero sin repercusión pública. Qué mejor para lograr ese objetivo que la atemorización del pueblo por medio de castigos ejemplares aplicados cotidianamente, y potenciados por el grado de "naturalización" que los invisibiliza.

Del mismo modo, el análisis del componente etario permite ratificar que los jóvenes son el blanco favorito de esa política preventiva, precisamente por ser el sector con mayor potencialidad de rebeldía y por ende quienes primero y más profundamente deben ser disciplinados. Más de dos tercios de los casos corresponden a la franja de varones pobres de 15 a 25 años.

Leer informe completo: http://correpi.lahaine.org/articulo.php?p=755

 

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