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Europa :: 11/11/2017

A 500 años de la Reforma protestante

Jaume Botey
El movimiento de Lutero fue la expresión de las profundas fisuras que desde finales del s. XIII aparecen en la unidad entre pontificado e Imperio

El 31 de octubre de 2017 se cumplieron 500 años desde que, según la leyenda, Lutero clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg su escrito sobre las indulgencias. Se considera el inicio de la Reforma protestante. Fue una ruptura que iba más allá de los términos religiosos en los que se planteó. Las consecuencias de ese cataclismo pusieron en evidencia la existencia en Europa de dos culturas, dos modelos de relaciones sociales, dos formas de entender la política y el poder, incluso, dos modelos económicos que, de hecho, aún hoy perviven entre la Europa del norte y la Europa mediterránea.

Los grandes debates entre los métodos racional y empírico, platonismo y aristotelismo, laicidad y conservadurismo, el poder temporal de la Iglesia y la pobreza, la fe y la religión, representaban las dudas de una sociedad decadente y, a la vez, consciente de que llevaba los gérmenes de un nuevo modelo que no acababa de nacer. Muchos de esos debates que configuraron el inicio del Renacimiento vuelven a ser los grandes debates de hoy, en una sociedad tan perpleja como la de entonces. Para comprender la Europa de hoy es importante comprender qué supuso la Reforma en el s. XVI y especialmente cuál fue el punto de partida de su principal protagonista, Lutero.

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