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Pensamiento :: 04/02/2008

Al Qaeda y la guerra contra el terrorismo

Michel Chossudovsky
Uno de los objetivos principales de la guerra de propaganda consiste en «fabricar un enemigo». El enemigo exterior, personificado por Osama Bin Laden está «amenazando a EE.UU.» y por lo tanto es necesario emprender la guerra preventiva contra los «terroristas islámicos»

Las realidades se falsean. Estados Unidos está bajo amenaza de ataque. A raíz del 11 de septiembre, la creación de este «enemigo exterior» ha servido para encubrir los objetivos económicos y estratégicos reales en pos de la guerra en Oriente Próximo y en Asia central. Emprendida por razones de autodefensa, la guerra preventiva se defiende como una «guerra justa» dotada de un mandato humanitario.

Como el sentimiento antibelicista aumenta y la legitimidad de la política de la administración Bush empieza a venirse abajo, deben despejarse las dudas acerca de la existencia de este ilusorio enemigo exterior. El contraterrorismo y la guerra de propaganda van entrelazados. El aparato de propaganda alimenta la desinformación en la cadena de noticias. Las advertencias contra el terrorismo tienen que parecer auténticas. El objetivo es presentar a los grupos terroristas como enemigos de Estados Unidos. Irónicamente, Al Qaeda –el enemigo exterior de EEUU y supuesto arquitecto de los ataques del 11 de septiembre- fue creado por la CIA.

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