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Estado español :: 31/08/2007

Mas agresiones fascistas: Una banda nazi apaleó a dos jóvenes en las fiestas de Sants

La Haine-Barcelona
La madrugada del pasado viernes un grupo de unos 15 o 20 skin heads nazis, atacaron a un grupo de jóvenes los dos chicos que no pudieron huir y fueron agredidos brutalmente sin motivo alguno. V. A., de 20 años, se encuentra todavía hospitalizado.

La madrugada del pasado viernes un grupo de unos 15 o 20 skin heads, la cifra varia según los testigos, atacaron a un grupo de jóvenes después de que acabaran de tocar las orquestas. Dos de los chicos no pudieron huir y fueron agredidos brutalmente sin motivo alguno. V. A., de 20 años, se encuentra todavía hospitalizado. Sus lesiones fueron muy graves. Con una barra de hierro le fracturaron la mandíbula en dos puntos distintos. Los cirujanos lo dejaron en estado de coma inducido y le insertaron varias placas de platino en la dañada mandíbula. Hasta que pueda volver a hablar y comer pasarán muchas semanas. La otra víctima, A. a., de 21 años, recibió una lluvia de golpes en el tronco y la cara, que acabaron por provocarle una fractura de tabique nasal.

El caso ha encendido todas las alarmas policiales de la ciudad. La vuelta de la violencia de los cabezas rapadas es un asunto que preocupa en las altas esferas de los Mossos d¿Esquadra. Los investigadores policiales creen que se trata de un subgrupo de estos ultras de pelo rapado denominada, según fuentes policiales, red skins o sharps, vinculados a la extrema izquierda. Fuentes de la policía autonómica catalana aseguraron ayer que las investigaciones van por muy buen camino y que podría haber resultados muy pronto.

A. S. se recupera en su casa de la lluvia de golpes recibida. El médico le ha dado por el momento una baja de 30 días. Habla pausadamente de los hechos ocurridos el pasado viernes en la calle Melcior de Palau con Alcolea. "Yo solo escuché unos gritos de ¿a por ellos, a por ellos¿ y entonces noté como alguien se me acercaba por detrás y me rociaba con un aerosol irritante. Cerré los ojos y, medio a ciegas, me refugié en las escaleras del colegio que estaba en frente de donde nos habíamos parado a charlar", relata este joven, que trabaja llevando un toro mecánico en unos almacenes.

La otra víctima recibió un primer golpe que lo dejó semiinconsciente en el suelo, junto a uno de los coches aparcados. Los cabezas rapadas salieron corriendo tras los otros dos chicos y una chica, que lograron huir por la calle Alcolea. Los dos heridos quedaron atrás.

Cuando los skins alcanzaron la calle Robrenyo vieron en la esquina una patrulla a pie de la Guardia Urbana y decidieron dar media vuelta y regresar sobre sus pasos. Cuando llegaron a la altura de donde se había producido el primer ataque, vieron a A. S. tratando de socorrer a V. A., al que trataba de incorporar. Entonces fue cuando se desató la más brutal de las agresiones. "Volvieron a pegar a mi amigo en el suelo y a mí me dieron un puñetazo con un puño americano. Caí al suelo y me encogí cubriéndome la cabeza. Me dieron patadas y me golpearon con un palo. Cuando se cansaron de mí, se marcharon", explica la única de las dos víctimas que por el momento puede hablar.

Fuentes de la investigación señalan que, en realidad, los cabezas rapadas dejaron de pegarle porque aparecieron en escena los guardias urbanos acompañados por los amigos que habían conseguido huir y que se encontraban en la calle Robrenyo.

La madre de A. S., que escucha el relato de su hijo con detenimiento, dice no entender por qué los agentes recién llegados no fueron detrás de los sospechosos o por qué o no fueron introducidos los testigos en un coche patrulla para haber dado una ronda a ver si reconocían a alguno de los agresores.

Fuentes de la investigación insistieron en que las diligencias practicadas hasta ayer estaban dando "muy buenos resultados". Se cree que algunos de los agresores podrían ser menores de edad.

 

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