Principal |
Brasil :: 31/01/2007

Un balance de la reelección de Lula

Marcio Barbio y Antonio Carlos Soler
La izquierda oficial que apoyó a Lula en su primer mandato con la excusa de que sería un "gobierno en disputa", en el que la izquierda tendría que intervenir para forzarlo a dar pasos a la izquierda, ahora se encuentra frente a otro problema: cómo justificar su capitulación a las políticas de reforma del Estado

Que, ente otras cosas, provocarán la pérdida de derechos laborales y la continuidad del proceso de privatización de la previsión social.

Algunos, como Frei Beto y Emir Sader, se escudarán una vez más en el hecho de que como el gobierno será minoría en el Congreso estará obligado a pactar con sectores de derecha. El hecho es que el propio Lula ya anunció que su próximo gabinete será de coalición, es decir, que incluirá aún más elementos de derecha. No es por otro motivo que el mejor amigo de Lula hoy sea Delfim Neto, ministro de varios gobiernos durante la dictadura militar.

El gobierno Lula nunca estuvo "en disputa"; por el contrario, incluso antes de la primera elección ya era un gobierno burgués clásico, que aunque tuviese base social entre los trabajadores siempre gobernó al servicio de la burguesía. En su segundo gobierno y con el desgaste de su base social tradicional orgánica entre los sectores más organizados de los trabajadores, estará aún más libre para hacer contubernios con los sectores más de derecha de la sociedad. Prevemos un gobierno con apoyo institucional para aplicar las "reformas neoliberales": ajuste fiscal, reforma sindical y laboral, reforma universitaria, tercera fase de la reforma previsional...

Leer artículo completo [PDF]

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/aT5H