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Apoya a la activista por los animales Sarah Whitehead
A Sarah le habían informado de los malos tratos que estaba sufriendo un perro beagle. Sus dueños hacían que viviese en una caja de madera fuera de la casa, y se pasaba el día atado, excepto cuando tenía que comer. Le habían puesto un collar de shock eléctrico y los vecinos informaron a Sarah de que habían oído como sus dueños le golpeaban. También la dijeron que no era raro oír chillar al animal.
Se llamó en varias ocasiones a la Sociedad Protectora de Animales, pero hicieron caso omiso a las peticiones de ayuda para este animal, al que sus dueños llegaron incluso a atarle a un radiador.
Se habían intentado todas las vías posibles para tratar de sacar a ese animal de aquel infierno. La Sociedad Protectora de Animales, excepto por algunas visitas a los dueños no habían hecho nada. Los vecinos, incluso, habían llamado a la policía, pero ellos simplemente les dijeron que llamasen a la Sociedad Protectora.
¿Qué otra opción le quedaba a Sarah aparte de rescatar ella misma al beagle?. ¿De qué otro manera podía ser salvado aquel animal?. Sabiendo lo que estaba sufriendo, ¿podía alguien dejar que ese perro viviese con aquel dolor?.
Sarah se encontraba en ese momento en una suspensión condicional de pena por rescatar animales de un famoso criadero de mascotas en West Sussex (podéis visitar http://www.sarconline.co.uk/porter), lo que significaba que si volvía a cometer un acto similar en los dos años siguientes sería enviada a prisión por ese “delito”. Incluso sabiendo esto, Sarah decidió arriesgarse y anteponer la libertad del animal a la suya propia.
Lo que no sabía es que se encontraba bajo vigilancia policial como parte de la Operación Aquiles, en relación con la campaña contra Huntingdon Life Sciences. La policía la siguió y vio como liberaba al beagle, así como el siguiente paso del proceso de obtención de un lugar seguro para el perro.
Fuese como fuese, en vez de seguir la pista del beagle una vez fue dejado en un hogar seguro, la policía decidió seguir a Sarah, lo que significa que el perro continúa viviendo en un lugar en el que le cuidan y le quieren
Algún tiempo después, cuando la policía cesó el seguimiento a Sarah, la arrestaron. Los policías se inventaron una bizarra teoría que decía que Sarah había robado el perro para venderlo por 500 libras y así poder usar ese dinero para donarlo a la campaña contra Huntingdon Life Sciences. Eso dice bastante sobre la idea que tienen los maderos del concepto de “derechos para los animales”.
Sarah fue a juicio por robo en Junio del 2008. No se declaro culpable, ya que ella no creía haber cometido ningún delito por el hecho de haber rescatado al beagle. En todo momento defendió su postura, diciendo que había sido la manera correcta de actuar, ya que la policía y la Sociedad Protectora de animales no habían hecho nada al respecto. Se leyeron testimonios de vecinos que demostraban la crueldad con la que el perro era tratado, las palizas, los gritos… pero los jueces decidieron que Sarah debería haber dejado que el perro soportase todo aquello y fue declarada culpable.
El juez sentenció a Sarah a dos años de cárcel, de los cuales, nueve meses corresponden a la suspension condicional de sentencia en la que se encontraba Sarah cuando ocurrieron los hechos. El año y pico restante corresponde al rescate del perro.
Antes de ingresar en prisión Sarah había participado en las siguientes campañas. Visita sus páginas web:
Paremos la crueldad con los animals en Huntingdon -
Coalición por los derechos de los animales -
Acción contra las carreras de galgos
Desenjaulados
Campaña contra la experimentación animal
Grupo de apoyo a presos veganos
Dr Hadwen Trust
Página de apoyo a Sarah
Mándale unas líneas de apoyo a Sarah:
Sarah Whitehead (VM7684)
HMP Bronzefield
Woodthorpe Road
Ashford
Middx
TW15 3JZ