La cifra es un 6,2 por ciento más elevada respecto del 2016, cuando la banca acumulaba una fortuna de 355 mil millones de dólares, y un 7,4 por ciento mayor en relación con 2015, cuando el monto era de 352 mil millones.
La riqueza de los bancos en América Latina sigue en aumento a pesar de las carencias de su servicio. En la última década, las entidades duplicaron la cantidad de tarjetas de crédito y débito en circulación pero no avanzaron al mismo ritmo en la apertura de nuevas sucursales o en la incorporación de puestos de trabajo.