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Nacionales E.Herria :: 10/01/2007

De fracaso, nada

Raúl Calvo Trenado
Decir que el gobierno de Rodríguez Zapatero ha fracasado en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto vasco es una forma un tanto distorsionada de enfocar el asunto. Sería más correcto expresar que dicho ejecutivo sigue teniendo un gran éxito en la tarea que le ha sido encomendada: reventar toda posible salida dialogada en Euskal Herria.

Tras la victoria del PSOE en 2004, se pensó ingenuamente que éste reabriría el diálogo con ETA y legalizaría Batasuna, ahora se teme que si es derrotado debido al desgaste que pueda sufrir por el atentado, el proceso quede definitivamente cerrado.

¿Qué proceso? Nunca hubo intención verdadera de negociar. La única salida dialogada y pacífica que entienden en común desde PSOE y PP es que el pueblo vasco acepte sobre su cabeza la bota monárquica- anexionista, pero ese tanto se lo quieren apuntar cada uno de ellos contra el otro, por eso el primero torpedeó al segundo en 1998 para reventar la tregua y ahora la situación se repite a la inversa, si bien es cierto que con más virulencia.

Desde un comienzo estaba claro que el gobierno de Zapatero sería tan amigo de la pólvora y el porrazo como el de mister Ansar. Sus estupideces mediáticas de no saludar a la bandera norteamericana sólo son una clásica parafernalia de la socialdemocracia para ocultar el envío de tropas del Estado Español a Haití, Líbano y Afganistán. ¿En verdad se piensa que el gobierno que acaba de recibir al genocida Teodoro Obiang pensando golosamente en su petróleo tiene ideas humanitarias y pacifistas para con el pueblo vasco?

Durante los años 80 y primera mitad de los 90, el PSOE realizó todo el trabajo sucio que la derecha no hubiera sido capaz de llevar adelante sin sufrir una fuerte oposición: vinculación a la OTAN, contrarreformas laborales, privatizaciones Tras tantos años explicando que el neoliberalismo es la única doctrina posible, la victoria del PP era una consecuencia lógica y, además, Aznar se encontró con el rumbo socioeconómico ya trazado, le bastó con profundizarlo.

Le regreso del PSOE al gobierno se anunció con innumerables fuegos de artificio propios de un enfrentamiento partidista (que no político) con el PP: "retirada" (?) de tropas. Matrimonio gay, supuesta recuperación de la Memoria Histórica mientras se mantenían impolutos los compromisos con la OTAN, con el FMI (incluso apoyando al popular Rodrigo Rato a su dirección) y aclarando que de revisar los juicios sumarios del franquismo nada de nada, tan solo ruido para los medios pero sin afectar realmente al sacrosanto Estado heredado del franquismo.

Afortunadamente, unos cuantos miles de jóvenes han salido últimamente a las calles para recordar que no tienen derecho a la vivienda y que sus trabajo es precario (por cierto, las ETTs son imposición del PSOE). Aquí en Madrid, el gobierno respondió con el mejor arguemento que sabe esgrimir: las porras policiales.

El emponzoñamiento del Partido Popular y comparsas contra el PSOE es anormal dentro del juego bipartidista que se pretende homogeneizar por todo el mundo. Y ello es debido a dos particularidades:

La primera es que la extrema derecha- salvo algunas excepciones- está inmersa dentro del PP o al menos vive a la sombra de él. Por eso en el Estado Español no se dan situaciones como la de Haider en Austria, Le Pen en Francia, el Vlaams Blok belga, etc. Tanto a democristianos/liberales como a socialdemócratas les incomoda estas organizaciones porque en los momentos actuales desestabilizan el sistema político-económico. En el caso de la derecha española, los ultras torpedean desde dentro.

Y el segundo motivo, tan importante como el anterior pese a su aparente subjetividad es debido a que "nuestra" derecha nunca ha sido políticamente muy brillante. De otra forma sabría que la socialdemocracia es la hermana pequeña y mejor amiga del capital. Un capitalista inteligente sabe que lo ideal es tener una pseudoizquierda que nada vaya a cambiar como contrincante.

Para cuando se produjo la ola de descontento del 13 M de 2004, nada mejor que la existencia del PSOE: todo se mantendría igual, se evitaría que la ciudadanía piense ideas más "radicales", a ¡hale hop!, a seguir forrándose en bolsa porque nada ha variado

Bush no tendrá ningún miedo a que una victoria de los demócratas afecte a sus inversiones así como los terratenientes y capitalistas brasileños fueron lo suficientemente hábiles para colocar a Lula en el gobierno o su homólogos bolivianos a Evo Morales. El capitalismo español si no fuera tan miope debería estar satisfecho pues mientras haya socialtraidores estará siempre a salvo.

Kaosenlared

 

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