Al menos cuatro personas han resultado heridas esta mañana por disparos, cuando trataban de bloquear una carretera en el norte del país, en las primeras horas de la jornada de huelga convocada por la oposición, informó la radio Voz de Líbano. Aún no está claro si los disparos provenían de fuerzas policiales o paramilitares al servicio del Gobierno.
La tensión volvió a instalarse en el Líbano, luego del llamado de Hezbollah a una nueva huelga general para exigir la salida del premier Fouad Siniora y la convocatoria a elecciones. El movimiento popular realizó a fines del año pasado masivas marchas, en medio de una profunda crisis política que, si continúa por derroteros que no interesan a EE.UU. o al régimen de Israel, amenaza con desencadenar una nueva guerra civil en ese país.
El principal objetivo de la coalición antigubernamental es lograr que el actual Ejecutivo dimita para formar un gobierno de unidad naciona , en el que la oposición esté representada con al menos nueve de los 24 ministros del gabinete. Esa cifra de ministros le daría el poder de vetar leyes antipopulares.
La huelga de hoy tiene lugar a dos días de la conferencia París III, destinada a apoyar el resurgimiento de un Líbano pro-occidental tras la guerra israelí del pasado verano. La amplia oposición estima que esta reunión sólo intenta sostener al Gobierno de Siniora y no ayudar al país.
El paro general culmina el movimiento iniciado por los movimientos sociales el pasado diciembre, cuando más de dos millones se manifestaron durante varios días en el centro de Beirut exigiendo la salida de los títeres pro-occidentales del Gobierno.
Bloqueos
En este momento miles de personas bloquean las rutas más importantes de Beirut, incluida la que lleva al aeropuerto de la capital, así como las del resto del país. Un denso humo negro se eleva de los piquetes a causa de los neumáticos quemados, ramas de árboles e incluso coches destrozados durante los bombardeos israelíes, que han sido colocados a manera de barricadas en las carreteras y ejes principales a través del país.
En la autopista de la costa, que une el norte de Beirut con Jal el Dib, los activistas prendieron fuego a un vehículo policial y les forzaron a retirarse. Mientras que en la carretera de la montaña hacia Antelias, algunos motoristas de la policía se abrieron paso entre las llamas.
Además del bloqueo de rutas, decenas de miles de partidarios de la oposición están comenzando a tomar las calles, vigilados por las fueras de seguridad.
Gobierno
El primer ministro libanés, Fuad Siniora, así como los otros miembros de los partidos pro-israelíes habían llamado a los libaneses a trabajar de modo normal durante la jornada de hoy y a 'no ceder a las amenazas y a las presiones de la oposición', pero lo cierto es que la huelga mantiene el país paralizado.
El Gobierno de Siniora representa el poder de una élite privilegiada y occidentalizada. Su control está basado en un sistema de divisiones sectarias dejadas por la antigua dominación colonial de Francia. Está sostenido artificialmente por EE.UU., Francia, Israel y Arabia Saudita.
El Ejército y la policía se han desplegado masivamente desde anoche para impedir cualquier disturbio y han comenzado ahora a despejar algunas arterias, aunque la mayoría permanecen bloqueadas. Han reforzado desde ayer su presencia en las calles de la capital estableciendo controles y están preparados para intervenir en cualquier momento.
El ministro de Defensa, Elias Murr, había asegurado que 'la misión del Ejército es proteger la libertad de expresión y manifestación y, al mismo tiempo la libertad de los que quieren manifestarse o ir a trabajar', al asegurar que se iban a 'retirar los obstáculos y a abrir las rutas'.
El lider de Hezbollah, Hassan Nasrala, había asegurado anoche que la protesta sería 'pacífica' y el general cristiano Michel Aoun, aliado del grupo revolucionario, había invitado a los libaneses a quedarse en sus casas.